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SALSA

Recuerdos de un encuentro con el gran Larry Harlow

El sábado 22 de abril de 2017, horas antes de un concierto en Medellín, el ‘Judío maravilloso’ habló de su trayectoria con tres periodistas. Algunos momentos recuperados de una charla con una leyenda de la Fania Records.

23 de agosto de 2021 Por: Andrés Becerra, Andrés Carmona y Héctor Mosquera / Especial para El País
Andrés Becerra, Andrés Carmona (primero y segundo a la izquierda), Larry Harlow (derecha) y su hermano Andy (centro), durante la entrevista de 2017. | Foto: Foto: Especial para El País

El sábado 22 de abril de 2017, horas antes de un concierto en Medellín, el ‘Judío maravilloso’ habló de su trayectoria con tres periodistas. Algunos momentos recuperados de una charla con una leyenda de la Fania Records.

Algunas frases que dejó el pianista, tristemente fallecido el pasado viernes en Nueva York, a sus 82 años:

“Mi grupo está bien, se llama ‘Las Leyendas Latinas’, y estoy muy contento porque es la primera vez que voy a tocar aquí en Suramérica con mi propia orquesta, la última vez fue hace quince años atrás en Venezuela. Es un grupo de maestros, profesores de música, docentes en colegios de juventudes en Nueva York”.

“Yo invité a Andy Harlow, mi hermano, porque a la gente le gusta la música de él también. Él tiene una orquesta en Miami y una emisora de radio pública muy fuerte. Es su primera vez en Colombia”.

“Mi papá fue músico, mi mamá cantó, otros familiares también vivían de la música. Es una familia con mucha música. En Nueva York, cuando yo salía al tren, había muchas bodegas y tiendas de discos... y sonaba la música, en el año 50 sonaba “chachachá, qué rico chachachá, vacilón, qué rico vacilón”... y yo decía que quería tocar jazz, mi papá me llevaba a los clubes de noche a escucharlo. Yo escuchaba a todos los grandes”.

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“Había un americano que tenía un grupo y en su orquesta tenía tres saxofones, dos trompetas, dos trombones, y necesitaba un pianista. Fui al primer ensayo, ahí tocaba Palmieri y otros músicos, pero tocaban ritmos de Cuba. Me fui para la tienda y compré un disco de Noro Morales y de Joe Loco, pianistas muy famosos, y empiezo a escuchar solo música de ellos. En el próximo ensayo arranqué con el grupo y estuve tres años con ellos”.

“Soy fanático de Tito Puente, en principio con Vicentico Valdés. Me iba para el baile y aprendí a bailar, fue fácil para mí, me encantan los ritmos africanos”.


“En 1965 se me ocurre formar una orquesta. Quería un grupo con trompetas y trombones. Para esa época era un hippie, ropa moderna y un pelo largo a lo Beatles. Y la gente era muy revolucionaria, teníamos la Guerra de Vietnam, Woodstock...”.

“Inicié la orquesta con Chocolate Armenteros, Felo Brito y dos puertorriqueños en un club en la Calle 77, frente del Museo de Historia. Un amigo, que era cuñado, me dijo: ¿mira, quieres tocar aquí todos los viernes? Y todos los viernes toqué en ese club por más de un año”.

“Un día me dijo Masucci, uno de los fundadores del sello Fania, tú suenas bien, quiero grabar contigo, ven a la próxima presentación. Eso fue en un aguacero tremendo, no había nadie en los clubs, llegó Pacheco, yo lo conocía de años antes, pero no sabía que era socio de Massuci, y firmé con ellos en 1965”.

“Mis primeros discos los grababa en cuatro canales. Tuve muchos cantantes buenos como Brito, Monguito y después el jovencito Ismael Miranda, con quien estuve ocho años y dejamos muchos éxitos, Miranda tiene mucha magia, es un niño bonito”.

“Ahora hay unos barrios latinos en Nueva York, pero no existen tiendas de discos, tienen todo en las computadoras y el negocio ha caído. En los años 60 la salsa de la época abrió las puertas en Perú, Ecuador, Colombia, fue una explosión del movimiento, Johnny Pacheco, Ray Barretto, etc.”.

“Tuve la idea de grabar la película de Fania, y ganamos unos chavos”.
“Yo pongo salsa en mis espaguetis, es una palabra solamente. Pero eso fue una explosión con Fania en todo el mundo... En Japón, por ejemplo, toqué 18 veces, ellos no saben hablar el idioma, pero gustan del ritmo”.

“En Colombia los bailes son muy rápidos, son estilos muy diferentes. Acá hay un grupo de salsa que me gusta, La Misma Gente, pero hay grupos buenos, los músicos colombianos en Nueva York tocan muy bien. Intenté ir el mes pasado de nuevo a Cali, pero hubo unos inconvenientes logísticos. Sé de Cali, Cali es rumba, sé también de Bogotá, Medellín, Barranquilla”.

“Con Jairo Varela tuve un desacuerdo hace muchos años en Cali, cuando la Plaza de Toros era de madera. Fue algo por tres arreglos, de ahí no volvimos a hablar por un buen tiempo”.

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