Colombia te tengo el plan - El País

El arcoiris que se derritió en la selva a ritmo de joropo

Imagina un arcoiris líquido de casi 100kms, que en ningún momento de su recorrido supera los 20 metros de ancho. Un lugar donde confluyen tres grandes ecosistemas, Los Llanos de la Orinoquía, el Bosque Lluvioso Tropical de la Amazonía y la cadena montañosa de los Andes. La Sierra de la Macarena es un cruce de caminos. Un enclave de ensueño capaz de enamorar al más curtido de los viajeros.

Una planta crea el color rojo y verde. Sí, se trata de una planta, la Macarenia clavígera. Este increíble fenómeno natural no es producido por un alga como muchos piensan. Dependiendo del mes en que nos encontremos, esta planta puede tener coloraciones rojas, azuladas, amarillas, naranjas o verdes. Estas coloraciones son directamente proporcionales a la presencia de carotenoides en las plantas, para protegerlas de la oxidación y los rayos del sol. A pesar de su gran belleza, el área presenta una gran fragilidad ecológica y es de gran importancia empoderar a las comunidades locales, para la permanencia y conservación de un lugar como este.

Hasta el 2005, los problemas de seguridad en la zona hacían de este paraíso algo inaccesible para los visitantes. En el 2010, menos de 1.500 personas visitaron la zona. Y para el 2015, la cifra ya superaba los 10.000 visitantes. Y no es de extrañar, porque este paraíso multicolor es el hogar de 420 especies de aves. En la época seca, los seis primeros meses del año, el río y la planta se secan, dejando al descubierto las formaciones rocosas.

Todo el que llega a Caño Cristales debe pasar por una charla de orientación sobre el lugar y su importancia biológica. Una de las recomendaciones más estrictas y más lógicas en mi opinión es que no usemos cremas protectoras de sol (bloqueador), ni tampoco ningún tipo de repelente, ya que los químicos podrían afectar el bienestar de las plantas.

Pero además de la importancia biológica, me gustaría resaltar la importancia geológica. Las formaciones rocosas de esta zona, una prolongación del Escudo Guayanés, tienen más de mil millones de años de antigüedad.

El Municipio guarda numerosos secretos para el visitante, siempre con un alto valor paisajístico. En las orillas del río Guayabero, aún pueden verse petroglifos realizados por los indígenas Tiniguas y Guayaberos.

Lo que me gustaría remarcar es la importancia del ecoturismo para lugares como este. Existen multitud de parajes singulares como este en Colombia. Nuestra visita a estos lugares acciona una cadena turística, que va desde el transporte por tierra o por agua; la elaboración de las comidas; hasta finalmente los guías naturalistas, que en definitiva son los que enriquecen las experiencias. Un buen guía nos puede descubrir las historias que se esconden detrás de cada rincón, como la zona conocida como Tres Espejos, antiguamente visitada por los indígenas guayaberos. En ciertas noches de luna llena, los indígenas traían sus ofrendas y las lanzaban en el centro de la piscina natural. Dicen que el chamán tocaba el agua y el reflejo de la luz de la luna sobre la superficie se proyectaba sobre tres rocas lisas de forma rectangular, mostrando el futuro de las comunidades.

Caño Cristales y la Macarena son lugares que como tantos en el país hacen un esfuerzo por reinventarse, mirando al patrimonio natural, no únicamente como una fuente de inspiración y belleza, sino también de ingresos. Es difícil imaginar hoy un lugar que pasara desapercibido antes los ojos del mundo. En el caso de Caño Cristales fue así hasta que el fotógrafo y periodista Andrés Hurtado.

Colombia te tengo el plan - El País cada vez que escucho un joropo pasan frente a mí infinidad de recuerdos: Los Ochos, la Cascada de los Cuarzos, la Piedra de la Diosa de la Macarena, Tapetes o Paso Mojado. Cada lugar me deslumbró con una belleza natural incomparable. Y hablando de joropo, ese ritmo llanero colombiano-venezolano que simula el galopar del jinete, dice la tradición que la palabra viene del arábigo xarop, que significa jarabe. Y que parece se originó a los galerones, esas fiestas donde se bailaba inicialmente el vals. ¿Será que por eso el primer paso del joropo se denomina valseo? El joropo, con su importancia del taconeo rápido y el cuerpo relativamente quieto se baila al ritmo de la música llanera, mezcla de influencias españolas e indígenas, en tiempo de 3/4, como el vals del cual deriva. Y al escuchar 'La Guacharaca' uno está escuchando lo que seguramente fue el inicio de la música llanera, cuando Juanito Navarro cantó el primer contrapunteo con Ángel Custodio Loyola.

Y creo que es propio cerrar el artículo de esta semana con las palabras de Luis Silva, cuando decía El Cielo Oriental me dio su sombra, me dio su luz. Calor de verano, un sol radiante y un cielo azul. ¡Pero no! Quizás sea más acertado cerrar con Caballo Viejo de Simón Díaz cuando decía Cuando el amor llega así de esta manera, uno no se da ni cuenta.
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