CANCILLERÍA COLOMBIA
Políticamente vestidos: expertos hablan del polémico código de vestuario de la Cancillería
El nuevo código de vestuario o ‘dress code’ de los funcionarios públicos de Relaciones Exteriores genera polémica. ¿Qué dicen los expertos?
Se dio a conocer, esta semana, el nuevo manual de vestuario que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia les entregó a los funcionarios que trabajen y hagan parte de la Cancillería. Y aunque se dijo que no es obligación ni requisito implementar el nuevo manual, no cayó bien entre los funcionarios públicos, y tampoco entre los internautas, quienes no dudaron en expresar sus críticas sobre lo que sugiere la cartera de la diplomacia.
En esta se dice que los miembros de la entidad deben propender por dar “una imagen profesional y consecuente con la identidad y el contexto laboral”, e incluso hacen una clasificación, tanto para mujeres como para hombres, de las prendas que deben ser usadas en ocasiones formales y casuales.
Para ellos, “un traje de diseño clásico completo, camisa de manga larga, corbata o corbatín, correa de cuero, zapatos clásicos tipo Oxford, Náuticos y mocasines, y calcetines largos”, son esenciales en la construcción de un atuendo adecuado.
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Mientras que para ellas, recomiendan el traje sastre de saco y falda, pantalón o vestido completo con medias veladas, y zapatos clásicos, de tacón o sin tacón, acordes con el vestuario. Pero incluye, además, un anexo en su recomendación: “Evitar los escotes pronunciados y faldas cortas. Un maquillaje discreto y natural, sin tonalidades muy fuertes. Accesorios pequeños, peinado sencillo, y uñas en colores discretos”.
Así, el compendio de imágenes que acompañaron el manual, rápidamente inundó las redes sociales con diversas opiniones.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el embajador de Colombia en Argentina, Camilo Romero, quien se refirió al asunto, a través de su cuenta personal de Twitter, con una fotografía donde se le ve con un estilo muy casual, y acompañada del texto. “Más allá del código de vestuario, con tenis o sin ellos, lo importante es trabajar siempre por el país”.
Mientras que la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil, preguntó al postear una fotografía de los diferentes accesorios que ha usado en sus labores: “¿Serán discretos mis accesorios?”.
El País consultó a algunos expertos en relaciones públicas y protocolo, sobre qué tan acertado puede ser este manual del buen vestir para los funcionarios del Gobierno.
Juan Carlos Uribe, director de relaciones públicas y protocolo de la Gobernación del Valle del Cauca, explica que respetar el código de vestuario corporativo es vital y por lo tanto, debe ser tenido en cuenta.
“Coincido con el manual de la Cancillería, pienso que es un tema de respeto por la institución el llevar un atuendo adecuado. Para mí, cada cosa tiene su lugar y momento, y por eso la ropa informal, el jean descaderado, los rotos, los escotes o los tenis no caben en las instituciones públicas. Ojalá este código de vestuario lo implementaran en todas las entidades del Estado”.
Considera el experto que es necesario proyectar una imagen acorde al espacio y cargo jerárquico, a través de atuendos sobrios, elegantes y siempre formales.
Ahora bien, da algunas recomendaciones a la hora de combinar estilos, en especial para cuando se acerca el fin de la semana laboral. “Es perfecto para el viernes, en el caso de los hombres, no usar un jean sino un pantalón caqui y un blazer azul noche. Zapatos tipo Top Sider (estilo marinero) y tener compostura al vestir. Hay que conservar un estilo propio pero formal. Lleve camisas blancas de algodón y de buen temple. Los mocasines nunca pasan de moda”.
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Jorge Dusterdieck, relacionista público y experto en moda, difiere un poco de la idea de ajustarse a un manual. Considera que el mundo corporativo permite hoy la versatilidad al vestir. “Una charla con los empleados, es suficiente para exponer lo que se espera de ellos en su presentación personal. Un funcionario público debe verse respetuoso, limpio, pulcro, aún con tenis”.
Mientras que para Beatriz Arango, periodista y asesora de moda, aunque cada persona tiene sus gustos particulares al vestir, debe adaptar esas preferencias al escenario laboral. “Resulta prudente que los empleados estén sintonizados con la imagen que desea proyectar la empresa, pero hay que tener en cuenta que la escena laboral cambió tras la pandemia y estos códigos se han ido flexibilizando”.
La formalidad es necesaria
“Nuestro vestuario habla indiscutiblemente de nosotros mismos. En el caso de las cancillerías, lo formal prevalece. Para el Ministerio es importante que sus miembros proyecten un imaginario de profesionalismo y seriedad”, comenta Catherine Villota, editora de moda. Cabe destacar que la libertad que pueden tener los funcionarios está en los accesorios y tonos que usan. Se puede llevar fuera del clásico negro y blanco, azul, marrones, verdes oliva. Es permitido usar tonos opacos que existen en todas las gamas del color. Se hace la salvedad que se pueden usar tonos vibrantes, pero no brillantes. En cuanto al calzado, si se aceptan unos zapatos Oxford, se pueden llevar con traje. Los tacones pueden ser en la variedad cuadrada y Kitty que es de altura pequeña, más cómodos. “Dentro de ese universo formal hay variedad de telas y tonos a fin de no sentirse ‘encasillado’. Para generar credibilidad en estos ámbitos, hay unos códigos de vestuario que son compartidos con un medio que maneja la misma etiqueta y protocolo”, destaca Villota.
Ojo al código
El manual no es obligatorio
En el caso particular femenino, la Cancillería catalogó como infaltables pantalones formales de colores, faldas clásicas en cortes rectos, zapatos cerrados en tonos neutros, vestidos de cortes clásicos, sacos y accesorios discretos. Por el contrario, no podrán usar maquillajes en tonos fuertes ni escotes muy profundos.
"Todos los funcionarios de la entidad deben promover prácticas alineadas al cumplimiento de los objetivos institucionales a través de comportamientos que posibiliten la construcción de una imagen profesional y consecuente con la identidad y el contexto laboral", expresa el código de vestuario.