Como lo explican los especialistas
que los padres implementen una alimentación SESA: completa, equilibrada, saludable y adecuada, integrada por nutrientes indispensables para los niños como el zinc y el hierro. Además, debe haber como mínimo 4 comidas al día compuestas por desayuno, refrigerio en la mañana, almuerzo y cena.
“Si el niño almuerza muy temprano se debe incluir una media tarde, todo dependerá de las necesidades del menor. El refrigerio en la mañana sirve mucho porque es cuando están en el colegio y necesitan una mayor carga de nutrientes y energía para prestar la suficiente atención en esa quema calórica que tienen”, explica la nutricionista Carolina Ardila Holguín.
“De acuerdo con la nutricionista el plan de alimentación debe estar integrado por los siguientes alimentos:
Proteína (huevo o queso), cereal integral (avena o galletas integrales) y siempre debe llevar fruta para tener una variedad de fibra, vitaminas y minerales.
Lo ideal es dejar de delegar las loncheras al supermercado o a la tienda y empezar a hacerlos desde la casa. La lonchera dependerá si el niño desayuna o no antes de irse para el colegio, porque deberá consumir mayor cantidad de proteína en la lonchera si no desayuna en casa. Debe llevar fruta, cereal, un lácteo y vegetales si les gustan, algunas opciones son trozos de zanahoria, pancackes de avena, frutos secos o parfait, que trae yogurt, fruta y cereal.
Vegetales a ser posible crudos o con la mínima cocción posible para no desaparecer la fibra, un carbohidrato (papa, arroz o pasta) y un alimento proteico como carne pollo o pescado. Cuando no son muy apetecidos los alimentos de origen animal como la carne, el pollo o el pescado se pueden reemplazar por proteína de origen vegetal como los granos (lentejas, frijoles, garbanzos, blanquillos). La bebida es recomendable que sea agua, sino jugos naturales para evitar el consumo de azúcares.
Este alimento es más ligero, pero debe estar compuesto por proteína, carbohidrato, verduras y frutas. Puede ser un wrap de pollo con vegetales salteados, una tortilla de espinacas con una tajada de pan, entre otros.
Lograr una alimentación balanceada y saludable traerá grandes beneficios para el niño, pues como lo explica la nutricionista tendrá menos probabilidades de padecer enfermedades, menos riesgos de presentar diabetes, será más activo, su concentración aumentará porque duerme mejor, psicológicamente tienen mejores relaciones porque se sienten más seguros, es más sano, tiene un coeficiente intelectual mejor, responde de la mejor manera a las tareas académicas, tiene mayor energía para hacer actividades físicas, entre otros aspectos positivos en su diario vivir.
La principal recomendación que brinda Ardila es que los padres puedan promover la actividad física de los menores e implementar alimentos que llamen la atención de los niños, para esto es de gran importancia que haya variedad de colores en un mismo plato para que la hora de comer sea más divertida e interesante. Además, se debe propiciar un ambiente adecuado, sin distracciones como televisión o teléfonos celulares, para que sea un momento de encuentro que favorezca la relación familiar y la enseñanza o aprendizaje de buenos hábitos alimentarios.