Colegios de Cali, en alerta por ingreso de estupefacientes a las aulas de clase

Ante el inicio de la jornada escolar y el hallazgo de 105 gramos de marihuana en empaques de alimentos que, al parecer, jóvenes habrían abandonado en plena vía pública, la Policía hizo un llamado a los padres de familia a prestar especial atención a los menores para evitar que ingresen al mundo de las drogas.

En medio de una labor de patrullaje en el barrio Floralia, oficiales de la institución detectaron un olor que se asimilaba a una sustancia de estupefacientes, observaron unas latas de alimentos abandonadas a un costado de la vía pública y en ellas encontraron marihuana camuflada, al parecer, perteneciente a jóvenes del sector que utilizarían esa modalidad para evitar que la sustancia sea descubierta por los uniformados.

Este camuflaje lo estarían utilizando para transportar y vender estupefacientes y, según se indicó, los policías encontraron varios envases para incautar un total de 105 gramos de marihuana.
Con la llegada de la temporada de regreso a clases, la teniente Adriana Corrales explicó que la Policía de Infancia y Adolescencia adelanta controles en inmediaciones de las distintas instituciones educativas de Cali e hizo un llamado a los padres de familia para que presten especial atención a los menores para que no se vean inmersos en el mundo de la venta y consumo de drogas.

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Corrales afirmó que la Policía ha llegado con su oferta a ciertas instituciones educativas de la ciudad en las cuales se ha evidenciado que hay una situación de microtráfico en el entorno.

“Estamos laborando en instituciones que presenten algún caso de microtráfico, de peleas, de resolución de conflictos. Se realiza un trabajo durante todo el año electivo junto con padres de familia, docentes y personal de estudiantes en donde, mediante charlas, explicamos que acorde con la Ley 1098, a partir de los 14 años que un adolescente tiene una responsabilidad penal”, dijo la teniente Corrales.

La oficial nombró las principales maneras en las cuales los jóvenes pueden verse inmersos en el consumo o venta de estupefacientes, pues los estudiantes representan un mercado en potencia para las estructuras criminales dedicadas al microtráfico.

La Policía afirmó que, de la mano de la Secretaría de Educación Municipal, seguirá haciendo controles en distintas instituciones educativas de la ciudad.

“Trabajaremos con la Secretaría de Educación, docentes, estudiantes y los padres de familia en diferentes instituciones educativas donde vamos a priorizar e implementar nuestro programa ‘Abre tus ojos’ y nuestro ‘Plan Padrino’ para generar entornos seguros y lograr que se reduzcan los índices de microtráfico en los entornos educativos”, dijo la teniente Corrales.

Corrales afirma que las redes sociales representan muchas veces un punto de riesgo para que jóvenes se vean influenciados por inescrupulosos o ‘amigos’ para que ayuden a la comercialización de estupefacientes.

Ante este panorama, la oficial afirma que “es muy importante que los padres de familia revisen las redes sociales de sus hijos”, con el fin de evitar que el joven se vea inmerso en el mundo de las drogas.

La teniente Corrales enfatizó que la mayoría de estas personas son honradas y se ganan la vida vendiendo distintos productos en las afueras de los colegios, pero destacó el riesgo de que algunos de vendedores informales estén comercializando estupefacientes entre los estudiantes, con el objetivo de ingresarlos en las instituciones.

De acuerdo con las indagaciones de las autoridades, los estudiantes son utilizados por adultos para la venta de los estupefacientes dentro o en los alrededores de las instituciones educativas.

Por ello la Policía lleva a cabo controles operacionales en las distintas zonas de la ciudad donde existen establecimientos educativos, a fin de identificar posibles casos.

La Policía ha determinado que muchos casos de microtráfico en las instituciones educativas de la capital del Valle del Cauca se dan gracias a la influencia de un círculo de amistades a la cual un menor puede pertenecer, al promover que este consuma drogas.

Posteriormente lo convencen de que ingrese la sustancia al centro educativo, con el fin de introducir a más menores al consumo.

“Dentro de los grupos hay jóvenes más grandes que involucran a estos menores ofreciéndoles un ingreso económico. Muchos se aprovechan de las necesidades económicas que puedan tener los estudiantes en sus hogares. Estos ‘amigos’ empiezan a inducirlos para que sean el puente dentro de la institución y vendan los estupefacientes”, dijo Adriana Corrales.