Poco progreso, así avanzaron las nueve mesas de diálogo del Gobierno Nacional con grupos delincuenciales

Negociar con la mayor cantidad de grupos armados en Colombia fue una de las promesas de campaña del actual presidente Gustavo Petro, quien planteó desde el inicio de su mandato una voluntad de paz. Actualmente, hay nueve procesos abiertos, sin embargo, en más de dos años no se han presentado avances contundentes, lo que alarma a diferentes sectores, en especial a los ciudadanos afectados por el actuar criminal de dichas organizaciones. Este es el panorama actual.

ELN, un diálogo estancado

El estancamiento de los diálogos con el ELN deja en evidencia las dificultades que enfrenta la paz total. A pesar de que esta mesa tiene un importante componente de participación ciudadana, ha tenido varios tropiezos durante este año, debido al actuar criminal del grupo y los continuos atentados terroristas que han acabado con la vida de decenas de militares.

Según Iván Carvajal, consultor en seguridad y experto en inteligencia estratégica, este es el grupo que más posibilidades tendría de lograr un acuerdo de paz, debido a su razón ideológica para la guerra. “La lucha del ELN se basa en una insurgencia que avala una guerrilla enfrentada a un Estado opresor, es el único de los grupos que todavía continúa con ese concepto de conflicto interno”.

Sin embargo, este grupo armado no ha demostrado voluntad de paz, pues además de sus continuas actuaciones en contra de la Fuerza Pública y los civiles, expresó que no firmará la paz en un futuro cercano.

Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN, aseguró a través de un comunicado reciente que “la meta inmediata es avanzar lo máximo posible, hasta 2026, cuando concluye el presente Gobierno, y dejar este proceso lo más adelantado posible para que próximos gobiernos le den continuidad”.

Pese a ello, el consultor en seguridad y paz, Felipe Fernández, dijo que es necesario seguir con la conversación. “A pesar de las declaraciones se deben continuar los canales de diálogo abiertos, esto es estratégico e importante, sin duda la historia de negociaciones con este grupo guerrillero muestra ciclos de avance y estancamiento”.

Comuneros del Sur, con posibilidades

Esta estructura que se dividió del ELN es actualmente el grupo con mayores opciones de lograr un acuerdo de paz, debido a sus avances en las negociaciones, según explicaron los expertos.

De acuerdo con Iván Carvajal, la división del ELN es similar a la ocurrida con otros grupos, pues hay una parte que busca negociar, mientras que otra sigue en armas luchando contra otras organizaciones criminales y la Fuerza Pública.

“Los Comuneros del Sur del ELN podrían tener posibilidades, yo escuché muy atentamente al cabecilla hablando de entregar los fusiles, de transformar el territorio, de negociar en tiempo restringido. Yo creo que allí puede haber una sombra de llegar a un proceso rápido porque cuando hay voluntad del otro lado se puede llegar a la paz”, sostuvo el coronel (r) Carlos Soler, abogado asesor en seguridad y defensa nacional.

Asimismo, Felipe Fernández explicó que este proceso muestra potencial, pero llegar a un acuerdo concreto antes del 2026 dependerá de la capacidad del Gobierno para concretar compromisos.

La Segunda Marquetalia, dividida

La Segunda Marquetalia, un grupo disidente del proceso de paz que se firmó en La Habana en 2016, también está en diálogos con el Gobierno Nacional. Según los especialistas, una de las grandes amenazas que enfrenta el proceso es la fragmentación de la estructura en dos facciones nuevas.

“La Segunda Marquetalia de Iván Márquez notificó hace un mes que se abren dos grupos, uno dirigido por Walter Mendoza y otro que se llama Comandos de la Frontera. Esa Marquetalia mutó en dos hijitos y ahora tenemos tres Marquetalias”, dijo Soler.

Este fraccionamiento, que ha ocurrido también con otros grupos, dificulta el accionar de la Fuerza Pública.

“Hay incluso un concepto que señala que hay una tercera generación de estructuras criminales en las que ya no existe la fundamentación ideológica, por eso incluso se habla de una tercera Marquetalia y prueba que la generación que está en armas no tiene interés de soltar las rentas criminales”, sostuvo Iván Carvajal.

Carlos Soler añadió que es posible que se avance en las negociaciones con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, bajo el mando de alias Walter Mendoza, ya que este cabecilla ha asegurado que busca la paz.

Estado Mayor Central fragmentado

De la misma manera que en la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor se fraccionó, puesto que una facción está bajo el mando de alias Iván Mordisco y otra es comandada por alias Calarcá.

“Sobre El Estado Mayor Central, los diálogos enfrentan desafíos por la fragmentación interna y la competencia entre facciones. Aquí lo clave está en establecer mecanismos de verificación robustos y vincular los acuerdos con transformaciones territoriales concretas”, manifestó Felipe Fernández.

Según Soler, estos diálogos no avanzan debido a la disputa entre ambos bandos. “Al final del día vemos que están enfrentados por un tema de explotación, de oro, de dinero, de narcotráfico y por eso están chocando”.

Carvajal coincidió y aseguró que así como este año no se lograron progresos importantes en el diálogo, es probable que en 2025 siga la misma tendencia.

Bandas locales, otra apuesta

Las bandas criminales de Medellín, Quibdó y Buenaventura también están dialogando con el Estado a través de mesas socio jurídicas, las cuales han llevado beneficios a la población civil con la disminución en delitos de alto impacto en algunas ciudades.

Sin embargo, estos espacios no tienen un camino legal definido, lo que ha dificultado su correcta implementación. En Medellín y Quibdó los avances son pocos, según los especialistas, algunos de sus miembros han sido nombrados gestores de paz y están cooperando desde las cárceles, pero hace falta contundencia.

Buenaventura cuenta otra historia, desde que hace casi un año y medio las bandas locales Los Shottas y Los Espartanos firmaron una tregua, los homicidios en el puerto bajaron en 70%. Según Fabio Cardozo, coordinador de la mesa de diálogos, el avance más significativo es “el mantenimiento de la tregua existente que ha bajado los homicidios, sin embargo, siguen ocurriendo asesinatos y continúa la violencia”, por lo que indicó que seguirán trabajando.

Además, este año se estructuró una propuesta consistente en “una política de cultura de paz; un desescalamiento de las violencias como la instrumentalización de niños y niñas en el conflicto; el fin del confinamiento de la población civil; una política de persuasión para la extinción de la extorsión; acciones que conduzcan a la descartelización de los artículos de primera necesidad y una colaboración para la búsqueda de desaparecidos”.

A pesar de estos avances, su principal desafío es la ausencia de un marco jurídico claro, “no se puede avanzar mucho si no se saben los roles, los límites, los alcances y competencias normativas para realizar estos diálogos sociojurídicos”, explicó Fernández.

Por ello, el coordinador de la mesa de diálogos aseguró que una de las apuestas de 2025 es generar espacios donde se apruebe dicho marco legal que permita crear una política de paz local.

Clan del Golfo y Pachenca, sin ideología

La paz total no solo contempla a los grupos guerrilleros, también abrió las puertas a organizaciones criminales que delinquen en distintas zonas del país, entre las que se encuentran el Clan del Golfo y Pachenca, ambas dedicadas al narcotráfico, herencia de grupos paramilitares del norte del país y quienes se pelean el control de las rentas ilegales en esta zona.

De acuerdo con los expertos, el proceso con estos grupos no ha avanzado, ya que ellos mismos han sugerido que no dejarán su actuar ilegal. “Hay unos cabecillas que tienen suspendida órdenes de captura, pero se tienen altibajos, ¿en dónde está la paz hoy en día?, no existe un solo grupo que diga que se va a concentrar en un modelo de negociación”, explicó Soler.

Asimismo, Carvajal sostuvo que estas organizaciones no han demostrado voluntad de paz, sino que han aprovechado para expandirse a otros territorios. “El Clan del Golfo está logrando más posicionamiento desde el norte, hacia el centro y sur del país”.