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¿Para qué sirve escribir el nombre de una persona en un papel y quemarlo?
Una tradición sorprendente: escribir el nombre de alguien y quemarlo. Descubra cómo este acto cotidiano puede tener un poderoso significado espiritual.
En el vasto mundo de las creencias y prácticas espirituales, existen rituales y acciones que, para algunos, pueden parecer enigmáticos o incluso misteriosos. Uno de estos rituales es el acto de escribir el nombre de una persona en un papel y luego quemarlo. Aunque puede ser desconocido para muchos, este ritual ha sido practicado en diversas culturas y contextos durante siglos.
¿Qué significa este ritual?
El acto de escribir el nombre de una persona en un papel y posteriormente quemarlo se enmarca comúnmente dentro del ámbito de la magia, la brujería, y la espiritualidad. Aunque las interpretaciones y propósitos pueden variar según las creencias y tradiciones culturales, en general, este ritual se realiza con un objetivo específico en mente.
“Generalmente, e incluso desde tiempos ancestrales, el ritual de quemar un papel con un nombre escrito (o varios nombres escritos) es un hechizo de magia blanca. Esto quiere decir que son rituales protectores y que no buscan perjudicarnos ni a nosotros ni a los otros”, comenta el portal Terra.
1. Liberación de energías negativas
Una de las razones más comunes para llevar a cabo este ritual es la liberación de energías negativas o no deseadas. Quienes practican este acto a menudo creen que al escribir el nombre de una persona que les ha causado daño o angustia en un papel, están transfiriendo esas energías negativas al papel mismo.
- “Ritual de protección: nos ayudará a liberar la angustia y las emociones negativas que nos dominan provenientes de esa persona y alivia el estrés que nos genera la situación”, afima el portal SomosOhLala.
La acción de quemar el papel se considera entonces como una forma de liberarse de esas energías, permitiendo que la persona afectada encuentre paz y sanación.
2. Protección y purificación
Este ritual, ampliamente compartido y mencionado en el diario Clarín, consiste en escribir siete veces el nombre de una persona que le provoca sentimientos encontrados o a quien cree que le envidia, en un papel blanco. De manera adicional, junto a su nombre, se plasma en el papel siete veces las emociones o sensaciones que su presencia genera, ya sea la percepción de falta de energía positiva hacia usted o la ausencia de buenas actitudes.
Posteriormente, el papel se dobla en cuatro partes antes de proceder a su quema, siempre tomando las máximas precauciones de seguridad. Una vez que el papel se ha consumido por el fuego, las cenizas resultantes son depositadas en una maceta o cualquier lugar con tierra.
3. Manifestación de deseos y peticiones
Para otros, este ritual es una forma de manifestar deseos, peticiones o intenciones hacia una persona en particular. Al escribir el nombre de alguien y quemar el papel, algunos creen que están enviando esas intenciones al universo o a fuerzas espirituales para que se hagan realidad. Puede ser una práctica relacionada con la ley de la atracción o simplemente un medio para enfocar la mente en un objetivo específico.
Uno de los rituales para la manifestación de amor compartido por el portal Terra de México consiste en: “El ritual de la quema de un papel con un nombre (o varios nombres) escritos también puede tener una vinculación referida al amor. Porque hay quienes intentar ‘acercar’ a la persona que las atrae por medio de papelitos, escrituras y fuego. En este caso, la acción incluye escribir el nombre de la persona que nos atrae también siete veces en un papel, aunque procurando utilizar tinta roja”.
4. Vinculación con ancestros y seres queridos
En ciertas culturas, escribir el nombre de un ancestro fallecido y quemar el papel es un acto simbólico de conexión y respeto hacia ellos. Se cree que esto puede abrir canales de comunicación con el mundo espiritual y permitir que los lazos con los seres queridos fallecidos se fortalezcan.
Si le quiere realizar un ritual de agradecimiento, el portal Clarín enseña: “En este caso, colocamos una hoja de laurel, la envolvemos con el papel y quemamos todo, siempre manteniendo al máximo los cuidados de seguridad. Afirmamos ‘Gracias. gracias, gracias’, y arrojamos las cenizas en una maceta o lugar con tierra”.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.
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