Por primera vez, mujeres serán auxiliares bachilleres en la Policía de Cali

“No nos debemos achicopalar por los comentarios de algunos hombres que dicen que no podemos ser policías. Desde siempre, desde que he sido muy niña, he querido pertenecer a la Institución”.

Las palabras son de Karol Andrea López, de 18 años, una de las aspirantes para ocupar los 690 cupos como auxiliar en la Policía Cali y Valle, un programa nacional que inició a mediados del año pasado, pero que recién llegó a la región la semana pasada.

El proyecto, por primera vez en 128 años de la Policía Nacional, posibilita la existencia de mujeres auxiliares bachilleres, las cuales se especializan en actividades educativas y de prevención comunitaria. “Hay muchas mujeres inseguras de hacer lo que acostumbran los hombres. Por eso hay quienes viven de la humillación; no hay que dejarse”, comentó López con firmeza.

Según la mayor Carolina Lasso Reina, jefe del Grupo de Incorporación de la Metropolitana, la convocatoria cobija a mujeres entre los 18 y 24 años, solteras, sin hijos y con un nivel de escolaridad mínimo hasta grado 11. La uniformada indicó que ellas “orientarán a los ciudadanos para reducir los índices de hurto, por eso es que algunas también serán incluidas dentro del MÍO. Este es un programa que permite prestar el servicio militar voluntario durante un año”.

Una vez concluya la convocatoria, a finales del mes de febrero, las seleccionadas deberán realizar el ‘Curso de entrenamiento para Auxiliares de Policía’, que se llevará a cabo a lo largo de tres meses, tiempo en el que recibirán una preparación enfocada en los “módulos de doctrina policial, jurídica y humanística”.

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De esta forma se sumarían a las 243 mujeres que ya se graduaron del mismo curso en octubre del año pasado en Bogotá, sin contar las futuras auxiliares que saldrían de las otras convocatorias que el Ministerio de Defensa ya anunció este mes en puntos como Bucaramanga, Manizales, Ibagué, Medellín, Cúcuta, Leticia, Cundinamarca, Barrancabermeja, Mocoa, Quindío y Vichada.

“Ese año en el que las jovenes prestarán el servicio militar voluntario también es una forma de transición para profesionalizarse dentro de la Institución. Es por eso que ellas tendrán un 30% de descuento en la matrícula si ya se quieren incorporar como tal en la Policía”, explicó Lasso Reina, quien destacó que los 690 cupos ayudan a contrarrestar el déficit de policías en Cali, al solo haber más de 6.000 para 2.400.000 millones de habitantes.

La uniformada también anotó que, entre otros requisitos para hacer parte del curso, es que la mujer nunca haya sido condenada a penas privativas de la libertad, no tener antecedentes disciplinarios o fiscales y no estar inmersa en investigaciones en su contra.

Entre tanto, Karol Andrea ya se trazó su siguiente meta una vez concluya el año como bachiller de la Policía: “no quiero quedarme como auxiliar y terminar mi periodo en la Institución y ya. Quiero ser profesional, ascender”.

Las mujeres que quieran prestar servicio pueden comunicarse al 3503840235 o llevar la información requerida a la estación de Policía de El Lido, en la Carrera 52 # 2-00, en Cali.

Para la intendente (r) Marly Alejandra Bernate, quien fue fundadora de la Estrategia Integral de Protección a la Mujer, Familia y Género de la Policía de Cali, la integración de mujeres auxiliares es una buena propuesta, siempre y cuando también realicen actividades educativas en los sectores más vulnerables con el propósito de reducir los índices de delincuencia.

“Esto permite que haya un puente más cercano con la comunidad, que la imagen de una mujer puede generar más carisma a la hora de realizar sus tareas”, destacó Bernate. “Además de permitir una mayor integración entre policías hombres y mujeres, se podrían realizar actividades con jóvenes en términos de prevención de la violencia”.

Sin embargo, la intendente (r) advirtió que esto tampoco se puede prestar para abusos de autoridad por parte de los rangos superiores hacia las auxiliares con dobles intenciones, como alguna vez pasó con ella al momento de hacer parte de la Metropolitana de Cali. “El respeto debe ser recíproco, porque la Policía no es un trampolín para ese tipo de cosas. Y si alguna mujer es víctima de una situación de esas características, no debe callar para evitar escenarios aun más delicados”, aseveró.

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