Madres poderosas: Herlinda Alegría recuerda las primeras jugadas de su hija Linda Caicedo, “Gastó mis zapatos”

Por Johana Fiallo, periodista de El País

Entre sus anécdotas más memorables, Herlinda Alegría recuerda con emoción, aquellos instantes en que su hija, la talentosa figura del fútbol femenino en Colombia, Linda Caicedo, usaba sus zapatos para ir a jugar. No los tacones, que toda niña en su infancia desea usar de su madre, sino cualquier tipo de calzado cómodo que le permitiera mover sus pies con agilidad.

“Desde muy pequeña, Linda siempre fue una niña muy tranquila, amante al deporte y dedicada por completo al fútbol. Una apasionada por su estudio y también por el balompié, que no me dio mucho qué hacer en su niñez y en su adolescencia, más que dañarme los zapatos”.

Usarlos todos tal vez no era suficiente, pues siempre habría un mejor par de tenis que probar, y unos cuantos que esconder, cuenta Herlinda, declarada fan de su propia hija. “Su fútbol era lo que más le gustaba, pero la lidia que tuve con ella era por los zapatos. Cuando estaba pequeña, se bajaba a jugar a la calle de La Gaviota con ellos, y cuando subía de nuevo, me los escondía. Siempre le preguntaba: hija, ¿qué hiciste los zapatos?, y su respuesta era: ‘los dañé mamá’, y cómo no, si pateaba hasta una piedra. Al menos era sincera”, cuenta entre risas Herlinda Alegría, a quien hoy el orgullo por lo que ha alcanzado su pequeña Linda, la hace hablar con propiedad, y sin titubear, de la grandeza de su hija.

Para ella, ver la madurez con la que Linda ha llevado su vida profesional y personal, no solo la hace sentir orgullosa, sino que la reafirma como la madre ejemplar que es.

Confiesa, que algo que admira de su hija, -ahora siempre custodiada por las cámaras, luego de convertirse en una de las deportistas más destacadas del fútbol femenino-, es su responsabilidad y extrema madurez a su corta edad, algo que heredó de ella. “Linda maduró muy ‘viche’, porque a los nueve años ya empezó a viajar y a los 14 ya era profesional. Así que siempre supo lo que quería, desde muy temprano”.

Actualmente, cuando su hija asume su rol como jugadora del prestigioso club del Real Madrid, no puede más que ver esta oportunidad como algo valioso para todos: tanto para su otra hija, María Helena Caicedo, porque ha conseguido, a la par de su hermana, estudiar una carrera en España; como para Linda, a quien después de tanto esfuerzo y disciplina, le queda vivir una carrera de éxito ante lo que se propuso lograr con el fútbol. Pero incluso, para ella y su esposo, Mauro Caicedo, quienes ya en la plenitud de su etapa de padres, se dedican a acompañarlas cada vez que pueden, en sus viajes por el mundo o a apoyarlas en la distancia. “Gracias a Dios hemos estado apoyándonos siempre uno al otro. Para Linda no fue fácil, fueron años de mucho sacrificio y esfuerzo, y de las ganas que siempre le puso a su carrera y a la vida misma”. Y es que, esa emoción que su hija le imprime al balón, en una carrera contra el tiempo, fue la misma que le permitió, a pesar de los miedos propios de una madre, dejarla volar en pro de su futuro, y del sueño que hoy brilla en el Santiago Bernabéu.