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MARGARITA ROSA DE FRANCISCO

Margarita Rosa De Francisco dijo en entrevista para la BBC: "Yo no quiero volver a ser joven"

“Me cansé de ponerme bótox y relleno, no me quiero perder el espectáculo de mi envejecimiento”.

9 de marzo de 2023 Por: Redacción de El País

A sus 57 años, Margarita Rosa de Francisco habló del proceso de envejecimiento a BBC News  Mundo. 

La protagonista de Café con Aroma de Mujer, una de las telenovelas más populares en América Latina , es descrita por el medio como "una mujer bonita y atractiva. Sus grandes ojos azules, su quijada angulada, sus cejas pobladas, su pelo abundante y su figura minuciosamente tonificada la llevaron a la fama siendo muy joven y la posicionaron como un ícono de la belleza femenina".

Hacen alusión a que la exreina, modelo y presentadora publicó un video en su cuenta de TikTok exhibiendo sus canas y sus arrugas, mientras contaba que se cansó de ocultarlas y que le da la bienvenida a lo que ella llama "el espectáculo de su propio envejecimiento".

Margarita, quien cursa octavo semestre de la carrera de Filosofía, dijo entre otras cosas, "ne siento muy liberada. Me siento feliz. Eso no quiere decir que cuando me veo al espejo y me veo más vieja, a mí me parezca chévere. Hay muchas cosas que veo de mi cara que no me gustan. Pero yo me siento ya con el derecho a tener esa cara".

Y agrega: "No tengo que pedir permiso para tener esa cara que ha producido mi vida, que ha producido mi andar, mi sentir. Entonces, me siento liberada. Esa es la palabra. Me siento aliviada de no tener el deber de ser bella, ni de ser joven, ni de ser sexy, ni apetitosa".

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Al interrogarla sobre en qué momento se dio cuenta de que enfrentaba la vejez inminente, aseguró: "Pues yo empecé a tener crisis de vejez como desde los 45. Empezó a preocuparme que se me marcaban las arrugas y no tanto en el cuerpo, pero sí en la cara, y alcancé a caer en las soluciones de emergencia".

Confesó, además, "me puse bótox en todas partes, me puse relleno en los labios también, porque esa es otra cosa de la vejez, que se empiezan a adelgazar los labios, como a meterse para adentro".

Admitió que uno de los aspectos del envejecimiento más terribles para ella es que "los cachetes también empiezan a descolgarse".

Otra de sus confesiones es que por haberse dedicado tanto al ejercicio, "ya todas las bisagras se me gastaron, ya no puedo correr nada, me toca hacer pilates, otro tipo de gimnasia. He azotado mucho mi cuerpo por muchos años y digamos que solo un cuerpo joven aguanta tanto abuso y ya grande, pues no lo puedo hacer".

Recordó que en algún momento de su vida la actitud  que tenía con su cuerpo  era "como la de un proxeneta con una prostituta. Mi proxeneta interno me exige hacer todo lo posible para lograr un resultado con mi cuerpo, de manera que  agrade o que tenga un efecto sobre los demás, no solamente sobre mí.  Eso incluye privarme de ciertos placeres, incluye una serie de restricciones, pero para ese proxeneta nunca es suficiente. Siempre falta algo".

Otra de sus revelaciones es que se acostumbró a que "el cuerpo mío era una obra para los demás, era un objeto para que otros lo disfrutaran y yo no en mi manera de vivirlo, de habitarlo. Sentía que mi cuerpo era un producto para vender".

Aseguró al medio que se cuestiona muchas veces por ese terror a la vejez que propagan los medios de comunicación,  "por qué le tienen tanto miedo sobre todo la vejez de la mujer. Esa es la más amenazante".

Y lanza allí su propia apreciación respecto a dicho tema, "creo que lo que aterroriza de la vejez, digo yo, a manera de paradigma, debe ser que la mujer que se envejece es una mujer que ya no puede fecundar. Es una mujer que ya, simbólicamente, pierde la capacidad de reproducir esta especie. Entonces es la cercanía con la muerte de la vida lo que determina el pavor a la vejez. Yo pienso que ese miedo viene de una muy mala relación con la muerte. Es un gran terror a la muerte".

Asevera que vive una de las épocas más felices de la vida. "Yo de joven nunca fui feliz, fui absolutamente miserable. Ahora me siento francamente dichosa. Bueno, dentro de lo que un ser humano puede tener, pues uno sabe que hay días buenos y malos. Pero puedo decir que casi siempre me levanto y me despierto feliz".

No niega que se aplica cremas, y tratamientos para embellecer la piel,  "pero  ya no hay manera de borrar arrugas, ni de ponerse rellenos que me parecen muy peligrosos para la cara de una mujer. Me parece que lo que logran las mujeres que hacen eso no es detener el tiempo, lo que queda detenido es el terror a la vejez. Eso es lo que queda retratado en esa cara. No se ve más joven, se ve igual de vieja, pero con la cara de terror congelada,... es un mismo terror, entonces todas las mujeres que hacen eso se van uniformando, se van pareciendo".

Profesa gran amor por sus canas, "quiero tener todo mi pelo gris, aunque todavía no me dan con el tono en la peluquería, pero me gustan, las estoy recibiendo feliz".

Enfatiza que una de las buenas decisiones que tomó en la vida fue no tener hijos. "No soy admiradora de la raza humana. Yo creo que el proyecto humano es un fracaso". .."No me siento tan orgullosa de mi misma como para querer verme yo reflejada en otro ser que se parezca a mí y que cuando yo me muera se lleve algo mío como para yo ser un poquito menos mortal, no".

Y agrega, que por la actitud que tiene con sus gatos, educando a sus hijos hubiera sido un desastre. "Hubieran salido malcriados, no hubiera tenido autoridad".

Convive con sus ataques de pánico, a través del psicoanálisis y la escritura, "solo que yo ya sé: esto es lo de siempre, tranquila, respire. No es que no me den, sino que ya los manejo".

Finalmente, cuando le preguntan qué le diría a la Margarita joven, asegura que ella no la escucharía, "le entraría por un oído y le saldría por el otro". Y admite: " yo no quisiera volver a ser joven pero con la madurez que tengo ahora, como dicen algunos. Yo quiero tener esta cara, este cuerpo y los años que tengo y que ojalá mi pensamiento vaya mejor. Pero no quiero volver a ser joven. Entonces a ella le diría: "No quiero volver a ser nunca más vos, nunca".

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