El éxito académico está ligado a una oportuna planeación de actividades. Evite aplazar la realización de trabajos o preparación de exámenes, porque esto ocasiona ansiedad y estrés. Recomendaciones.
Una de las principales debilidades identificadas en los estudiantes de primeros semestres de estudios superiores es no saber establecer prioridades, con miras a una adecuada planeación de sus trabajos y exámenes.
Así lo confirma la psicóloga Sofía Posada, profesional del Centro Magis - Centro para el Aseguramiento del Aprendizaje de la Universidad Javeriana Cali, quien asegura que la organización del tiempo es una habilidad importante en los jóvenes de hoy, la cual se pone en juego en el ámbito académico y constituye una de las necesidades más recurrentes durante la transición del colegio a la universidad. De hecho, al implicar un nivel de exigencia mayor, “la adecuada gestión del tiempo en el Alma Máter se hace necesaria para desarrollar un hábito de estudio autónomo”, agrega la profesional.
Debido a esta situación, las Instituciones de Educación Superior, IES, les ofrecen talleres gratuitos a los estudiantes en diversos temas, tales como organización y manejo del tiempo y claves de planeación y anticipación. Dichas capacitaciones incluyen, además, identificación de tiempos destinados a actividades personales y familiares, con el fin de encontrar un equilibrio que permita vivir la experiencia universitaria de una manera enriquecedora.
Dado que el método de estudio influye en la optimización del tiempo, en la Universidad Cooperativa de Colombia, campus Cali, los estudiantes acceden a talleres para fortalecer estas habilidades en la vida estudiantil. Dicho acompañamiento lo ofrecen desde el programa denominado Enlace, de acuerdo con Juan Carlos Flórez, rector del Alma Máter.
A su turno, Ana Cristina Marín, directora de Desarrollo Humano de Bienestar Universitario, de la Universidad Icesi, sostiene que “en los talleres de administración del tiempo se brinda acompañamiento grupal e individual a los estudiantes de primeros semestres durante el proceso de adaptación para que puedan asumir con éxito el ritmo universitario”.
Complementa, además, que “la Institución tiene un programa según el cual los jóvenes aprenden a organizar su tiempo en función de sus compromisos académicos y de su propio estilo de vida”.
PARA PONER EN PRACTICA
Establecer un plan del día a día le permitirá saber qué tiene para hacer y a qué hora lo va a realizar,
lo cual evita la preocupación de tener muchas cosas pendientes. Para ello, se sugiere usar un planeador
o libreta de apuntes donde registre todas sus actividades.
Otro consejo de oro es determinar una fecha y hora para repasar asignaturas y prepararse
para los exámenes, ya que este método recurrente genera hábitos de estudio.
La psicóloga Sofía Posada sugiere ver el tiempo como un recurso limitado. “Es por eso que preferimos hablar de administración del tiempo, porque cuando puedo plantear que tengo ocupadas determinadas horas o que dispongo de determinado tiempo para hacer ciertas tareas, es más fácil regularse. Contrario a lo que ocurre cuando se piensa el tiempo como una variable indefinida, porque siempre nos vamos a quejar de que no nos alcanza”.
Además de atender las tareas y exámenes más inmediatos, los estudiantes deben ocuparse con suficiente antelación de aquellos trabajos grupales o individuales, investigaciones, exposiciones o salidas de campo, que requieran más dedicación o sean más complejos.
No todos los periodos de clases son iguales. Por ejemplo, hay una época de presentación de exámenes parciales, otra de finales o de cumplir con trabajos individuales o en grupo. De ahí que parte del éxito académico esté en anticiparse a las fechas de entrega. Lo ideal es que proponga acciones pequeñas para cumplir con los cronogramas en tiempos específicos, usando un planeador mensual para registrarlas. Esto le permitirá alinearse con los objetivos que desea alcanzar en su carrera.
Los universitarios deben priorizar actividades como descansar, practicar algún deporte o pasatiempo de índole cultural o interactuar con amigos. Lo importante, según los expertos, es no excederse en el tiempo que se les da a estos espacios, porque en ocasiones no se tiene control sobre las horas que se pasan, por ejemplo, navegando en redes sociales.
Para que los jóvenes, que cada vez tienen que llegar más temprano a la universidad, puedan hacer una buena gestión de su tiempo, el apoyo y control por parte de sus padres es fundamental. De hecho, ellos deben vigilar qué tanto están estudiando, descansando y cuál es su estado de ánimo, entre otros aspectos.
Este acompañamiento debe ir disminuyendo a medida que transcurren los semestres, puesto que la autonomía es una conquista gradual, tal como opinan los expertos en educación.
Retrasar o posponer la realización de tareas pendientes genera acumulación de las mismas, lo que afecta el rendimiento académico. A este retraso se le conoce como procrastinación, la cual propicia estrés y angustia cuando los alumnos se dan cuenta de que no pueden cumplir.
“Este fenómeno aplicado a las actividades académicas puede tener como consecuencia el impacto en la dimensión emocional de los estudiantes, ya que represar temas de estudio y entrega de tareas genera sensación de ansiedad, al percibir que el tiempo no es suficiente. Una de las mejores formas de combatir la procrastinación es la anticipación y la planeación de los tiempos, creando un plan de trabajo que permita organizar las actividades pendientes en orden de prioridad”, enfatiza la psicóloga Sofía Posada, de la Universidad Javeriana Cali.