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Los sapio-sexuales: no son galanes pero sí conquistadores natos

Tal vez no tengan empaque de galán, pero con su pose intelectual, su conversación sofisticada y su léxico excéntrico son conquistadores natos.

14 de junio de 2015 Por: Redacción de El País

Tal vez no tengan empaque de galán, pero con su pose intelectual, su conversación sofisticada y su léxico excéntrico son conquistadores natos.

Sapiosexual es aquel que ni se inmuta cuando una mujer o un hombre intenta seducirlos con contoneos de caderas,  escotes o frases típicas de macho latino. El sapiosexual se erotiza de otra manera: por la mente, las ideas, los libros, el arte, los viajes, el conocimiento.

Disfruta más del sexo si siente que tiene contenido, es decir, si no se trata solo del disfrute entre dos cuerpos que se rozan sino de un lazo entre dos inteligencias estimuladas que, de paso, terminan en la cama.

 El sapiosexual se cree de una estirpe erótica diferente. Aquello de la cama con pétalos de rosa les haría perder el apetito sexual por considerarlo demasiado trillado, obvio y cursi. Les gusta explorar, en cambio, el lado marginal de las ideas y las emociones. 

Se excitan más  con una buena conversación que con una exhibición  de ‘pole dance’, pues para ellos el cerebro es el órgano más erótico que existe. 

Para los sexólogos que han prestado atención al tema,  los sapiosexuales tienden a creer que alguien más sabio e inteligente les dará una relación más estable, más duradera, con menos fluctuaciones que las que solo implican atracción física. Por tanto, se cree que hay más mujeres sapiosexuales que hombres, pues estos últimos tienden a necesitar más estímulos físicos.  

Algunos sapiosexuales nacen en la adolescencia, cuando sienten que no tienen el nivel de atractivo físico de otras personas y se proponen desarrollar una especie de nueva personalidad más compleja y menos básica. Es, en todo caso, una reacción de rebeldía contra los patrones estéticos que hablan del cuerpo perfecto, las medidas 90-60-90 y el diseño de sonrisa de color blanco radioactivo. 

Son personas sensibles, interiores, a veces introvertidos y observadores y pueden llegar a ser grandes amantes pues no se limitan a los estímulos obvios del “quítate la ropa y vamos”, sino que valoran el poder de la palabra, de la conquista lenta, del nexo entre almas. 

Para un sapiosexual de nivel avanzado resultará muy sencillo desplegar un discurso previamente construido que deje con la boca abierta a sus interlocutoras, y no es de sorprenderse que un hombre sin ningún atractivo físico conquiste a la modelo de pasarela por la que todos se desviven.  En cuando a las mujeres sapiosexuales, no se les ve venir, pero cuando atacan con inteligencia los hombres caerán a su paso como moscas.

Lina, la abogada sapiosexual*“Yo tenía 16 años cuando me enamoré por primera vez, de un niño precioso, muy atractivo, que me decía que yo debía dar gracias por estar con alguien como él. Esta relación demolió mi autoestima en un momento muy sensible de mi adolescencia, cuando apenas construía una imagen de la mujer que quería ser, pues él me criticaba todo el tiempo y me comparaba con sus amigas de cuerpos voluptuosos. Me hizo sentir avergonzada de mis senos, que tardaron en crecer y de mis caderas, que  aún parecían las de una niña de 12.  Cuando terminamos no solo terminó una relación muy dañina psicológicamente, sino que terminó con mi autoestima en aquellos momentos y me prometí nunca más caer en las garras de hombres superficiales que solo juzgaran a las mujeres por sus cuerpos torneados y sus medidas perfectas.  Ahora que conozco el término ‘sapiosexual’ creo que eso es exactamente lo que soy. Valoro la inteligencia de un hombre por encima de todas las cosas, incluso por encima de las posesiones materiales, la raza o las concordancias políticas o religiosas. Y sí, lo confieso, he llegado a excitarme por la inteligencia de un hombre. *34 años. Identifique al falso sapio-sexual 1. el lector marginalComo se volvió intelectual apenas ayer,   jamás cita en una conversación a los autores mas conocidos, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar o Truman Capote. Cita nombres de los que la masa jamás  ha oído hablar, por ejemplo Tomas  Tranströmer (si su cita lo confunde con el director de ‘Los Transformers’ se indigna por su falta de cultura general y  explica los  detalles de la vida del Nobel sueco).     2. Glosario personalNo dice:  “Qué raro”.Dice:  “Es una experiencia surreal”. No dice: “Estoy recién graduado y desempleado, vivo de lo que me dan mis papás”. Dice:  “Estoy inmerso en varios proyectos de inversión con socios que conocí en un bar”. No dice: “Quise irme del país pero me tocó volver porque  no conseguí trabajo”.Dice:  “Regresépara hacer patria”. No dice:  “No tengo ni idea de qué me voy a poner a hacer”.Dice:  “Mantengo mis opciones abiertas”. No dice:  “Le jalo a todo”.Dice:  “Tengo un pensamiento ecléctico y posmoderno”. No dice:  “Mis papás son unos bacanes y tuve una infancia normal”.Dice:  “Vivo sumergido en mis laberintos estéticos, en busca de explicaciones trascendentales a mis traumas”. No dice:  “No tengo con qué invitarte a salir”.Dice:  “Te invito a una conferencia gratuita sobre meditación con cuencos tibetanos, que me interesa mucho ahora que estoy leyendo tanto a escritores orientales”. No dice:  “Soy un tronco bailando, mejor vayamos a tomar cerveza para tramarte”.Dice:  “Esa etapa de frenesí sin sesos  la he dejado atrás, ahora que disfruto emociones más sosegadas y pensantes”. No dice:  “Vamos a ver la nueva peli de carros que explotan y disparos”.Dice:  “Estuve en el ciclo de cine afgano y lo sentí demasiado ‘naif’”. 3. Ls neurosis selectiva  Recuerde que todo   intelectual, por tener gustos exquisitos, carga con muchas neurosis y pequeñas obsesiones. Quienes se hacen pasar por  sapiosexuales solo intentan desautorizar a los demás con frases    como: “¡No más  micro- teatro, por favor!”. O “Ésa revista  cultural fue buena en sus inicios, hoy se ha frivolizado demasiado”. ¿Es usted un sapiosexual? 1. ¿Le fastidian las palabras corrientes, las que usa todo el mundo, y se esmera por usar un léxico más complejo y elaborado que refleje su nivel mental? 2. ¿Jamás saldría con una persona que no conozca el significado de palabras como silogismo, serendipia y paradigma? 3. ¿Se siente alguien “especial” y algunas veces “incomprendido”? 4. ¿Ha logrado conquistar a punta de charla a alguien que sería inconquistable para una persona de sus ingresos o su apecto físico?  5. ¿No es un gran bailarín pero conversando garantiza sus conquistas? 6. ¿Si su cita le dice que su autor favorito se llama Paulo Coelho se retuerce de pavor en su silla y debe hacer esfuerzos descomunales para no dar por terminada la velada? 7. ¿Le fascina hablar de usted mismo? 8. ¿Lo que ha leído en el último mes siempre se cuela en sus conversaciones cotidianas? 9. ¿Si no fuera por su discurso intelectual cree que le sería más difícil la conquista? 10. ¿Cuando su familia o sus amigos le critican por salir con alguien muy feo usted les responde que “la inteligencia es muy sexy”?

 

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