Secretos de cocina: Carolina Acevedo, la nueva MasterChef

Colombia tiene un nuevo integrante en el grupo de celebridades MasterChef. En una emocionante y competida final, la actriz Carolina Acevedo se convirtió en la ganadora de la quinta temporada de este programa de cocina.

La ibaguereña presentó una última cena a la que bautizó Somos Paisaje, en homenaje a sus ancestros. Su entrada fue nombrada ‘Para Eliza’, el primer plato fuerte lo llamó ‘Betania’ y el segundo ‘Pato Ahumado’. Por último, se la jugó con su postre ‘San Pedro’, lo que encantó a los jurados y le permitió llevarse el gran premio y salir en los hombros de sus compañeros que celebraron con ella emocionados.

Al último reto de la competencia llegaron con ella: Nela González, Daniela Tapia y Adrián Parada, todos acompañados por sus familiares, desde las estaciones, y demás concursantes eliminados, desde el balcón, quienes igual de emocionados “sufrieron” a la par con ellos y los apoyaron.

De las 24 celebridades que participaron con la ilusión de aprender sobre gastronomía y que enfrentaron un vaivén de emociones frente a las cámaras, Carolina supo hacerse camino a la final, explorando caminos en sus pasiones y en sus raíces para superar todas las pruebas, aún cuando creía que ya no era capaz.

Todos llegaron con ganas de ganar, pero ¿realmente lo creía posible?

No. Siempre quise llegar a la final, para tener a mi familia ahí, viéndome cocinar. Llegar a la final ya era el gran premio. Por eso me acompañaron las personas que sabían lo que sentí durante los cuatro meses que duró el programa, con todo el estrés, la presión y los nervios. Fue tanta la emoción, que a mi hermana se le bajó la presión y tuvieron que llamar a los paramédicos para que la atendieran, fue todo muy emocionante.

¿Cuándo y cómo aprendió a cocinar?

Cuando me convertí al judaísmo y empecé a hacer shabbat —ritual de descanso semanal de los judíos—, y tuve que investigar. Le decía a Jorge Rausch que él era el señor del libro, porque aprendí a cocinar con las recetas de sus libros. También soy muy curiosa, me encanta salir a comer, viajar y explorar sabores. Cocinar es un parche y adoro alimentar a las personas que amo. Aunque nunca me imaginé estar en MasterChef, cocinando bajo presión, quemándome y cortándome. Pero cuando se dio la oportunidad, dije: ‘Voy a ver qué pasa’, y hoy tengo mi premio.

¿De todas sus preparaciones durante el programa, cuál la hizo sentir más orgullosa?

Fueron varios platos. El menú de la final fue de lo mejor que hice porque fue colombiano y es un homenaje a mi familia, al Tolima Grande que es la tierra de mis ancestros. Se trató de algo muy especial porque la ‘gomela’ no les hacía nada colombiano. También me sentí muy bien con el postre Tres Leches de Azafrán que les gustó a los chefs. La verdad es que cuando cocinaba para mi familia me salían los platos más deliciosos.

¿Se sintió a gusto con sus compañeros de la final?

Adrián, Nela y Dani son mis grandes amigos en la cocina desde el día uno. Cuando nos abrazamos antes de saber, lo que dijimos fue “que gane el mejor”, el que mejor lo haga, el que mejor proponga. Pero el premio realmente era ya estar ahí. Justo hoy estaba en una videollamada con Adrián y Nela, recordando los platos del ayer, y coincidimos en que, realmente, cualquiera podía ganar.

¿En la competencia, qué salida de un compañero le impactó más?

Me sorprendió mucho la de Marcela Benjumea, porque ella me aterrizaba un montón. Cuando salió Juliana Galvis me dio muy duro porque era mi compañera de carro. Ay, la de Juan Pablo Barragán también fue una de las salidas que me puso mal.

¿Con el premio considera la posibilidad de abrir un restaurante?

No, yo soy actriz no chef. Aprecio mucho el mérito y es un lujo divino de ser una MasterChef, que es un reconocimiento que me lo gané cocinando, que es algo que me gusta, pero no tengo el alma para sentarme y abrir un restaurante. Eso sí, con Lucas Jaramillo —novio—, estamos trabajando en un programa de viajes por el mundo descubriendo sabores. La idea es que en cada capítulo un chef invitado cocine conmigo.

Lo que se veía en el programa, ¿fue realidad o edición?

En la cocina, había roces. Éramos muchas mujeres con carácter muy fuerte y uno no es monedita de oro para caerle bien a todos. Tampoco se tiene química con todo el mundo. Lo cierto es que discutíamos en la cocina y ya, era un juego que nunca fue más allá. Por fuera de cámaras nunca pasó nada. Éramos como los estudiantes de Octavo A y Octavo B que se miran mal, pero nada más.

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¿Cómo describe la sensación de verse en cámara pero no interpretando un papel?

Me veo y digo: ¡Yo si soy un personaje de otro nivel!. El día que repartieron la prudencia, no hice la fila. Soy sincera, no tengo filtro, muchas veces digo las cosas y luego me pregunto por qué las dije. Pero también soy muy orgánica, saltaba, me emocionaba, lloraba. A veces el proceso de edición me hacía ver como una bruja, pero era porque no ponían el contexto. Yo como Carolina, soy mejor personaje que todo lo que hecho.

Después de este reto en la cocina, Carolina se prepara para hacer una película “con un elenco impresionante acá en Colombia”.