Una Reina de Platino: continúa la celebración por los 70 años de Isabel II en la corona británica

"Mi vida entera, sea larga o corta, estará consagrada a servirles”. Esta fue la promesa que hizo Isabel Alejandra María II, cuando cumplió 21 años.

Seis años después, el 2 de junio de 1953, subió al trono del que no se ha bajado en 70 años y casi 4 meses, un récord en la historia británica. La marca anterior la tenía su tatarabuela, la reina Victoria, que reinó durante 63 años, 7 meses y 2 días hasta su muerte.

Sólo dos reyes han reinado más tiempo que ella, el rey francés Luis XIV (más de 72 años entre 1643 y 1715) y el rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia (70 años y 4 meses, del 9 de junio de 1946 al 13 de octubre de 2016).

A sus 96 años, la reina Isabel es también la monarca reinante más anciana del mundo y está celebrando su ‘jubileo de platino’, con más años en el cargo, que cualquier otro monarca británico, capeando crisis sociales, escándalos familiares y últimamente, crecientes problemas de salud.

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Después de una larga temporada aislada por la pandemia, y el periodo de luto tras la muerte de su esposo, el Príncipe Felipe, mucho se ha hablado de la salud de hierro de la monarca nonagenaria, quien en los últimos meses se ha visto obligada a cancelar varios eventos y ser relevada por miembros de su familia en varias de sus obligaciones reales.

Sin embargo, pese a su edad y achaques, ha seguido recibiendo en el Castillo de Windsor a embajadores y responsables políticos, fiel a su trabajo, que ahora también la lleva a participar en decenas de eventos que alegran a su pueblo.

Los actos de festejo comenzaron ayer con el Saludo a la Bandera. Allí, vestida de azul, con bastón en mano y gafas oscuras, estuvo la Reina muy sonriente acompañada de su familia saludando desde el balcón.

Sin embargo, tras las celebraciones del primer día, el Palacio de Buckingham anunció que Isabel II no asistirá a la misa del jubileo hoy en la catedral de San Pablo, en Londres, ni en la recepción posterior organizada por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, tras haber sentido “cierto malestar”.

Si Wallis Simpson, divorciada y estadounidense no se hubiese aparecido en el camino del rey Eduardo, Isabel II, apodada ‘Lilibet’ por su familia, pudiera haber tenido una vida muy diferente.

Nació como tercera en la línea sucesoria al trono tras su tío y su padre Alberto. Pero se convirtió en heredera cuando su tío abdicó siendo ya rey para casarse, y su padre le sucedió como Jorge VI.

Ella misma estuvo casada durante más de 73 años con el príncipe Felipe, que falleció en abril de 2021, de nuevo un récord para un monarca británico.

100 países ha visitado.

150 visitas ha realizado a países de la comunidad británica.

22 veces ha estado en Canadá y 13 en Francia.

Julieta Rubio, artista plástica y diseñadora colombiana, elaboró los vestidos de 250 participantes del desfile del pueblo, que se realizará en honor a la reina Isabel el próximo domingo.

Nacida en Líbano, Tolima, cuenta que se tardó con su equipo seis meses en la confección de los trajes.

Isabel estaba en Kenia cuando su padre murió en febrero de 1952 y se convirtió en reina con solo 25 años, aunque no fue coronada hasta el 2 de junio de 1953, en la primera y hasta ahora única entronización británica retransmitida por televisión.

Desde entonces, la monarca ha sido testigo de la desintegración del imperio británico, la Guerra Fría, los cambios sociales de la posguerra, la llegada de la era digital y la complicada salida británica de la Unión Europea.

Durante su reinado, aprobó por "asentimiento real" unos 4.000 proyectos de ley y recibió a numerosos dignatarios en 112 visitas de Estado. Entre ellos, el emperador Haile Selassie (Etiopía, 1954), el emperador Hirohito de Japón (1971), el presidente polaco Lech Walęsa (1991) y el presidente estadounidense Barack Obama (2011).

Ha conocido a 14 primeros ministros, desde Winston Churchill (1952-1955) hasta Boris Johnson (de 2019 a la actualidad), que en audiencias normalmente semanales la han mantenido informada de los principales acontecimientos del momento.

También se ha reunido con 13 de los 14 presidentes estadounidenses elegidos durante su reinado, desde Harry Truman (1945-1953) hasta Joe Biden (desde 2021). Lyndon Johnson (1963-1969) es el único que falta en su lista.

La reina, jefa de la Iglesia Anglicana, es muy religiosa y practicante y también se ha reunido con cuatro papas en visita oficial: Juan XXIII (1961), Juan Pablo II (1980, 1982 y 2000), Benedicto XVI (2010) y Francisco (2014).

Ha enviado unas 300.000 tarjetas de felicitación a personas que cumplían cien años y más de 900.000 a parejas que celebran sus bodas de diamante (60 años).

168 días duró su gira más larga en el extranjero.

121 mil actos oficiales.

1200 retratos oficiales.

La Reina es recordada por sus sombreros, sus bolsos y sus vestidos coloridos. Se considera muy creyente y ahorradora, pese a su inmensa fortuna.

Es extremadamente discreta sobre su vida, de la que apenas se conocen sus aficiones por los perros de raza corgi y por los caballos que cabalgaba aún hasta hace poco con un pañuelo atado a la cabeza.

En el Palacio de Buckingham se han celebrado más de 180 fiestas de jardín a las que han asistido más de 1,5 millones de personas.

En 1996, la reina Isabel fue la primera monarca británica en visitar China. También fue la primera monarca británica en dirigirse a la Cámara de Representantes en Washington, el 16 de mayo de 1991.

Envió su primer correo electrónico el 26 de marzo de 1976, durante una visita a un centro de investigación del ministerio de Defensa.

En 1997, lanzó la primera página web oficial del Palacio de Buckingham.

En 2014 envió su primer tuit, y en 2019 su primera publicación en Instagram.

Es la única monarca que (casi) ha saltado en paracaídas con James Bond: en un video realizado para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, se la ve recibiendo al actor Daniel Craig en el Palacio de Buckingham antes de que ambos simulen subir a un helicóptero, sobrevolar Londres y lanzarse en paracaídas sobre el estadio olímpico, donde la llegada (real) de la reina fue recibida con una gran ovación.