Judicial
En Jamundí, secuestros les están robando la vida a las familias
Familiares de Jhon Frank Vargas Olmos, plagiado el 9 de agosto, y de doña Martha Lucía Granada, quien cumplió sus 72 años en cautiverio, no tienen vida desde que se los llevaron. Piden que los devuelvan.
El secuestro sigue rampante en Jamundí, municipio que conecta el sur del departamento del Valle del Cauca con el norte del Cauca, en un corredor estratégico para las economías ilícitas de grupos de disidencias de las Farc, pero también bandas organizadas.
Las autoridades confirman cuatro casos en lo corrido de este año. El más reciente fue el pasado viernes 9 de agosto con la retención del agricultor Jhon Frank Vargas Olmos, de 47 años, asesor en temas de arroz para empresas privadas y comunidades indígenas. Sin embargo, algunos hablan de 6 casos.
Lilian Patricia, hermana de Jhon Frank, quienes viven en el corregimiento San Isidro de esta población, sentada en la pequeña sala de la casa materna no puede evitar llorar mientras recuerda a su hermano como un hombre bueno, trabajador, honesto, que ha salido adelante solo con el esfuerzo de sus manos. Cuenta con orgullo que, aunque no se graduó de ingeniero agrónomo, sabe cómo nadie de cultivos de arroz, fertilizantes y todas las labores del campo.
Lo aprendió desde pequeño, dice ella, porque le gustaba estar con gente mayor y con ellos aprendió todo sobre la tierra.
Su espíritu emprendedor lo llevó incluso a renunciar a la excursión del grado 11 de bachillerato cuando se graduó del colegio Central. El dinero de las boletas prefirió invertirlo en un puesto de cholado, el mismo que llevó hasta Villavicencio donde vivió algunos años para luego regresar a San Isidro a hacer lo que sabía, lo que amaba.
Alquiló unas tierras y plantó la primera semilla de arroz que con el paso de los años le daría tanto reconocimiento en la zona, y por lo que pronto fue llamado a trabajar en una reconocida empresa de arroz, así como con las comunidades indígenas de López Adentro, donde lo consideran como uno de los suyos.
En medio de lágrimas, Lilian Patricia asegura: “Mi hermano es un gran ser humano, toda su vida ha trabajado; no es un hombre adinerado, todo lo que ha conseguido lo ha hecho con esfuerzo. Siempre le ha gustado estar con personas mayores, por eso es que sabe tanto, es muy alegre, no tiene problemas con nadie”.
Por eso, la noticia de su secuestro el viernes 9 de agosto, hacia las 7:30 de la mañana, cuando se dirigía a sus asesorías en López Adentro, los sorprendió. La llanta de la moto se pinchó y cuando entró a una vulcanizadora, unos metros más arriba de la estación de gasolina Bonanza, tres hombres armados lo intimidaron, lo golpearon (en el lugar quedaron rastros de sangre) y lo subieron a una camioneta blanca, sin placas, sin que hasta el momento hayan hecho alguna exigencia económica.
“No es por deudas, no, nunca; es más por extorsión, pero no ha habido ninguna serie de comunicación”.
Cuenta también que su hermano ama con todo el alma a su madre, María Nubia, de 65 años, a quien visitaba sagradamente todos los sábados en la noche, aunque en el día llegaba con pollo, pescado y frutas para ella y sus hermanos.
La mujer vuelve a llorar, insiste en que él es una persona que genera mucho empleo, “es un buen hombre, no le hace mal a nadie, por favor que lo liberen que hay una mamá, unos hijos, unos hermanos, una familia destrozada”.
Y agrega con una voz llena de fe: “Yo sé que él va a salir de esta, él es muy inteligente, él va a salir, es un guerrero de Dios”.
“Una persona humilde, sencilla que se ganó el respeto y cariño de toda la comunidad, la gente se sentía muy beneficiada con su trabajo y sus asesorías en el tema del arroz”, reitera.
Señala que desde las comunidades indígenas, la Cric, Acin y otras autoridades “hemos pedido la liberación de este compañero que en cierto modo nos debilita como movimiento indígena en un espacio organizativo, productivo y económico en nuestro resguardo”.
Por eso, advierte: “Si nosotros no llegamos a tener información muy pronto, activaremos mecanismos a nivel regional para iniciar la búsqueda del compañero con todas las comunidades y la guardia indígena. Estamos mirando la posibilidad de hacer un barrido en la parte del Valle y el norte del Cauca”.
24 días sin doña Martha Lucía
Los familiares de doña Martha Lucía Granada, secuestrada el pasado 26 de julio, en el sector de Puente Vélez, corregimiento de Potrerito, luego de que cinco hombres se la llevaron en una camioneta, hacen el mismo clamor a sus captores.
Doña Martha Lucía, quien cumplió 72 años en cautiverio el pasado viernes, 16 de agosto, es esposa, lleva 47 años de casada, madre y abuela. Sus hijos la reclaman, extrañan su alegría, sus regaños, pero también su amor inmenso que siempre les recordaba con frases como “los quiero, los extraño”.
Curiosamente, lo que más le preocupa, además de su salud, toma losartán dos veces al día y tiene pendiente un reemplazo de rodilla, es su incapacidad para quedarse quieta.
Desde las 6:30 de la mañana que acostumbra a levantarse no para. Muy amiguera, sociable, le encanta cantar y hace parte de la tuna Alegre Despertar que como dice en Facebook, “está conformada por un grupo de profesionales, con el fin de llevar alegría a sus amigos”.
Pero doña Martha Lucía es, además, un ser generoso, que cuando trabajó en recursos humanos en el antiguo Seguro Social ayudó y apoyó con sus conocimientos, en el tema de pensiones, a todos los trabajadores que estaban en esa etapa.
“Tres meses antes de pensionarnos nos preparaba para el retiro”, cuenta una enfermera que la conoció en esa época.
Los secuestradores se comunicaron con la familia, piden una fuerte suma de dinero por su liberación. “Ellos están confundidos con sus requerimientos, asocian la tierra con el dinero y no es así, no tenemos esos recursos”, dicen sus familiares.
Ellos insisten: “Que respeten su vida porque no es solamente madre, sino esposa, abuela, es una persona mayor. Esto es angustiante porque no sabemos realmente cuál es el estado de salud actual de nuestra madre”.
De otro lado, el Gaula de la Policía Metropolitana de Cali, viene adelantando actividades de prevención en el casco urbano de Jamundí para que las personas conozcan las distintas modalidades de extorsión, pero también las recomendaciones que deben tener en cuenta cuando se van a desplazar hacia la zona rural. Entre ellas, compartir la ubicación en tiempo real.
Otros casos
Algunos grupos de derechos humanos han señalado que serían seis las personas secuestradas en esta localidad, con el último caso reportado de Jhon Frank Vargas Olmos, el pasado 9 de agosto.
El comandante de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Carlos Oviedo, había dicho a este medio que eran tres los casos registrados en su orden, el 5, el 10 y el 26 de julio cuando fue retenida la señora Martha Lucía Granada, en la finca de su propiedad. Aún no pasaba lo de Vargas Olmos.
El secuestro del ciudadano colombo- americano se registró el pasado 10 de julio, en el sector de Villacolombia, mientras un ingeniero dueño de una arenera también fue secuestrado en este mismo mes. Asimismo, se habla de dos hombres que hacían senderismo, quienes fueron retenidos en el sector de Ampudia, el pasado 19 de julio.
El Gaula del Ejército adelanta la investigación de los casos.
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