Como sucede en la vida, la simplicidad es la mejor forma de documentar un proyecto tan extenso como este.
Me gustaría presentarles Mundo de Bailes, un proyecto en el que llevo años trabajando y que surgió en Panamá.
Reducir la composición en fotografía a su esencia no es tarea fácil, pero es algo que siempre persigo en todas mis creaciones. Pero si los japoneses pueden hacerlo con sus presentaciones culinarias, ¿por qué no intentarlo?
Ser capaz de presentarle al espectador una perspectiva minimalista, en la que los sujetos se sumergen en un entorno cuasi-mágico, a pesar de la cotidianidad de las imágenes, es uno de mis objetivos. Como sucede en el ballet, en la fotografía muchas veces el secreto es combinar disciplina, belleza, creatividad y constancia.
Pero las imágenes de ballet no creo que deban quedar encajonadas en bailarines que parecen salidos de un cuento de adas, volando sobre el escenario, mientras desafían a la gravedad.
Y es precisamente así como surgió este proyecto. Con una invitación para realizar una campaña de publicidad, que atrajera a los jóvenes a los teatros. Se me propuso realizar imágenes convencionales sobre el escenario. Pero, finalmente, pesaron más mis deseos de explorar visualmente el mundo de la danza. Durante semanas, fotografié a los bailarines del Ballet Nacional de Panamá, en una búsqueda visual constante. En una época donde no existía Instagram, ni imágenes similares en las redes.
Un proyecto que inicialmente nació en torno al mundo del ballet, pero que pronto amplié para incorporar la diversidad de manifestaciones musicales y rítmicas en América, especialmente en Colombia. World of Dances ha sido expuesto en el Alden B. Dow Museum of Science and Art Midland Center for the Arts y en el Museum of Modern Art de Panamá. Y como curiosidad, formé parte del equipo multidisciplinar inicial de la Universidad de Yale, que recibió un grant de The Arts Council of Greater New Haven por un proyecto que pretendía descubrir la partícula de Higgs, a través de la física, el baile y la fotografía. Llegamos incluso a viajar Ginebra y descender al colisionador de partículas.
Este proyecto tiene multitud de anécdotas, como el hecho que National Geographic incluyera varias de mis creaciones en libros como Stunning Photographs y Women. Pero para mí, el recuerdo más entrañable es que el icónico fotógrafo de moda del New York Times, Bill Cunnningham, nos inmortalizara en su popular columna, mientras caminábamos a un photo shoot en Central Park con la bailarina Kylie Edwards, quien por cierto aparece en algunos episodios de la serie de Netflix The Gilded Age.
