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Internet se ha visto plagado de historias de conspiración y supuestos remedios milagrosos contra el Covid-19. Figuras públicas, como Natalia París, han sido cuestionadas por ello. | Foto: Especial para El País

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No solo fue Natalia París: los reprochables comentarios de otros famosos durante la pandemia

Internet se ha visto plagado de historias de conspiración y supuestos remedios milagrosos contra el Covid-19. Figuras públicas, como Natalia París, han sido cuestionadas por ello.

28 de enero de 2021 Por:  Redacción de El País

Con muchos los famosos que apoyan y difunden las teorías negacionistas que ponen en duda la existencia del coronavirus o que se atreven a dar curas milagrosas contra el Covid-19, sin fundamento científico, como analizan médicos, periodistas y psicólogos consultados por El País.

Precisamente, por difundir uno de esos ‘remedios’ sin bases médicas, la modelo, DJ y empresaria paisa Natalia París acaba de recibir la orden de la Superintendencia de Industria y Comercio de suspender “de manera inmediata” de sus redes sociales “la promoción del producto dióxido de cloro y retirar comentarios en los que invitaba a las personas a consumir dicho producto para prevenir el contagio del coronavirus”.

Según la entidad, “contra esta orden administrativa no procede ningún recurso y su incumplimiento puede acarrear multas sucesivas hasta por mil salarios mínimos. Y en caso de encontrar alguna conducta que viole los derechos de los consumidores, como información engañosa o insuficiente y que pueda poner en riesgo la salud de las personas, podrán imponerse multas hasta por dos mil salarios mínimos”.

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Sobre este tema, el médico caleño Alberto Negrete Hoyos (hijo), conocido como Doctor Negrete en Instagram, asegura que: “desde hace mucho tiempo viene ocurriendo un fenómeno en redes sociales, se publican videos, se filtran imágenes e información que no son reales, pero solo porque se vuelvan tendencia no significa que sean verdad. La tía de uno le dice ‘tómate esto que por ahí vi que es bueno para el coronavirus’, pero eso lo vio en Facebook, en Instagram o en una cadena de WhatsApp, nada de eso tiene una base científica. La gente quiere sentir que sabe del tema, pero no investiga, se basa en chismes o datos sin fundamento. Las celebridades o figuras públicas no pueden cometer el error de difundir este tipo de información, porque tienen una gran responsabilidad con sus seguidores, quienes les creen todo lo que dicen. Pueden causarle daño a mucha gente”.

Agrega Negrete que “los famosos por llamar la atención o mantener entretenido a su público están promoviendo información falsa, como el cuento de que la vacuna tiene un chip, o nos quieren cambiar el material genético, o se hizo muy rápido y por eso no va a funcionar bien, cuando en realidad la tecnología detrás de esta vacuna se ha venido desarrollando desde hace más de diez años, no es algo improvisado”.

Aclara que: “no hay chance de que afecte el material genético o que se vayan a dar mutaciones, porque el ARN mensajero (Ácido Ribonucléico) que nos introduce la vacuna ni siquiera entra al núcleo que es donde está el material genético”.

Justamente en su cuenta de Instagram con 15 millones de seguidores, la cantante Madonna el año pasado compartió un video en el que decía que la vacuna del Covid-19 se encontraba escondida para que algunos millonarios aumentarán sus fortunas con la situación.

Esto le costó que la red social bajara el video por considerar que se trataba de una información falsa. Hasta su colega la cantante Annie Lennox, comentó: “No puedo creer que estés respaldando esta charlatanería”.

A comienzos de este mes, el cantautor Joaquín Sabina se mostró en desacuerdo con afirmaciones como la de sus colegas Enrique Bunbury y Miguel Bosé.

A la revista Esquire, Sabina, quien está dentro de la población de alto riesgo al tener los pulmones afectados por el tabaquismo, dijo sobre los famosos conspiradores que se trata de “sectas extremas y excesivas”, y recalcó que prefiere “escuchar a los científicos”.

Cabe recordar que Bunbury, exlíder de Héroes del Silencio, recibió una oleada de críticas por apoyar la decisión de Donald Trump de romper la relación de Estados Unidos con la Organización Mundial de la Salud y promover una campaña mediática contra Bill Gates por su supuesta intención de “dominar el mundo” a través de las vacunas.

Y Miguel Bosé, cuya madre falleció el año pasado tras presentar síntomas de coronavirus, aseguró públicamente que el virus había sido creado para vacunar a la población e implantarle microchips para controlarlos, y promovió el rechazo al uso de las mascarillas, por ser, según él, una forma de sometimiento.

El propio Kanye West, cantante y aspirante presidencial, quien debió ser cuidado por su esposa Kim Kardashian en casa cuando contrajo el Covid-19, ha hecho parte del movimiento antivacuna: “Son muchos de nuestros niños los que están siendo vacunados y quedan paralizados. Entonces, cuando dicen que la forma en que vamos a arreglar el Covid es con una vacuna, soy extremadamente cauteloso”. West señaló a la vacuna como “la marca de la bestia”. “Quieren poner chips dentro de nosotros, hacer todo tipo de cosas, para que no podamos cruzar las puertas del cielo”, afirmó.

El debate llegó a Hollywood. El tres veces nominado a un Oscar, Woody Harrelson, en abril pasado compartió en su Instagram un video en el que atribuía a la implantación de la tecnología 5G la aparición del virus. Aunque después borró la publicación.

Para no ir más lejos, el actor mexicano Carlos Villagrán, más conocido como Quico en la extinta serie El Chavo del 8, atribuyó el coronavirus a una “conspiración mundial” detrás de la cual estarían “la masonería y Bill Gates”.

Censurados

A la modelo caleña Elizabeth Loaiza le pasaron factura por promover productos en las redes sociales; el año pasado, la Superintendencia de Industria y Comercio le formuló un pliego de cargos por publicidad engañosa, al ofrecer el producto ‘ProMed Covid-19 Rapid Test’ en su Instagram.

Y aunque ella dice que es consciente de que no se deben promover productos que no cuentan con el Registro Sanitario expedido por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, INVIMA, es escéptica frente a la vacuna: “No me la voy a aplicar, no sabemos los efectos secundarios. No estoy diciendo ‘nadie se la aplique’. El INVIMA exige hasta 20 años de estudio médico o científico que demuestre su eficacia, cómo voy a aplicarme una vacuna que salió hace meses o un año. Faltan muchos estudios médicos y científicos que la avalen”, le dijo a El País.

Respecto a los remedios expresa: “me parece bien que las personas compartan lo que les funciona, y que cada uno decida qué toma o no, como el té de moringa con limón y miel para subir las defensas”.

Hay figuras que han salido a retractarse públicamente de sus teorías, como el séxtuple campeón del mundo de Fórmula 1, el británico Lewis Hamilton, que se excusó luego de compartir en Instagram un video en el que acusa a Bill Gates de mentir sobre las vacunas contra el coronavirus. La publicación, inicialmente hecha por el actor King Bach y compartida por Lewis, es una entrevista de trece minutos de Bill Gates a la cadena CBS sobre las vacunas del coronavirus (el filántropo dice que invirtió más de US$ 250 millones en la lucha contra el virus). La acompaña la frase “recuerdo cuando dije mi primera mentira”, como dando a entender que el millonario miente.

Tras la polémica, el piloto dijo en público: “Quiero dejar claro que no soy antivacuna y que no tengo dudas de que esto será importante en la lucha contra el coronavirus, y tengo la esperanza de que se desarrolló para salvar vidas”.

El periodista Víctor Manuel García (Víctor Paparazzi) concluye que “esta época nos ha enseñado que las celebridades e incluso los influenciadores locales, deben tener un alto grado de responsabilidad con lo que dicen a sus seguidores. Hoy más que nunca, antes de arrojar sus opiniones deben pensar qué tan beneficioso o perjudicial es lo que se expone en redes sociales. Muchas premisas dadas sin soporte médico o científico son muy riesgosas para quien cree en ellos, es irresponsable y no es posible permitirnos que esto suceda en una época donde muchas personas viven en una gran incertidumbre”.

Detrás de la conspiración

- Opinión:

Para la psicóloga Marcela Henao, “al ser humano le es más sencillo creer en lo conspirativo que en lo real, ya que la realidad es más fuerte, caótica, compleja y difícil de asumir”. Para ella, la conspiración daña la salud mental y aunque “algunas teorías conspirativas suelen leerse o escucharse cómicas, pueden terminar siendo completamente peligrosas para una sociedad desinformada”.

La experta enfatiza que para prevenir a la población de las teorías conspirativas y no caer en el “pensamiento colectivo“ es muy importante siempre manejar el pensamiento crítico. “Hay que reconocer que las teorías de conspiración no son investigaciones basadas en estudios científicos, por eso es necesario mantener la calma y realizar las preguntas que sean necesarias para disminuir las dudas, pero siempre recordando que el que las personas opinen sobre algún tema no significa que esto sea cierto”.

Otras teorías conspirativas

En redes sociales Miguel Bosé ha ejercido un activismo atípico, con videos ha invitado a la comunidad a sumarse a marchas antimascarillas e incluso ha hablado sobre teorías conspirativas como que el virus del Covid-19 tiene que ver con el uso de redes 5G.

Christopher Uckermann conocido por su papel en la teleserie RBD, dijo que el coronavirus es una mentira e instó a sus seguidores a que, en sus propias palabras, “despierten” y se den “cuenta de la realidad”.

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