Judicial
Alcohol, intolerancia y narcotráfico, el ‘coctel mortal’ que explica por qué los domingos son los días con más asesinatos en Cali
Alcohol, intolerancia, narcotráfico y la inexistencia de una política de seguridad, entre las razones del fenómeno, dicen expertos.
Los fines de semana y especialmente la madrugada del domingo configuran un escenario altamente peligroso en Cali, pues, históricamente, el mayor número de homicidios se registra este día, justo en el horario de la rumba.
Pablo Alvarado, director del Observatorio de Seguridad de Cali, confirmó que los picos más altos de homicidios se dan entre el sábado en la noche y la madrugada del domingo.
¿A qué obedece esto?
El experto señaló que los homicidios de fin de semana están asociados al consumo de licor, pero también “alrededor de la rumba tenemos una dinámica amplia de comercialización de drogas sintéticas, microtráfico y prostitución. Una dinámica comercial criminal que lleva a que cuando se presenta una discusión o riña, invariablemente terminen en un homicidio o, por lo menos, en varios heridos. Esto es lo que tradicionalmente viene pasando”, precisó Alvarado.
Además, en los años recientes se han incrementado los comportamientos contrarios a la convivencia, pues ya no hay respeto por la autoridad, ni las instituciones, y se ha perdido el valor por la vida.
Por su parte, María Isabel Gutiérrez, directora de Cisalva, expresó que en la ciudad se generan dos tipos de homicidios, uno desde el crimen y otro desde la convivencia, por lo tanto, deben ser abordados de manera diferencial.
Para la experta, muchos de los problemas de convivencia están relacionados con la ingesta de alcohol, de ahí que propuso restringir su venta para incidir en el número de homicidios por riña, pero igualmente en el sicariato, y de manera indirecta en los hurtos, que se presentan especialmente a esas horas cuando la gente está en la calle y es más vulnerable a fenómenos delincuenciales.
“Solamente restringiendo la venta de alcohol, vamos a lograr incidir sobre estos eventos que no queremos en la ciudad”, aseguró Gutiérrez.
Destino final
El pasado fin de semana, siete personas perdieron la vida entre las 12:15 de la medianoche y las 6:50 a.m. del domingo, cuatro con arma de fuego y tres con arma blanca. Todos hombres.
Desde el 1 de enero hasta el 27 de abril, en Cali se habían presentado 332 homicidios, 81 de ellos (24 %) fueron el domingo.
María del Pilar Castillo, docente de la Universidad del Valle y directora del grupo de Investigación Conflicto, Aprendizaje y Teoría de Juegos, Coaptar, explicó que según una recategorización que hicieron de los homicidios, para trabajarlos en bloque, en la ciudad se presentan dos tipos: simétricos y asimétricos.
El primero tiene que ver con riñas, conflicto entre vecinos y retaliaciones entre miembros de pandillas, mientras el segundo, el sicariato, está más asociado a pagarle a alguien para que lo cometa y requiere un poco más de logística.
“Sin embargo, los domingos ocurren más los homicidios simétricos, porque hay una mayor vulnerabilidad de las víctimas que salen a beber o que están en espacios más expuestos, donde hay más tendencia a las riñas por efectos del licor”, manifestó Castillo.
No obstante, un tema que le preocupa es que en Cali ha habido un aumento inusitado en la información que circula sobre atracos y hurtos. Esto habría llevado a que la gente tome decisiones individuales de armarse.
“Cuando tienes una sociedad armándose cada vez más, efecto de esa cantidad de información que circula, la probabilidad de que ocurra un homicidio es más alta, porque los enfrentamientos se están resolviendo a través del uso de las armas. Aclaro que no estoy diciendo que el hurto no se haya incrementado en la ciudad, me refiero es a información que ya pasó por la red y vuelve a circular como si hubiera ocurrido el día anterior, incluso se dan hechos de otros países como si hubiese sido en Cali”.
El sociólogo Álvaro Guzmán indicó que gran parte de la ciudadanía se mantiene en un orden dominado por el trabajo o el estudio, entre lunes y viernes, pero las relaciones sociales se reconfiguran los fines de semana. “En el caso nuestro, hay una cierta lógica de rumba y de consumo excesivo de alcohol, especialmente. Esto activa conflictos personales, familiares o bien de ajuste de cuentas por temas económicos. En muchos casos, los conflictos terminan en lesiones personales u homicidios”, enfatizó.
Cercar la ciudad
El concejal Fernando Tamayo propuso ‘cercar’ la ciudad como medida desesperada para tratar de frenar el número de homicidios que se presenta los fines de semana.
Durante un control político realizado en el Concejo de Cali al secretario de Seguridad, Jimmy Dranguet, el cabildante le reclamó: “Si sabemos que los homicidios se están produciendo los fines de semana, sabemos que los están generando personas de otros municipios, inclusive personas de otros departamentos que vienen a la vida nocturna de Cali y ajustan cuentas acá, ¿Por qué no cerramos la ciudad? Eso ya es un acto de profunda negligencia con la vida de nuestros conciudadanos”, arremetió.
Y agregó: “Se está haciendo la advertencia que va a ser incómodo, será molesto, pero eso no puede ser la justificación para no utilizar todas las herramientas que tenemos al alcance de nuestras manos para preservar la vida de los caleños. Si los homicidios son los fines de semana y los produce gente de afuera, ‘raquetiemos’ la entrada de Cali, que se sienta que hay fuerza, que nosotros no estamos vencidos por la delincuencia y veamos si ese hecho concreto baja el número de homicidios”, planteó el edil.
De otro lado, María del Pilar Castillo, apuntó que una de las causas que está generando la concentración de homicidios los fines de semana, es que no existe una política de seguridad en Cali. “Es un Estado inoperante para resolver los problemas de seguridad en la ciudad”, puntualizó.
Insistió en que tiene que haber una presencia estatal más fuerte, tanto en seguridad como en la parte social. “Cuando hablo de seguridad hablo desde la justicia, aunque ahora hay una mayor celeridad en el esclarecimiento de los homicidios, además de una mayor inversión en Policía. Desde lo social debemos implementar programas masivos como Todas y Todos a Estudiar. Se necesita una fuerte inversión social en territorio”, aseguró.
Finalmente, Alvarado opinó que, aunque se han implementado estrategias como el Plan Neón y el Plan Burbuja, que sí funcionan y son útiles, son insuficientes porque normalmente las instituciones disponen de unos recursos para desarrollar programas, pero “en la criminalidad no hay un tope. El crimen puede invertir cualquier cantidad de recursos porque es una dinámica comercial criminal muy rentable y productiva”, reiteró.
De ahí que se necesite mayor capacidad institucional y más presencia en los territorios, sobre todo en los más vulnerables, además de campañas de sensibilización permanentes a toda la sociedad para decirles que se puede salir a rumbear, pero cuidando la vida.
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