Entretenimiento
Ojo al dato: estas son las lecciones financieras que dejó Yo soy Betty la Fea
La televisión no es solo simple entretenimiento.
El 25 de octubre de 1999 la idiosincrasia colombiana se vería reflejada en una novela, que llegó incluso a pertenecer al libro Guinness de los récords, se trató de Yo soy Betty la fea, dirigida por Fernando Gaitán. La obra televisiva llegó a todos los países de américa y del mundo, 180 países, 25 idiomas y cerca de 28 adaptaciones, disfrutaron con la vida de Beatriz Aurora Pinzón, una economista que al no encontrar trabajo en su área de estudios decide entrar a una empresa como secretaria y termina convirtiéndose en la mano derecha del gerente para arreglar los problemas de la empresa.
Para empezar la empresa es un negocio familiar, Roberto Mendoza y Margarita Sáenz, son socios de Julio y Susana Valencia, sus hijos Armando y Marcela, están comprometidos, ella es la gerente de puntos de venta y él el gerente de la empresa. Roberto, ya cansado, decide retirarse y dejar a Armando a cargo de Ecomoda, la empresa de moda más exitosa del país.
1. No preparar un sucesor
En la novela no se dice qué estudió Armando, pero sí que está preparado en las mejores universidades, con los estudios más profundos sobre el funcionamiento de las empresas. Sin embargo, le hace falta liderazgo y experiencia para ser el verdadero presidente. Además, que Ecomoda no tiene roles definidos, sus directivos no funcionan con metas claras, no se sujetan a ninguna regla y están emparentados entre sí. Pese a que Armando tiene muchos títulos, le falta saber más del negocio.
2. No hay auditoría
Debido a esa falta de responsabilidades claras, Armando se cree con el derecho de maquillar informes, y presentar datos inflados a la Junta Directiva, es por eso que quienes hacen seguimiento a las labores y los dineros de las empresas son necesarios para estar sobre la información financiera. Tener claro que gasta y que debe la empresa termina siendo fundamental.
3. El personal debe estar preparado
En Ecomoda hay personal preparado en las áreas operativas, pero los puestos directivos parece que no tienen ningún arraigo real con la compañía, los amiguismos hacen que sean escogidas ciertas personas que no tienen las capacidades para llegar a dichos cargos. Por ejemplo, Patricia Fernández está allí porque es amiga de Marcela, pero no porque pueda hacer los informes que le pide el presidente, termina siendo una especie de espía que entorpece el ambiente laboral.
4. Cumplir lo que se promete
En principio, cuando Roberto era el presidente, el negocio tenía como objetivo cumplir altos estándares con los mejores materiales. En una jugada para abaratar costos, Armando decide buscar nuevos proveedores y así abaratar costos. Lo que nunca pensó es que también se abarata la calidad.
5. Mejorar el ambiente laboral
Los gritos, el acoso, los insultos, las descalificaciones, las relaciones interpersonales y los pequeños grupos de amistades hicieron que Ecomoda fuera un lugar tóxico para trabajar. En el 99 no había internet, por lo que ir a la oficina era necesario y fundamental. Ahora, con el uso de la tecnología, los ambientes laborales poco agradables parecen sobrevivir incluso al paso del tiempo.
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