Cine
‘Mis dos voces’, una película sobre el dolor de la distancia, llega a las salas de cine
Este 27 de abril la directora Lina Rodriguez estrena este filme protagonizado por tres mujeres, Ana, Claudia y Marinela, quienes viven en Canadá y comparten con el espectador su experiencia migratoria.
Ana Kostic, Claudia Montoya y Marinela Piedrahita son las protagonistas de ‘Mis dos voces’, una película de Lina Rodríguez en la que comparten sus experiencias íntimas de migración, y cómo esta situación hace que vivan constantemente en una delgada línea entre el pasado y el presente; porque nunca es posible despojarse de las raíces, de la familia, de los recuerdos, de la lengua materna; y porque es difícil encajar 100% en el nuevo contexto social y geográfico.
La apuesta narrativa del filme propone una forma diferente de acercamiento a las protagonistas, invita al espectador a conectarse con ellas por medio de sus voces, mientras cada una habla de sus experiencias y sentimientos como mujeres migrantes.
“Con esta película no me interesaba representarlas o darles voz, pues cada una de ellas tiene su propia voz independientemente de mí. La forma como decidí construir la película es en reciprocidad a la generosidad de estas mujeres maravillosas que me recibieron en sus vidas y en sus casas”, expresa la directora Lina Rodríguez.
En este, que es el tercer largometraje de la directora, ella señala que su “intención no era ni definirlas ni fijarlas, decidí no mostrar sus rostros al principio, pues siento que a veces creemos que al ver a alguien estamos más cerca de saber quién es. Nuestras identidades son mucho más complejas que lo que muestra nuestra apariencia. Me interesaba complicar esta idea de ‘conocimiento’ e invitar a los espectadores a escucharlas, a observar los gestos y texturas de sus vidas cotidianas. Quería tejer otro tipo de relación con la complejidad de sus vidas, de sus experiencias y de sus historias”.
‘Mis dos voces’, filmada en Super 16mm, fue rodada en varios barrios en Toronto y en St. Catharines (Canadá), país donde reside la cineasta. Lina Rodríguez ha dirigido seis cortometrajes, entre ellos ‘Ante mis ojos’ (2018) y los largometrajes ‘Señoritas’ (2014), ‘Mañana a esta hora’ (2017) y ‘Herida abierta/So Much Tenderness’ (2022).
Cuando estrenó su segunda película en el Festival de Cine Latino de Toronto conoció a Claudia Montoya, asesora de asentamiento con la comunidad de inmigrantes latinoamericanos en esta ciudad, quien aceptó colaborar con la cineasta en este “retrato en tríptico” en el que también participan Marinela, colombiana y Ana, mexicana.
El tema central de ‘Mis dos voces’ es la migración y la diáspora que generan sentimientos de dislocación y simultaneidad, la sensación de estar en muchos lugares a la vez; y por ello la directora apostó a crear la impresión constante de desorientación en el espectador, haciendo difícil que se ubique en relación con lo que ve y escucha.
“Esto surge de mi deseo de hacer eco de la experiencia misma de inmigración, la cual constantemente nos exige estar encontrando nuestro lugar y rumbo en un nuevo entorno y una nueva cultura. Hice esto no solo profundizando la distancia entre lo que se ve y lo que se escucha por medio del uso del sonido no sincronizado, sino también con el encuadre mismo y la composición de las imágenes”, explica Lina.
Para llegar a estas reflexiones tan íntimas, Lina Rodríguez forjó conexiones con las protagonistas, compartieron historias como inmigrantes y como mujeres, pues tuvo la oportunidad de visitar sus respectivos hogares y familias para prestar atención a los ritmos, colores y texturas de sus vidas y trabajos cotidianos.
Para Marinela Piedrahita, su experiencia en este filme fue “a veces incómoda, pero, en última instancia, muy interesante y enriquecedora en todos los aspectos. Contar parte de mi historia fue un reencuentro conmigo (no misma) y también una oportunidad de verme en relación con los demás y el paisaje. Fue un espacio de resoluciones y continuidades al mismo tiempo”.
“‘Mis dos voces’ es un homenaje a los inmigrantes quienes en tierras lejanas y en lenguas extrañas luchan por encontrar su identidad en medio de la diversidad, de la adversidad y de la oportunidad. El título de la película me hace pensar en la lucha interna por encajar dentro de una nueva sociedad sin perder nuestra ‘auto-valía’ y conexiones entrañables con nuestras raíces. Me hace pensar en la dualidad y el proceso de reconciliación entre la que fui y la que soy”, concluye Claudia Montoya.
Claudia trabaja como asesora de asentamiento con la comunidad de inmigrantes latinoamericanos en Toronto. A raíz de su colaboración con Lina Rodríguez, aceptó interpretar una versión de sí misma durante una escena de Herida abierta, el cuarto largometraje de la directora, el cual tuvo su premier mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
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