En la lengua wayunaiki existen numerosos vocablos para referirse al amor.
Si caminaras por el Desierto de la Guajira y alguien te dijera Anas mai, estarían sugiriendo que tú eres lo más hermoso.Los Wayúu son un pueblo indígena que habita la parte norte de Colombia, el desierto. Más concretamente, viven en la parte colindante con Venezuela, la parte más nororiental del país.
La palabra wayúu significa gente de arena, sol y viento. Se trata de una de las etnias de mayor población de América del Sur, con más de 600,000 habitantes, pero no por ello, menos interesante.
Viven del pastoreo y de la siembra; de la recolección de frutos silvestres. Y por supuesto, no debemos olvidar la pesca y las artesanías, elaboradas por las mujeres wayúu. Hoy en día el ecoturismo representa también una importante entrada de recursos para estas comunidades.
“La Yonna es una festividad que se celebra cuando se desarrolla la mujer”,
explica José Luis Pushaina, guía naturalista en la Guajira. “Hay un ciclo muy puntual en la vida de la mujer wayúu, cuando deja de ser niña. Esa niña, bajo la supervisión de su abuela materna, encerrada en la ranchería, recibe todo el conocimiento oral tradicional para conformarse en una nueva mujer para la comunidad. A su salida, se invita a todas las personas allegadas. Realizamos una festividad, lo que llamamos la Yonna”.Durante la Yonna, la mujer se viste de rojo. “Al vestirse así, está representando el valor de la sangre”, explica Pushaina. “En la comunidad wayúu, la sangre tiene un valor cultural muy importante. Es sagrada. Derramar sangre a nuestros semejantes violaría las normas de convivencia”.
“Nuestros ancestros nos han contado” --continúa Pushaina--, que la Yonna se representa de generación en generación. Antes de esta hubo otras generaciones que estaban establecidas en el territorio. Esas antiguas generaciones son hoy parte de la naturaleza. Son los árboles, las aves… En otras generaciones tuvieron una apariencia física con cualidades humanas”.
En la tradición oral wayúu, el Cardenal Guajiro (Cardinalis phoeniceus) es una de las especies más emblemáticas de la Guajira. Representa ese muchacho que tomó ese color de sangre y se vistió de rojo. “Por eso, en cada evento de esta etnia, representamos al cardenal guajiro y mostramos su importancia como centro de la cultura wayúu”, explica Pushaina.
El baile de la Yonna tiene lugar como celebración de ese paso de niña a mujer, pero también cuando van a llegar las lluvias, como agradecimiento para que la actividad de siembra sea productiva; cuando una persona enferma se sana; y para dar la bienvenida a personas especiales. “No se realiza cuando hay un fallecimiento en el hogar”, termina Pushaina. A la cabeza está la Autoridad Tradicional, escogida mediante una asamblea por la comunidad. “Debe de ser de la línea materna” --explica Pushaina--, porque nosotros somos una sociedad matriarcal. Nuestras principales líneas familiares vienen por el lado materno”.
“Hace algunos años nos referíamos a la Autoridad Tradicional como caciques”, explica Pushaina. “Pero la diferencia es que el Cacique se autoposesiona, porque tiene el poder monetario, porque es una persona respetada…Sin embargo, hoy en día, la Autoridad Tradicional se escoge por su conocimiento o por su sabiduría.
Debajo de la Autoridad, se encuentran los mensajeros de la palabra, los pütchipü’ü o palabreros. Se trata de un mediador o un conciliador, alguien que mantiene la armonía dentro de la comunidad. ¨Es la persona que pone el valor del lote, para cualquier incidente que suceda dentro de nuestro territorio,¨ explica Pushaina. ¨Decide cuales son los valores de compensación sobre cualquier acción que beneficie el bienestar de la comunidad.¨
“Cada familia tiene su palabrero,¨ explica Pushaina. ¨Los palabreros se sientan y buscan entre ellos la mejor solución para mantener la armonía de la comunidad. Para que siga manteniendo esa base de ley tradicional”.
Bajo el gran paraguas jerárquico de la Autoridad existen los piaches, conocidos como médicos tradicionales. También están las parteras, que son las abuelitas que atienden en el parto, algo que generalmente sucede en las propias rancherías. “Las abuelas son sabias”, explica Pushaina. “Solamente con tocar el abdomen saben el tiempo de gestación; saben si va a tener alguna dificultad; y lo más importante, el sexo del bebé”.
“También están los líderes”, explica Pushaina. “Jóvenes que han ido a la universidad y que a su regreso ayudan a fortalecer sus comunidades. Ellos son los voceros frente al Estado, del palabrero, de las parteras, de los piachis o, incluso, de la Autoridad para seguir fortaleciendo la organización social de la comunidad¨.
Mientras finalizo este artículo, numerosos recuerdos de mis experiencias por la bajiplanície de la Guajira pasan por mi mente, una y otra vez. Un territorio con una extensión similar a El Salvador, lindando al Sur con la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá. La tierra donde abunda el carbón en El Cerrejón y la sal en Manaure. Un lugar donde muchos aún degustan la iguana guisada con coco, o el fiche, un plato a base de chivo.
Allá donde el chivo es un símbolo de prestigio para las familias, las tradiciones orales guardan grandes lecciones para la humanidad.