El pais
SUSCRÍBETE
Releyendo a Mafalda
Hace 51 años las tiras cómicas de Mafalda dejaron de publicarse. Sin embargo, sus mensajes de rebeldía —nada infantil—, no pierden vigencia alguna, y sus fanáticos no dejan de crecer en número. | Foto: AFP

Entretenimiento

Mafalda llegó a sus 60 años y los celebra con una exhibición itinerante por Colombia

Cumpliéndose 60 años de la primera publicación de las historietas de Mafalda, este personaje aterriza en Colombia. La historia de una niña irreverente que conquistó al mundo con su genialidad.

1 de junio de 2024 Por: Redacción El País

El 29 de septiembre de 1964, en las páginas de la revista Primera Plana en Argentina, fue la primera aparición de Mafalda. Casi de inmediato, su creador Quino confesó que ella había cobrado vida propia, a tal punto que él dejó de controlarla.

Fueron menos de nueve años en los que Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino, llevó las historias de Mafalda a las páginas de distintos medios argentinos, tiempo suficiente para hacer historia con esta niña tan particular, una pequeña que desde siempre, gracias a esa sensibilidad social otorgada por su creador, se cuestionaba todo sobre un mundo cada vez más complejo.

Pero Mafalda no solo se hizo famosa por su pensamiento crítico, sino también por su particular forma de ser: una niña argentina de seis años, amante de Los Beatles, residente del barrio San Telmo en Buenos Aires, interesada en la paz, los derechos humanos y la democracia, a la que le gusta leer, escuchar las noticias, mirar la TV, jugar al ajedrez, al bowling y a las hamacas, y por supuesto, una enemiga acérrima de la sopa.

Sin duda, todo un ícono cultural, reconocido y apreciado en el mundo por su humor incisivo y su tajante crítica social.

No en vano, en todos estos años, Mafalda ha influenciado a varias generaciones y sigue siendo relevante en la cultura popular, aún cuando su creador ya no está.

Sus libros, una compilación de historietas, que tan solo en los primeros años ya habían vendido en su país más de 20 millones de ejemplares, hoy se han traducido a más de 30 idiomas, y sus historias siguen siendo estudiadas y apreciadas por los ‘Mafaldomaníacos’.

Mafalda fue publicada por primera vez en la revista Primera Plana. | Foto: Quino

De hecho, críticos de los medios de comunicación, como el ya fallecido semiólogo, filósofo y escritor italiano, Umberto Eco, se rindieron un día ante la agudeza de Mafalda y la calificaron con elogios como: “Una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es, reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo del universo adulterado por los padres”.

Y es que esta niña irreverente y contestaria, que nació en un contexto histórico y cultural bastante tumultuoso, hoy sigue respondiendo a los cambios del mundo, aunque hayan pasado 60 años.

Y lo hace porque, por desgracia, no han cambiado demasiado las cosas en el mundo, pues sus conflictos políticos y sociales siguen siendo casi que los mismos. Algo por lo que Mafalda parece siempre tener el hilo en cada tema: feminismo, igualdad, corrupción de clases políticas o ecología, son algunas de las muchas preocupaciones que la hacen tan actual.

Foto: Facebook Oficial Mafalda

Ahora bien, para los que apenas aterrizan en la historia de Mafalda, aún habiéndola conocido hace 60 años, hay que decir que esta niña inmortal, originalmente fue concebida por Quino como parte de una campaña publicitaria, específicamente para una línea de electrodomésticos que nunca se concretó. Sin embargo, su potencial era evidente, y pronto encontró su lugar en el mundo.

La niña que no tomaba sopa, fue más “una metáfora sobre el militarismo y la imposición política”, dada por Quino, quien se inspiró para bautizarla ‘Mafalda’ gracias a una novela de David Viñas llamada ‘Dar la cara’, en la cual aparecía una niña llamada del mismo modo.

Tal fama le valió a esta pequeña conseguir hacerse a una variada lista de admiradores ilustres, incluyendo el escritor Gabriel García Márquez y al cantante Joan Manuel Serrat.

Con esa lógica infantil con la que expuso las incoherencias y contradicciones del mundo adulto, hoy sigue cuestionándolo todo con implacable ingenuidad, mientras su imagen, tierna y global, se recrea en afiches, camisetas, bolsos, tarjetas, útiles escolares y todo tipo de productos.

Y, como bien dice ella: ¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que, al fin de cuentas, la mejor edad de la vida es estar vivo”.

Mafalda itinerante en Colombia
Mafalda itinerante en Colombia | Foto: Colprensa

2. Mafalda Itinerante

Con su carácter inquisitivo y su preocupación por la paz y la justicia social, esta pequeña niña se ha convertido en la voz de la conciencia de muchos de sus seguidores, y por eso, para celebrar su aniversario, el famoso personaje de

Quino aterrizó en Colombia para pasar una buena temporada en el país, de la mano de varios artistas contemporáneos.

Y lo ha hecho, gracias al proyecto desarrollado por la Fundación Corazón Verde, desde su plataforma artística El Coso y en alianza con los sucesores y titulares de los ‘derechos de autor’ de Quino, quienes han permitido que la pequeña Mafalda comenzara una gira itinerante que arrancó por las instalaciones del Aeropuerto El Dorado de Bogotá, el pasado jueves 23 de mayo, para acercar más a los viajeros y personas en general, a este importante personaje contestatario y exponente fiel de la rebeldía juvenil de los años sesenta.

Mafalda itinerante en Colombia
Mafalda itinerante en Colombia | Foto: Colprensa

Entre ellos estuvieron Santiago Cárdenas, Verónica Muñoz, Nadín Ospina, Gabriel Ortega, Johan Briceño, Nicolás Uribe, y destacados artistas internacionales como Marcelo Wong y Pez Barcelona.

“Todos los años tenemos un ícono artístico. Este decidimos traer a Mafalda, con lo que acercamos el personaje a la gente, quienes, adquiriendo las obras, nos ayudan a financiar nuestros proyectos”, afirmó Paula Villada, directora de la fundación.

Cabe decir que, por estos días, la bella exhibición artística se encuentra en el Parque de la 93, en Bogotá, donde estará hasta el próximo 4 de junio. Luego de eso, estas exhibiciones se alternarán fuera de la ciudad de Bogotá, específicamente en Barranquilla, Cali y Medellín.

Una vez termine su gira, las 14 esculturas de Mafalda saldrán a su destino final para ser parte de una subasta benéfica organizada por la Fundación Corazón Verde. Las ganancias que se obtengan fruto de la venta y subasta de las piezas de Mafalda, se destinarán a la obra social de la Fundación Corazón Verde, que trabaja en beneficio de las familias, viudas y huérfanos de la Policía Nacional.

Verónica Muñoz, artista de la Universidad Javeriana de Bogotá, una de las invitadas a intervenir estas obras, hizo su propuesta inspirada en los frailejones, por lo que quiso crear conciencia con una Mafalda “ambientalista, vigía y guardiana de los páramos”.

Mafalda itinerante en Colombia
Mafalda itinerante en Colombia | Foto: Colprensa

“Mafalda es todo lo que está bien en esta sociedad, y es perfecta para hablar de lo que yo quería mostrar con mi obra, que es esa pedagogía sobre el frailejón. La intervención en la ropa de ella es con la intención de jugar con los diseños que uno ve en las prendas de las personas que viven en las zonas altas de Colombia, como los rombos, las rayas, los tejidos cálidos, mientras la acompañan flores típicas del páramo”, detalló Muñoz a un reconocido medio nacional.

Así, queda demostrado que la relevancia de Mafalda en Latinoamérica va más allá del entretenimiento. Su capacidad para reflexionar sobre temas sociales, políticos y económicos la ha convertido en un símbolo del pensamiento crítico y la lucha por un mundo mejor. Y su influencia se ha extendido como un ícono de empoderamiento y protesta.

Desde el año 2001 la Fundación Corazón Verde ha realizado subastas y exhibiciones de arte en diferentes ciudades del territorio nacional, con temáticas como Arborizarte, Animarte, Equus Arte, entre otras, en donde más de 130 artistas del arte plástico más importantes de país han intervenido más de 400 piezas de gran Formato. ¡Buena esa Mafalda!

3. Quino el dibujante

“Yo nunca dije que dibujaba páginas de buen humor, sino simplemente de humor”, dijo en algún momento Joaquín Salvador Lavado, a quien llamaron Quino para distinguirlo de su tío Joaquín, un apreciado pintor y diseñador gráfico, a quien heredó su vocación.

Su humor era inteligente y muy reflexivo, y se valió de la inocencia y la lógica de los niños para resaltar los absurdos y contradicciones de la sociedad adulta. Prueba de ello no solo fue su magna creación, Mafalda, sino también sus otros personajes: Felipe, el mejor amigo de Mafalda, un niño soñador y un poco distraído, que detestaba hacer la tarea. Manolito: hijo de inmigrantes españoles, y el más pragmático del grupo. Susanita, la amiga de Mafalda, vanidosa y de carácter fuerte. Y Miguelito, el más pequeño del grupo y algo ingenuo, con una manera peculiar de ver el mundo.

El artista argentino Quino nació en la provincia argentina de Mendoza en 1932. | Foto: Foto: Archivo AFP

Quino nació un 17 de julio de 1932 en Mendoza, Argentina, en una familia de inmigrantes andaluces, y desde siempre mostró gran interés por el dibujo y el humor, pues como bien decía: “Hablando se arriesga uno a decir cosas equivocadas sobre el bien y el mal”. Su madre murió cuando él tenía 13 años, y su padre cuando Quino estaba en sus 16. Así que, al terminar la primaria, entró a la Escuela de Bellas Artes, pero la abandonó, “cansado de dibujar ánforas y yesos”, para hacer historietas. A los 18 años vendió la primera de estas. Era una publicidad para un almacén de sedas. Prestó el servicio militar y se instaló en Buenos Aires, donde empezó el peregrinar de redacción en redacción, viviendo en condiciones precarias, hasta que le publicaron su primera página.

“El día que publiqué mi primera página – dijo recordando su debut en el semanario Esto Es, de Buenos Aires – pasé el momento más feliz de mi vida”. Fue en 1954.

Una vez, el talentoso artista, -casado con Alicia Colombo, nieta de inmigrantes italianos y con un título en química-, en una de las tantas entrevistas que concedió, respondió a la pregunta de si siempre quiso ser dibujante, y su respuesta, por supuesto, iba a ser la que todos esperaban. “A los 3 años yo ya quería ser dibujante. No tenía claro de qué, recién a los 14 lo decidí y cuatro años más tarde, vine a Buenos Aires y empecé a recorrer las revistas. Por lo general me decían que las ideas estaban bastante bien, además en esa época todas las revistas trabajaban con libretista. Mi ideal hubiera sido hacer humor mudo, pero cuando entré a trabajar a Rico Tipo, (Guillermo) Divito, a quien yo respetaba mucho, me dijo que la gente que pagaba por la revista quería que se le diera material para leer. Yo lo quería y lo admiraba tanto, que le hice caso”.

Joaquín Salvador Lavado, 'Quino'. | Foto: AFP

Escritor, artista, filósofo agudo, pesimista, tierno, Quino retrató a la Argentina de clase media de los años sesenta, esa década de la rebelión juvenil, del mayo francés y el “Prohibido Prohibir”, de Los Beatles.

Gracias a sus trabajos recibió varios reconocimientos, acumulando premios en Italia, Francia, Argentina, Cuba y otros países. El más reciente de ellos fue el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2014, un reconocimiento a su contribución a la cultura y el humor a través de Mafalda.

No obstante, fue el autor de más de 15 libros de humor gráfico, además de la célebre tira Mafalda, que publicó entre 1964 y 1973, entre los que destacaron ‘Quinoterapia’, ‘A mí no me grite’, y ‘¡Cuánta bondad!’. Y, tras abandonar la tira de Mafalda el 25 de junio de 1973, se trasladó a Milán, donde siguió haciendo páginas de humor.

En 1992 regresó a Buenos Aires, donde residía. Y, aunque sus seguidores insistieron en que retomara a Mafalda, nunca más lo hizo. La razón pudo ser tal vez, “porque los jóvenes están desilusionados y no quieren cambiar el mundo para mejor”. O porque, “estaba cansado de hacer siempre lo mismo”.

“La decisión pasó hasta por zonas conyugales, porque mi mujer estaba podrida de no saber si podíamos ir al cine, invitar gente a cenar o qué sé yo, porque yo estaba hasta las 10 de la noche con las tiras. Además me costaba mucho no repetir y me daba cuenta de que cuando no se me ocurría nada, enseguida echaba mano a Manolito o a Susanita, que eran los más fáciles”.

Quino falleció el 30 de septiembre de 2020, a los 88 años, un día después de haberse cumplido 56 años de la primera publicación de Mafalda. Y contrario a lo que muchos piensan, al igual que Mafalda, nunca quiso parar el mundo para poderse bajar. “Yo jamás hubiera puesto en boca de Mafalda esa frase porque Mafalda no quiere que el mundo pare y ella bajarse, ella quiere que el mundo mejore”. Sin duda, Quino dejó una huella imborrable.

AHORA EN Entretenimiento