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Mitos y Leyendas, las tradiciones que han forjado toda una cultura
El mito y la leyenda narran acontecimientos maravillosos. Son textos dedicados a interpretar el origen del universo, generalmente protagonizados por personajes de carácter heroico, divino o demoníaco.
Por: Antonio Joaquín García Sierra, médico cirujano y escritor.
La leyenda puntualiza el nombre de las personas de la época y el lugar donde ocurrieron los hechos, lo que con el tiempo se consolidó como ciencia popular. El mito es considerado como un relato que inicialmente justifica la creación de un hecho específico y en todos los casos fundamental para la vida humana.
El origen del universo, de los animales, de los hombres, del amor, de la muerte. La mitología de un pueblo está ligada a su identidad y a las creencias ancestrales. A quien no ha estado al calor de una hoguera en medio del campo no le han contado que cerca se le apareció alguien: la mismísima patasola. ¿Quién no ha sufrido un pequeño escalofrío cuando le cuentan la historia de la Comilona o de la Llorona?
Ella está inmortalizada en un porro de José Barros llamado “la Llorona loca”: en las calles de Tamalameque dicen que sale una Llorona loca con un tabaco prendido en la boca. A mí me salió una noche de carnaval, una noche de carnaval, me meneaba la cintura como iguana en matorral. Le dije pare un momento, no mueva tanto el motor, y al ver que era un gran espanto, hay compadre qué sofocón”. La mejor versión es la del cantante mexicano, Tony Camargo, con la orquesta de Rafael de Paz.
Existe en todos los pueblos una serie de narraciones en cuentos y leyendas, mitos y fábulas. De la misma manera, establecen una relación singular entre sí mismo y sus relatos.
Tanto el mito como la leyenda, igual que otras formas narrativas populares como la décima, el cuento, la retahíla, entre otras, seguramente se seguirán manteniendo vigentes y activas las memorias populares. Lea también: La misteriosa ciudad bajo el mar construida hace 700 años; se mantiene intacta pese al tiempo
Otra leyenda muy popular del Caribe Colombiano es la “del hombre caimán”. Esta famosa historia tiene su origen en Plato, población del Departamento del Magdalena. Saul Montenegro, un hombre muy enamoradizo, buscaba siempre la oportunidad de ver a las mujeres desnudas cuando se bañaban en el Río Magdalena. Llegó a tanto, que un día marchó a la Guajira en busca de un brujo, que finalmente le entregó dos pócimas mágicas.
De regreso a Plato, Saúl invitó a uno de sus amigos para probar las pócimas. Una era un líquido que lo convertía en caimán, mientras que la otra lo volvería a la normalidad. Saúl se metió al agua y su amigo le roció el líquido de la primera botella. Saúl se sumergió y al poco rato salió convertido en caimán. Su amigo, espantado, dejó caer la segunda botella, con tan mala suerte que el líquido se derramó y solo unas pocas gotas cayeron en la cabeza del caimán, y el resto se perdió en el agua. Desde ese momento, Saúl tuvo cabeza de hombre y cuerpo de caimán.
Esta leyenda fue inmortalizada por el barranquillero José María Peñaloza en el porro “se va el caimán”: “Voy a empezar mi relato, con alegría y con afán (Voy a empezar mi relato, con alegría y con afán) En la población de Plato, se volvió un hombre caimán (En la población de Plato, se volvió un hombre caimán) Se va el caimán, se va el caimán, (se va para Barranquilla) Se va el caimán, se va el caimán, (se va para Barranquilla)”. Diferentes orquestas del mundo y cantantes la han interpretado magistralmente. Le puede interesar: Estos son los principales mitos y leyendas de la cultura del Valle
A mí me gusta la de la Billos Caracas Boy, que interpretó Víctor Pérez, cantante venezolano, grabada en 1944. En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. Existen una Plaza y un monumento en su honor que es patrimonio cultural de la población.
Los mitos y leyendas son universales. Proponen un recorrido por la visión con que explican en su momento el origen sagrado de todo lo que hoy hace parte de la experiencia vital del ser humano. Manuel Machado dice en su poema La Copla: “Que al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de nombre, se gana de eternidad”.
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