Motín en la cárcel de Pitalito, Huila, terminó en incendio: ¿qué pasó?

Este martes 25 de julio, se presentó un motín en la cárcel de Pitalito, el cual terminó en un incendio al interior del centro penitenciario. Esto alarmó a tanto a los penitenciarios como a sus familias.

De hecho, según los medios de comunicación los rehenes denuncian maltratos por parte de los guardias y el estado de salubridad de sus celdas son realmente deplorables.

Según comentó Blu Radio, el motín en ese centro de reclusión desencadenó un incendio al interior, que habría sido provocado por la quema de colchones de algunos detenidos, este hecho no deja víctimas.

En las imágenes que fueron captadas por un video que circuló en redes sociales, se evidencia que el humo proviene del interior de la cárcel de Pitalito, asimismo, se fue extendiendo por todo el municipio e ingresaba a algunas viviendas cercanas de este lugar.

“Desde el establecimiento penitenciario de Pitalito queremos dar tranquilidad a las personas privadas de la libertad y sus familiares, se presentó una situación y afortunadamente esto fue controlada de manera casi inmediata gracias a la reacción que tuvieron los bomberos, el apoyo de la policía y el Ejército, se pudo controlar la situación. No salió ninguna persona lesionada”, afirmó la fuente oficial del centro penitenciario.

Vale la pena mencionar que los bomberos de esa localidad hicieron presencia en el sitio combatiendo el fuego que consume una parte de la infraestructura de la cárcel. También se pudo conocer que uniformados de la Policía y el Ejército acordonaron y aseguraron el perímetro evitando la fuga de presos.

Defensor del Pueblo pide al Inpec “evitar una tragedia” en reclusorio de San Nicolás en Cali

Luego de la fuga que se presentó en el Centro de Aislamiento Transitorio de San Nicolás hace unos meses, en el centro de Cali, la Defensoría del Pueblo alertó sobre las condiciones de hacinamiento de los reclusos y pidió al Inpec tomar medidas.

Aunque la capacidad de este centro de detención es de 130 personas, hay 480 reclusos, lo que significa un hacinamiento del 269%, dice un informe de esta entidad.

Además del posible riesgo por intentos de fuga, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, advirtió que también preocupa el bienestar de los privados de la libertad “ante roces o casos de intolerancia que terminan en agresiones físicas y heridos o por la falta de atención en salud y la insalubridad, que acarrean enfermedades”.

Un equipo de la Defensoría del Valle que visitó el CAT de San Nicolás encontró que los espacios son inadecuados para dormir. También hay casos de varicocele y brotes dermatológicos sin atención y un alto riesgo de propagación de enfermedades virales, respiratorias e infecciosas.

“Pese a los llamados realizados por nuestra entidad desde el año pasado, continúan los problemas en la preparación y entrega de los alimentos que consumen en el día a día”, agregó el Defensor del Pueblo.

Cabe decir que esta situación también ha sido denunciada por las familias de las personas que se encuentran recluidas en este lugar luego del motín que se reportó.

“A los que se encuentran allá adentro les están dando comida descompuesta y, en muchas ocasiones, no nos permiten dejarles los alimentos”, sostiene Estella, una de las mujeres que tiene un familiar recluido en este lugar.

Así, el Defensor del Pueblo hizo un llamado al Inpec para trasladar a las personas condenadas a centros carcelarios para “evitar una tragedia”. También solicitó que a los sindicados se les garantice mejores condiciones en alimentación, prevención en salud y atención médica urgente.

“Vivimos y trabajamos con miedo”

Así lo describió uno de los vecinos del sector, quien dijo que mientras se encontraba incapacitado la tranquilidad de su casa se vio interrumpida por distintos reclusos que buscaban escapar de las autoridades hace meses. En este casa el hombre vive junto con ocho familiares, entre estos sus hijos, de 5 y 10 años.

”Esto no es nuevo, ocurre cada dos o tres meses. La primera vez fue a mediados de 2022, después de eso mi niño de 5 años estuvo muy mal, no podía dormir tranquilo y se despertaba llamando a los policías. De hecho, recuerdo que él decía que los policías eran malos porque pensaba que ellos nos habían disparado, cuando lo que pasó fue que los uniformados disparaban hacia los techos con el fin de que los internos no se fueran a escapar”, explicó el padre de familia.