No paran los asesinatos de jóvenes en Cali: este es el preocupante panorama

Los homicidios de jóvenes entre los 14 y 28 años se han convertido en una preocupación de las autoridades locales. Según el Observatorio de Seguridad de la ciudad, en lo que va de 2023, ya son 172 los asesinatos entre dichas edades.

De los 988 homicidios que se presentaron en Cali durante el año pasado, 439 correspondieron a jóvenes, es decir, casi el 44.4 % de los casos registrados. Sin embargo, este porcentaje fue el más bajo en 30 años.

Para el politólogo y analista en seguridad, Luis Felipe Barrera, la clave para que el 2022 presentara un decenso en homicidios hacia esta población, fueron los programas estatales para la prevención de la violencia.

“Estrategias como Perla, el Tratamiento Integral de Pandillas TIPS, así como el trabajo que ha focalizado la empresa privada en la ciudad a través del programa Compromiso Valle, genera procesos de interrupción de la violencia y nuevos proyectos de vida en sectores vulnerables”, dijo Barrera.

Asimismo, el analista destacó que “la evidencia local e internacional ha demostrado la efectividad que tienen estos programas de desarrollo psicosocial, prevención de la violencia intrafamiliar, educación y nuevas oportunidades para evitar que los jóvenes caigan en las redes de las estructuras delincuenciales y tengamos comunidades más fuertes y resilientes frente a la violencia”.

La violencia entre jóvenes está directamente relacionada a la falta de oportunidades en algunos sectores vulnerables de Cali donde operan distintas bandas criminales.

Para el experto en seguridad, Pablo Uribe, esta problemática no es propia de la ciudad pues estaría presente en la mayoría de sociedades del mundo.

“La violencia y la criminalidad siempre han golpeado de manera más dura a los jóvenes, la gran mayoría de las víctimas de homicidios oscilan entre los 18 y los 30 años, lo más grave es que muchas personas que cometieron homicidios también son jóvenes, en su gran mayoría hombres y esto se debe a diversas razones biológicas y psicológicas”, aseguró Uribe.

El experto, también explicó que en el caso particular de Colombia los grupos criminales tienen una gran influencia en el número de jóvenes que son asesinados. “Estos casi siempre reclutan a personas de esta población para que sean carne de cañón, vendan droga en las calles y cometan actos de sicariato”, explicó.

“Se debe volver a invertir en programas que ofrecían servicios sociales y económicos a jóvenes de alto riesgo, básicamente, una inversión en salud mental, oportunidades laborales y escolaridad. Todo esto bajo un programa estricto en compromisos que deben asumir las personas que se acojan. Este tipo de políticas han sido exitosas en todo el mundo y lo fueron en Cali en su tiempo”, afirmó Pablo Uribe.

Por su parte, Luis Felipe Barrera destacó el rol de los programas de interrupción de la violencia ya que estos “detectan conflictos y dinámicas territoriales que potencialmente puedan escalar y los previenen mediante la intervención temprana a través del diálogo y la mediación comunitaria”.

Para Barrera, estos programas también evitan la expansión de la violencia, dio como ejemplo el barrismo social ya que el trabajo con estos jóvenes infractores contribuye en generar mecanismos de prevención.

A su vez, agregó que “se puede generar mecanismos de prevención de la violencia, los cuales sin duda son los más golpeados por la criminalidad. En 2017, el 58 % de los homicidios fueron contra personas entre 14 y 28 años. Para el 2022 fue el 44.4%. Esto hace que sea particularmente difícil disminuirlo, sin embargo, tenemos ese compromiso con las nuevas generaciones”, dijo Barrera.