Información Institucional
Manuelita, comprometida con el cuidado del medio ambiente para ésta y las próximas generaciones
La Organización con 160 años de trayectoria, impulsa iniciativas de conservación y cuidado del medio ambiente, a través de productos de valor agregado que responden a la conciencia de garantizar disponibilidad y calidad de los recursos naturales en el futuro.
Manuelita tiene bien establecidas las prioridades de sostenibilidad de su Organización. Honrando el legado de su fundador Santiago Eder en 1864, se ha propuesto generar progreso y bienestar, a partir del buen uso de los recursos naturales, transformándolos en alimentos y energía renovable. Esta filosofía está inmersa en su estrategia de negocio en las cuatro plataformas agroindustriales en las que opera: caña de azúcar, palma de aceite, acuicultura y frutas y hortalizas; y le ha permitido comprometerse con metas como la reducción de emisiones de gases de invernadero en un 70% al 2030 y lograr la carbono neutralidad al 2040.
Estas metas son parte de una estrategia integral de sostenibilidad que adopta soluciones tecnológicas para reducir el impacto ambiental de sus operaciones, proteger los recursos hídricos, establecer y ampliar corredores biológicos y zonas de reserva natural; y ofrecer al mercado productos que aportan a carbono neutralidad como las energías renovables y alimentos orgánicos.
En cuanto al cuidado del agua, Manuelita viene implementando programas no solo para reducir el consumo en sus operaciones, sino para asegurar que la disponibilidad de los recursos hídricos sea sostenible y estable en el tiempo. De esta forma ha incorporado tecnologías como el riego por goteo y por aspersión, que les ha permitido reducir en un 50% el uso de agua por hectárea. Así mismo, en alianza con la Fundación Fondo de Agua por la Vida y la Sostenibilidad, del sector azucarero, entre otros aliados, trabaja desde hace 15 años para asegurar la sostenibilidad del agua en el futuro con iniciativas para la protección y restauración de las cuencas, principalmente en las zonas altas y en los bordes de los ríos, a través de reforestación y aislamiento de los nacimientos.
Así mismo, la compañía ha integrado el concepto de economía circular en su modelo de negocio, buscando aprovechar al máximo los recursos y transformando los residuos en subproductos que se convierten en materia prima para bienes de valor agregado. El bagazo de caña, la fibra, el cuesco, y raquis de palma, son un tipo de biomasa que se obtiene como residuo de la molienda de caña de azúcar y la extracción de aceite de palma, y se utiliza para la producción de energía eléctrica que abastece sus operaciones y comercializan a redes domésticas. A su vez, “muchos de estos residuos que vienen del campo y salen de la producción industrial, están retornando al campo vía compostaje y fertirriego. Esto es fertilización orgánica que además nos permite reducir el consumo de agua para riego, y el uso de fertilizantes químicos en nuestros cultivos”, afirma Harold Eder presidente de Manuelita.
La protección y promoción de la biodiversidad, propósito de la COP16 que terminó en Cali, es otro de los retos que Manuelita asume en su estrategia de sostenibilidad ambiental. Unidos a la iniciativa anunciada por Asocaña de ampliar y crear nuevos corredores biológicos en el Valle del Cauca, Manuelita busca proteger la salud de los ecosistemas y especies de flora y fauna en todas las regiones donde opera. El establecimiento de zonas de reserva voluntarias, corredores que protegen los ríos y conteos de biodiversidad en zonas de alto valor de conservación, son algunas de las iniciativas que implementa la Organización para mantener la estabilidad y contribuir a la regeneración de esa biodiversidad.
La sostenibilidad, el motor de Manuelita
El camino hacia la carbono neutralidad no está exento de desafíos, pero Manuelita ha demostrado que la agroindustria puede ser un motor de cambio en la lucha contra el cambio climático. Sus esfuerzos en economía circular les ha permitido certificar 500 mil créditos de carbono en Colombia entre los años 2017 y 2021, con un potencial de certificar 1,5 MM de créditos en 10 años. Estos bonos que, se comercializan en el mercado voluntario de compensación de emisiones, son una muestra más de una visión a largo plazo que combina el crecimiento económico con la responsabilidad ambiental y social.
En palabras de Harold Eder, presidente de Manuelita, “estamos comprometidos con la reducción de nuestra huella de carbono y los impactos ambientales de nuestra operación. De esta forma, buscamos contribuir a las metas nacionales de reducción de emisiones y carbono neutralidad en los países donde operamos”.
Con estas metas, Manuelita no solo reafirma su liderazgo en la agroindustria, sino que se posiciona como un referente en la transición hacia un modelo económico limpio y sostenible.
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