Entretenimiento
Mujer discapacitada contrató a trabajador sexual para perder su virginidad a sus 43 años. Esta es la historia
La australiana se dio cuenta que quería explorar su sexualidad y lo consiguió.
El encierro que vivió el mundo a causa del Covid-19 dejó huella en la mayoría de las personas, entre ellas Melanie, una australiana de 43 años que después de reflexionar mucho sobre su cuarentena, su condición de discapacidad y lo que le faltaba explorar en su vida, decidió tomar cartas en el asunto y hacerse una promesa: cuando terminara el aislamiento iba a perder su virginidad.
Y así fue. Tal como cuenta BBC esta mujer sintió un cambio en su cuerpo y en su mente, pues siempre había descartado la posibilidad de un romance dada su enfermedad, una mielitis transversa, que se trata de una inflamación de la espina dorsal que le paraliza las piernas y limita el movimiento de los brazos; dolencia que padece desde los tres años de edad.
Nunca había de verdad pensado en su sexualidad, sin embargo, ahora viviendo su cuarta década, decidió que era importante conocer más y darse la oportunidad de disfrutar de los placeres del sexo, por eso, buscó la forma mas idónea para sí misma y encontró que un servicio de trabajador sexual era lo que necesitaba.
A través de una agencia que conecta a las personas con trabajadores sexuales, Melanie conoció a Chayse, un joven que se interesó en su perfil y estuvo dispuesto a conectarse con ella a través de videollamadas para que su clienta pudiera hacer todas las preguntas pertinentes del caso, más que todo sobre el lugar donde se daría el encuentro, pues ella se tiene que movilizar en silla de ruedas de forma permanente.
Luego de preguntarle a Chayse cada cuánto se dañaba el ascensor de su apartamento y que él le respondiera “una vez cada seis meses”, la australiana concretó el encuentro y fue a vivir su primera experiencia sexual, en la que no solo experimentó su primera vez, sino que tuvo la oportunidad de aprender cosas nueva sobre su sexualidad y de enseñarle al chico muchos asuntos sobre la discapacidad.
“Yo soy una experta en discapacidad y Chayse no tenía idea de eso. Terminamos riéndonos de la ignorancia e inocencia del otro. Dos horas después éramos amiguísimos”, declaró Melanie a BBC, añadiendo que el haber hecho la transacción monetaria por sexo fue una de las mejores ideas que tuvo, pues ponerse en una situación vulnerable con alguien desconocido no era lo más recomendable. Por otro lado, sabía que al pagar tendría el control y en caso de no gustarle algo, su amante tendría que parar.
Por otro lado, Chayse también ha declarado que en este tipo de transacciones las clientas tienen muchas expectativas y su tarea es encontrar qué es lo que les gusta de forma particular, para que todo se desarrolle con total normalidad. “Tienes que descifrar qué es lo que va a funcionar como con cualquier relación íntima”, declara al medio británico.
Los encuentros entre Melanie y Chayse han sido exitosos, al punto que el mismo joven junto con un trabajador social le está ayudando a la australiana para conseguir una pareja con la que también pueda disfrutar del sexo y de forma gratuita, pues los servicios del joven son costosos; él cobra 270 dólares por hora, casi 1′300.000 pesos colombianos. Además, él mismo reconoce que “lo que mucha gente no entiende es que cuando estás viendo a alguien por 48 horas, por muy gratificante que pueda ser, no estás haciendo otras cosas que quisieras en la vida”, por eso quiere que Melanie viva más experiencias románticas.
Por su parte, el trabajador sexual se siente muy complacido de su rol, afirmando a BBC lo siguiente: “¿Quién no quiere ayudar a otras personas a explorar cosas diferentes? ¿Por qué no puedo estar ahí para otras personas que lo necesitan y quieren y merecen sentirse hermosas?”.
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