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Posesión con estilo: un despliegue de estilismo y sobriedad en la ceremonia de investidura del nuevo presidente Donald Trump
Melania e Ivanka Trump, y Jill Biden, entre las más estilizadas.
La posesión de Donald Trump como el 47 presidente de Estados Unidos no solo fue un evento político de gran relevancia, sino también una pasarela de moda invernal que reflejó elegancia y funcionalidad.
Las bajas temperaturas de Washington D.C. marcaron la pauta, convirtiendo los abrigos en los grandes protagonistas del encuentro.
Melania Trump, como es habitual, deslumbró en la importante ceremonia, con un abrigo clásico de color negro con botones, hecho a medida, de Adam Lippes, que acompañó con una blusa de color blanco, y un sombrero a juego, de Eric Javitz, firma neoyorquina, un guiño a la realeza. Complementó su atuendo con guantes a juego y estiletos, proyectando un estilo sofisticado y atemporal.
Entre los asistentes, también estuvieron Ivanka Trump, quien optó por un total look de color verde oliva, y un tocado a juego, mientras que su hermana Tiffany se decantó por un abrigo de terciopelo, con bordes de color lila, que combinó con botas altas de piel, destacando su modernidad. Ambas demostraron que quieren erigirse como la nueva realeza de los Estados Unidos. Por supuesto, los esposos de ambas lucieron trajes oscuros impecablemente cortados.
Cabe decir que, otras personalidades invitadas dejaron huella. Joe Biden, expresidente, con un abrigo negro tradicional, proyectó sobriedad y elegancia. Su esposa, Jill Biden, no se quedó atrás, y puso la nota de color al encuentro con un llamativo atuendo violeta, dando un toque de calidez y estilo.
Otra de ellas fue Usha Vance, esposa del vicepresidente J.D. Vance, quien usó un abrigo largo color rosa, y una bufanda a juego.
Distancia
Según la periodista Beatriz Arango, “la impronta de Melania Trump en este segundo mandato de su esposo es la de rigor, autoridad y distancia. Contrario al 2017, cuando vistió en tono azul celeste que denotaba serenidad, cercanía y dulzura, este 2025 la vimos con un traje oscuro de líneas rectas y estructuradas, que acentuó con un sombrero que ocultó su mirada y la distanció de los demás, que no la podían saludar ni de beso”.
“Melania sabía que el foco mediático estaría sobre ella y no decepcionó. Un vaticinio para lo que veremos en los próximos 4 años, es decir, una primera dama elegante y sobria 100 %”, Jorge Dusterdieck, periodista.