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“Vamos a darnos un tiempo”: la tendencia de pareja, cada vez más común, que busca salvar las relaciones del divorcio
Enfrentar dificultades puede llevar a algunas parejas a considerar el divorcio. Sin embargo, antes de tomar una decisión definitiva, muchas parejas optan por darse un “tiempo”.
El matrimonio, como cualquier relación, siempre enfrenta altibajos, sin embargo, en ocasiones, las parejas sienten que prevalece el amor y son más bien otras circunstancias las que ponen a tambalear la relación. Y antes de hablar de divorcio, optan por darse un tiempo.
Entonces algunos se decantan por una estrategia que puede salvar o enterrar definitivamente el vínculo que parece pender de un hilo.
Es en ese punto de inflexión, que algunas parejas prefieren tomar la decisión, conjuntamente, de distanciarse —partir cobijas, alejarse—, para regalarse un tiempo con el fin de reflexionar sobre su relación, sin tener que recurrir a la opción del divorcio, al menos no por el momento.
Esta pausa es cada vez más común en las relaciones, y en perspectiva podría ser una herramienta útil, pero para los expertos, su éxito depende de varios factores.
Paula Dávila, psicóloga clínica y terapeuta de pareja, explica que, “lo ideal cuando se va a tomar una decisión de separación, es que ante la crisis, uno busque todas las alternativas posibles para tratar de que se solucionen los problemas en pareja y no se llegue al divorcio, o que si en caso tal las diferencias sean irreconciliables, uno pueda de alguna manera llegar a un divorcio en buenos términos y de la forma más sana posible”.
Por eso, esta herramienta, que ha sido sobrevalorada durante mucho tiempo, antecediendo el preludio del fin, podría ser clave para hacer un ejercicio de autoconciencia. “Darse un tiempo tiene sentido solo si se ha hecho un trabajo previo. Un tiempo que venga acompañado de reflexión, y también, preferiblemente, de un terapeuta, alguien que tiene la visión de poder entrar a ayudar, a negociar y a permitirles hacer una autoevaluación de sí mismos”.
Darse un tiempo en el noviazgo
Mientras que en los matrimonios actuales darse un tiempo cuando se está en un momento de crisis, es sano, incluso con la intervención de un terapeuta de pareja, cosa muy distinta pasa cuando este tiempo fuera lo solicita alguno de los miembros de una pareja de novios, aunque no debería tomarse así, según los expertos.
“En las relaciones de noviazgo ha sido muy mal visto porque se piensa que un tiempo se pide como para cerciorarse o matar dudas de querer estar con alguien más. Pero realmente, esa pausa, en el consultorio no se ve así: la gente legítimamente puede tomarse un tiempo porque necesita pensar, necesita reencontrarse consigo mismo, saber qué está haciendo, y qué tanto realmente la relación le aporta a su vida. Y con el tema del divorcio ocurre exactamente lo mismo, puede que la distancia les dé una perspectiva que no se tiene cuando se está bajo la convivencia”.
Ahora bien, una separación puede llevar a un distanciamiento emocional permanente, haciendo más difícil la reconciliación, por lo que, para el reconocido sexólogo Ezequiel López Peralta, un tiempo viene bien, siempre y cuando dependa del objetivo con el que se plantea.
“Siempre hay que tener en cuenta cuál va a ser el objetivo de este tiempo, y qué reglas van a crear. Es decir, se van a tomar un tiempo para estar separados y ver si se extrañan, para clarificar qué sienten, para que cada uno vea qué es lo que espera de la relación, qué espera que el otro cambie, qué espera cambiar cada uno y para qué van a usar ese tiempo, por ejemplo que hablen de si se permiten explorar con otras personas, o no”, expone López Peralta.
“Ahora, si es un tiempo para descansar del otro porque ya no se soportan, o simplemente nos estamos pidiendo un tiempo porque queremos hacer la separación un poco más gradual y, por lo tanto, menos difícil, diría que no sirve mucho. Realmente, es más un último empujón al abismo. Tomar un tiempo, sin tener claro el para qué, no tiene sentido”, agrega el sexólogo argentino.
Lo positivo vs. lo negativo
Para la terapeuta de pareja, Paula Dávila, lo positivo de estos plazos amorosos, puede ser disminuir las tensiones y los conflictos, ofreciendo un entorno más tranquilo para pensar y evaluar la situación.
No obstante, dice Dávila, “las dinámicas de encuentro que se dan, por lo general, cuando una pareja está separada, tienden a ser muy diferentes pues, estamos quitando del medio todo lo que pueda representar un problema de la convivencia y nos estamos quedando solo con ese encuentro casual, donde estamos disfrutando de una parte de la pareja y no de todo lo que comprende ese vínculo”.
Cómo, por qué y para qué hacer una pausa
La separación temporal puede disminuir las tensiones y los conflictos, ofreciendo un entorno más tranquilo para pensar y evaluar la situación. Este espacio suele proporcionar una perspectiva más clara sobre sus sentimientos y deseos. No obstante, sin comunicación asertiva sobre las expectativas y la duración del tiempo, los problemas en pareja pueden agravarse. En ese sentido, es esencial que ambas partes estén en la misma página sobre el propósito del tiempo de la separación.
“Es necesario establecer qué tipo de interacción van a tener las parejas durante este tiempo, además de tener claro el propósito de esta pausa. Hay quienes deciden no hablar o solo hacerlo por temas puntuales: si tienen hijos, incluso una mascota.., cuestiones que tengan que manejar juntos. También decidir si ese acercamiento lo van a hacer en plan de novios, que salen solo los fines de semana, se van de viaje, pero no conviven, todo eso lo tienen que acordar”, dice el sexólogo Ezequiel López Peralta.
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