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Los retos del arte digital
Mónica Ramírez, una joven artista de 23 años cuenta el proceso de innovación que tuvo en la ilustración digital para poder comercializar diseños en los mercados.
El arte en sí mismo es la expresión del ser humano. Anualmente, decenas de jóvenes se gradúan de diferentes carreras relacionadas a la manifestación artística debido, en la mayoría de los casos, a la pasión que despierta el simbolizar su sentir. Sin embargo, uno de los principales retos que se encuentran una vez finalizan su proceso académico, es el entorno laboral.
Carreras como Diseño Gráfico o Diseño de interiores no tienen muchas oportunidades de encontrar un empleo actualmente, por lo cual muchos de los egresados emprenden como una alternativa al mercado.
Una de esas personas es Mónica Ramírez, más conocida como La Observadora, una joven caleña de 23 años, licenciada en Diseño de Interiores y que, a través de su arte, expresó todos los sentimientos que tenía respecto a la ciudad, su cultura y las situaciones que se presentaban.
“La observadora nació en el 2019 cuando hice la primera ilustración en marcador sobre un restaurante de Cali, esto lo hice gracias a un tour que realicé en la universidad y ahí fue que me enamoré completamente de la ciudad y de sus espacios”, afirmó Mónica Ramírez.
Las ilustraciones de La Observadora demostraban todo lo que la capital del Valle tiene para ofrecer en su cultura, desde la salsa hasta el ambiente jovial que se pueden vivir en los distintos puntos de la ciudad, sin embargo, llegó el 2020 y con él la pandemia del Covid-19, lo que conllevó que estos dibujos empezaran a ser foco de la nostalgia y el recuerdo de lo que fue Cali antes de la emergencia sanitaria.
“Fue una época muy deprimente para muchas personas incluía yo, esa tristeza la canalicé e hice una catarsis a través del marcador, para mí eso siempre ha sido algo muy liberador, empecé a dibujar los espacios vacíos de la época de la pandemia, la gente lo relacionó a la nostalgia que generaba el encierro, pues todos los lugares estaban cerrados, todo estaba vacío, era una época de incertidumbre y todos recordaban esos momentos anteriores a la emergencia”, dijo La Observadora.
Posterior a la pandemia, Mónica siguió con su emprendimiento, comenzó a vender souvenirs de todo tipo, camisas, vasos, etc. Sin embargo, en su visión, más allá del mercado tradicional del diseño gráfico, sabía que el futuro está en las herramientas tecnológicas, por ello decidió expandirse hacia el negocio digital, uno con un mercado mundial.
“El fin de La Observadora Art, mi línea de arte netamente digital, es que, si un cliente desea adquirir ilustraciones digitales desde cualquier parte para su impresión, pueda hacerlo con el fin de agilizar el proceso y ampliar la oferta de sus productos. Por ejemplo, si una persona tiene un negocio de café, puede adquirir diseños relacionados con ello y puede estamparlos en camisas, pocillos, etc.”, explicó Ramírez.
Para aquellas personas interesadas en conocer más sobre el emprendimiento de la joven artista caleña, pueden buscar su portafolio en @laobservadoraart y @laobservadoradesing.
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