De acuerdo con los expertos
a expandir su capacidad cognitiva: atención, concentración y memoria, cualidades que les sirven para adquirir la capacidad de escuchar y entender lo que se les dice, aumentar el seguimiento de instrucciones de más de 2 tareas y ayudar a mejorar su pensamiento lógico a partir del inicio, nudo y desenlace de los textos; estimulando así el desarrollo de las funciones ejecutivas que va a emplear a lo largo de la vida.
Uno de los aportes más importantes es el desarrollo de la imaginación y creatividad de los niños, leer es poder crear, conocer, explorar y disfrutar un mundo de experiencias que no podrían vivir de otra forma como viajar a lugares desconocidos, recrear animales, tener súper poderes, entre otros escenarios que recrea la imaginación. Además, pueden identificar emociones y ser más conscientes de las propias, desarrollando de esta manera la empatía hacia los demás.
Este hábito garantiza que los niños estén expuesto a un vocabulario amplio sobre diferentes temas y gracias a esto podrán descubrir palabras que tal vez no escuchen o lean de otra manera en su vida cotidiana, mejorarán sus habilidades lingüísticas y mejorarán la comunicación verbal y escrita, lo que les permitirá construir textos con menos errores de ortografía y mayor lógica.
“Los beneficios que producen los hábitos en los estudiantes son la realización de actividades más rápidas y eficaces, optimización de energía y tiempo, mejores resultados académicos, niveles más altos de motivación, mejora en los procesos de aprendizaje, discriminación en la toma de decisiones que los ayuden a la hora de alcanzar un objetivo y establecimiento de relaciones sociales acorde a los hábitos adquiridos”, explica Clara Proaño, psicóloga del colegio Lacordaire.
Es de gran importancia que los padres puedan fomentar la lectura de sus hijos desde casa, para esto es indispensable que ellos tengan impregnado este hábito, pues los niños empezarán a imitarlos y será más fácil que se enamoren de la lectura. Es recomendable tener espacios interactivos para leer, proponer horarios para hacerlo en familia, escoger un libro y comentar sobre lo aprendido; llevar a los niños a la biblioteca, premiarlos cada vez que estén en su tiempo de lectura y cuando terminen un libro completo.
De acuerdo con la psicóloga se puede inculcar la lectura desde edades muy tempranas buscando juguetes en forma de libros que les permitan acercarse a ellos para momentos específicos como la hora del baño, donde el bebe puede jugar con él en su bañera y así familiarizarse con la lectura a partir de pictogramas. “El adulto que es la voz del cuento debe leerlo de manera interactiva repitiendo la misma historia las veces que el niño lo solicite, debe respetar el tiempo de atención y asegurar que el espacio de lectura debe ser el mismo para la creación del hábito”, finaliza.
Con los niños más grandes pueden ir de compras a la librería y explorar algunos para colorear de cuentos conocidos, esto les va a permitir acercarse a los textos de forma divertida. En edades posteriores pueden ir de “paseo” a las librerías y revisar algunos títulos acordes a la edad y escoger alguno para llevar a casa, lo más importante siempre será incentivar la lectura en cualquier etapa de la vida.