Siempre me preguntan qué es lo que tiene Colombia, que me hace regresar con mi cámara. Como los cantantes de vallenato, como le sucedía a Ignacio Carrillo, el músico protagonista de Los Viajes del Viento, los juglares de la comunicación viajamos por muchos rincones buscando esas historias que conmoverán al mundo. Aunque muchas veces, son esas mismas historias las que nos cambian a nosotros. Cada narrador visual, en su estilo particular, recuerda a quienes aprecian nuestras fotografías, lo bonito o lo complicado que es este mundo que nos tocó vivir. Los fotógrafos llevamos con nosotros cámaras, como si de acordeones se tratara. Cada viaje lo vivimos tres veces: cuando lo soñamos, cuando lo vivimos y cuando lo recordamos.
Los fotógrafos avanzamos por las veredas de la vida, con tres hileras también: la visual, la narrativa y la personal. La suma de las tres, adereza la mezcla creativa de cada uno, llevando a cada fotógrafo a mostrar el mundo a través de un lente particular. Un sello que con el tiempo, se convierte en inconfundible. Una voz, una sensibilidad, unas experiencias de vida… que combinadas llevan al lector en un viaje. Un viaje único e irrepetible. Porque un hombre jamás visita el mismo río. Porque cuando regresa, ni es el mismo río, ni es el mismo hombre. Y es por eso que cada viaje se vive según la sinergia de los presentes, la de aquellos que confluyen temporalmente en cada historia.
donde durante muchos años me impregné del olor a café de las mañanas colombianas; de las bienvenidas afectuosas en las fincas,
algunas tan alejadas que conformaban su propio mundo aparte; de las alegrías de la llegada y la desazón de la partida; comprobé
como la palabra verraco define a muchos; de una multiculturalidad tan compleja, que siempre me recordó el melting pot de Nueva York;
de…
Porque ya hace mucho que las palabras del físico alemán Albert Eisntein hicieron mella en mi interior. En especial cuando
afirmaba que "Solo hay dos formas de vivir la vida: como si nada fuera un milagro o como si todo fuera un milagro." Yo hace
mucho que me quedé con la segunda.
Como ese instrumento musical armónico de viento que es el acordeón y con ése fuelle, diapasón y caja armónica que representa
el equipo detrás de este proyecto, espero que los mensajes que salgan de mis escritos, fotografías y videos se los lleve el viento.
Que lleguen al corazón de muchos, recordándoles que la hierba no siempre es más bonita al otro lado, sino allá donde uno más la riega.
Siempre me gustó la frase de Gabriel García Márquez que decía que "No es verdad que las personas paren de perseguir sueños, porque se hacen viejas, sino que se hacen viejas porque paran de perseguir sus sueños." Y es por eso, que siempre invito a todo el mundo a dejar de soñar, a pesar de los altibajos del camino. Marco Aurelio hablaba de que "La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos."