Los peligros de lavar el pollo antes de cocinarlo

Muchas personas tienen el imaginario colectivo de que todos los alimentos se deben lavar antes de consumirse y en efecto esto puede ser parcialmente verdad. La higiene de todos los elementos comestibles es imprescindible; sin embargo, hay que saber cómo manipularlos para no ir a embarrarla por el simple hecho de querer hacer las cosas bien, más cuando se trata de una actividad cotidiana como cocinar.

Frutas y verduras que incluso se consumen con cáscaras se pueden lavar con agua y otras sustancias en su justa medida, sin embargo, cuando se trata de carnes y especialmente de el pollo, el contacto con otros elementos en el proceso de limpieza debe ser muy cuidadoso y en algunas ocasiones nulo, puesto que el proceso de lavado puede ser perjudicial para la salud humana.

“Lavar el pollo antes de cocinarlo aumenta el riesgo de propagación de la bacteria Campylobacter en las manos, las superficies de trabajo, la ropa y los utensilios de cocina a través de la salpicadura de gotas de agua”, declara Guadalupe Blay, una de las líderes del Grupo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en entrevista con el portal CuídatePlus, información basada en los hallazgos oficiales de la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA, por sus siglas en inglés).

Cabe destacar que la bacteria Campylobacter es una de las primeras causantes de enfermedades gastrointestinales y diarreicas en Europa, tal como lo informa la Organización Mundial de la Salud, y entre los síntomas que causa están la diarrea (frecuentemente sanguinolenta), dolor abdominal, fiebre dolor de cabeza, náuseas y/o vómitos. Además, estos síntomas se pueden agravar cuando se dan en niños o adultos mayores.

Ahora, esta discusión es relativamente reciente y desde 2019 los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estadounidenses ya habían abogado por el no lavar el pollo e incluso dicen que esta práctica también se debe extender a otras carnes de aves como la codorniz, el pato y el pavo, puesto que las bacterias como la anteriormente mencionada se alojan en los intestinos de estos animales y el contacto con el agua puede hacer que se esparzan, no solo en todo el alimento, sino también en todos los lugares de la cocina como el fregadero y el mesón.

Pero la carne de estas aves no es lo único que se debe dejar lejos del agua. Los huevos también tienen que tener este mismo tratamiento e Irene Gonzalo Montesinos, adjunta de la Sección de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Fuenlabrada, lo sostiene, declarando que “los huevos se deben limpiar con papel de cocina y romper la cáscara de cada uno por separado teniendo cuidado de que la misma no entre en contacto con la clara y la yema”.

Ahora, la pregunta del millón es: ¿cómo desinfectar las carnes de las aves? La respuesta es muy sencilla. Siempre se deben cocinar de la forma correcta y el tiempo necesario para garantizar que cualquier microorganismo que esté en ellos se haya eliminado. Jamás, bajo ninguna circunstancia, se deben consumir crudas y también se pueden agregar algunas prácticas saludables a la hora de cocinar estas carnes.

Lo primero es mantener una buena higiene en el lugar donde se cocinan los alimentos. Una vez todo el sitio esté limpio, es más fácil evitar contagios de alguna clase con el pollo. Además, es fundamental no juntar los alimentos crudos sino hasta que se unan en el proceso de cocción o preparación. Además, se recomienda usar diferentes cuchillos para todos los alimentos, así se salvaguarda la seguridad de cada uno. Finalmente, se deben cocinar todos los elementos a sus temperaturas determinadas, no menores, y es esencial usar agua potable a la hora de cocinar.