¿Lo recuerda? Se cumplieron 45 años de la puesta en circulación del walkman

Las generaciones más recientes, del año 2000 al presente, quizá no lo recuerden, pero hace apenas 45 años, cuando existían el Smartphone y el iPhone, entró en circulación un dispositivo que revolucionó la forma en que se podía escuchar música. Se trata del walkman, diseñado por Sony y puesto por primera vez a la venta el 1 de julio de 1979.

Hasta ese día, las personas solo tenían la opción de escuchar música en colectivo, o bien en solitario, pero con un equipo de sonido abierto, de tal forma que a quien llegarán las ondas sónicas también escucharía. Pero este aparato rectangular, del tamaño de una mano adulta, en el que se podía introducir un casete con la música preferida, tenía un accesorio que aún hoy es la barrera entre la realidad exterior y el mundo interior de cada ser humano que los porta, los audífonos.

Además, como no necesitaba conectarse a un enchufe, porque funcionaba con baterías, tenía la facultad de ser portable, cualquiera se lo podía colgar en el cinturón del pantalón y caminar con él por la calle, de allí su nombre “walkman” (caminante), oyendo música que nadie más escucharía. La idea, que era muy propia de la cultura japonesa, se reducía a “escucha lo que quieras, en cualquier lugar, sin incomodar a los que están alrededor tuyo”.

De acuerdo con el portal especializado Nippon, el primer modelo del walkman, el TPS-L2, se comercializó por 33.000 yenes, aquel año en Japón. Y, el primer lote tenía solo 30.000 unidades, una cifra moderada, puesto que la compañía no estaba segura de su éxito, pero se agotaron en dos meses.

Como cuenta Kuroki Yasuo, líder del proyecto original de Sony, en su libro sobre Walkman-ryū kikaku-jutsu, la idea nació por una necesidad de Ibuka Masaru, presidente de la compañía, quien deseaba tener un aparato en el cual escuchar música durante sus constantes vuelos.

“A decir verdad, el Walkman no fue un aparato proyectado desde sus inicios con la clara idea de convertirlo en un artículo comercial. Fue algo que nació como una diversión de los técnicos jóvenes y que nunca estuvo en la lista de aparatos proyectados por la División de Magnetófonos. Por decirlo de alguna forma, era algo que no estaba en el guion y por eso la historia del Walkman resulta tan divertida”, escribió Yasuo.

Pero fue en la década del 80, cuando el walkman se convirtió en un distintivo generacional, aunque estaba pensado para todas las edades, fueron los jóvenes quienes se apropiaron del dispositivo. En una nota de prensa de 1980, se leía que “tanto se vende que el fabricante da gozosos gemidos: ni fabricando 20.000 al mes puede responder a los pedidos”. Eran cifras apenas iniciales, poco a poco llegarían a millones en todo el mundo.

Su impacto fue inmenso, de hecho generó reacción en algunos padres, quienes consideraban que el aparato, “se estuviera convirtiendo en un instrumento que hacía de los jóvenes seres egocéntricos cerrados al mundo exterior, y comenzaron a deplorar que cada vez hubiera más personas aisladas”.

El nombre del dispositivo de reproducción musical, según una publicación de la página Behind The Songs, es un término janglish (una mezcla entre japonés e inglés), que no fue aprobado por unanimidad en Sony America, donde propusieron otros nombres como Sony Disco Jogger, “pero Akio Morita lo rechazó, ya que consideraba que el término Disco podía alejar a los usuarios adultos”.

Sin embargo, el walkman tuvo otros nombres provisionales, como Soundabout en EE. UU., Stowaway en Inglaterra o Freestyle en Australia. Solo el tiempo impondría el término inequívoco de walkman, palabra que fue incluida en el diccionario Oxford en 1986. Luego vinieron nuevos modelos, con opciones para sintonizar emisoreas de radio y a finales de los noventa, no solo para casetes, sino para música en formato de Compact Disc (CD) que se llamaron discman.

Solo hasta el 24 de octubre de 2010, cuando las ventas bajaron ante la inminencia de los celulares, Sony decidió sacar el walkman del mercado. Lo curioso es que hoy, las unidades que aún son funcionales se venden como reliquias a precios de coleccionista.