Así operaba falsa agencia de viajes que enviaba mujeres a China para explotarlas sexualmente

Un hombre y una mujer utilizaron una supuesta agencia de viajes como fachada para explotar sexualmente a cuatro jóvenes colombianas que fueron enviadas a Asia por medio de engaños de supuestas ofertas laborales.

La Fiscalía General de la Nación acusó a José Ignacio Gaona Pérez y Angie Lorena Araque Manchola por los delitos de concierto para delinquir agravado, trata de personas y tentativa de trata de personas, en el marco de una investigación por el traslado de jóvenes colombianas para ser explotadas sexualmente en China.

De acuerdo con el ente investigador, Gaona y Araque figuraban como propietario y empleada, respectivamente, de una agencia de viajes y eran los encargados de facilitar el tránsito de las jóvenes que eran trasladadas a Asia bajo engañosas ofertas de trabajo.

Los dos sindicados presuntamente gestionaron la compra de tiquetes aéreos y los trámites de visado para cuatro mujeres de Ipiales (Nariño), Pereira (Risaralda) y Medellín (Antioquia), entre junio de 2016 y octubre de 2019, y quienes viajaron a Guangzhou (China).

Entre otros detalles, el ente judiciales aseguró que las víctimas, entre 19 y 25 años de edad, “aceptaron supuestas ofertas como comerciantes mayoristas”. Sin embargo, una vez llegaron a territorio asiático “fueron despojadas de sus pasaportes y notificadas de que debían ejercer actividades de tipo sexual en un establecimiento nocturno para cubrir una deuda por los costos del viaje y la manutención”.

Al menos tres de las jóvenes lograron escapar y dar aviso al consulado de Colombia en Guangzhou, lo que les permitió regresar al país y a las autoridades iniciar la investigación.

Las mujeres en “sus declaraciones indicaron que fueron maltratadas física y emocionalmente para doblegar su voluntad y acceder a los requerimientos del grupo delictivo” que las mantuvo retenidas.

El observatorio de trata de personas advierte sobre las señales de que se puede llegar a ser víctima de este delito. En primer lugar, los criminales logran captar la atención de la persona, con alguna promesa u oferta de diversión o trabajo.

Luego, trasladan a la víctima a otro lugar, en donde tengan un mayor control sobre ella. Y le generan una falsa sensación de acogida, con un “albergue o refugio” hasta que finalmente, la entregan a alguien que se encarga de aprovecharse de su situación de vulnerabilidad.

Los expertos en trata de personas advierten que el objetivo más común de estas redes tiene que ver con la explotación sexual, pues la persona es manipulada para el desarrollo de actos de contenido sexual.

Sin embargo, también existen otras acciones como trabajos o servicios forzosos, esclavitud o prácticas similares, servidumbre, matrimonio para obtener documentos de residencia, extracción ilícita de órganos o la venta ilegal de los mismos y hasta la “comercialización” de una persona como “mercancía sexual”.

*Con información de Colprensa.