El pais
SUSCRÍBETE

Colombia

Presencia del Estado en El Plateado: “Solo han llegado los militares y un hospital hecho de carpas sobre el piso de barro”

Las promesas del Gobierno no se han materializado, en parte porque el frente Carlos Patiño de las Farc está utilizando a la población civil para rechazar la presencia del Estado.

16 de marzo de 2025 Por: Redacción El País
Los 26 policías y el oficial militar permanecen en uno de los polideportivos del corregimiento de El Plateado, zona rural de Argelia, Cauca.
Los 26 policías y un oficial militar fueron secuestrados en uno de los polideportivos del corregimiento de El Plateado, zona rural de Argelia, Cauca. | Foto: Suministradas líderes campesinos de Argelia, Cauca

La “estabilización del territorio” que prometió el entonces ministro de Defensa Iván Velásquez, cuando las Fuerzas Armadas ingresaron por primera vez en la historia al corregimiento El Plateado, en Argelia (Cauca), se ve cada vez más distante.

Han pasado 154 días desde que el 12 de octubre de 2024 la Operación Perseo llevó las tropas de la Tercera División del Ejército a una región que por décadas ha sido enclave de grupos guerrilleros como las extintas Farc y sus disidencias y el ELN, y en El Plateado lo único que avanza es la confrontación diaria con la estructura Carlos Patiño, en medio de la población civil.

El presidente Petro compartió el "hospital" de El Plateado.
El presidente Gustavo Petro compartió a través de sus redes sociales las imágenes del "hospital" de El Plateado. | Foto: PRESIDENCIA / X GUSTAVO PETRO

De la visita de la comisión de ministros que llegó a El Plateado con cascos y chalecos antibalas solo quedaron promesas, ofrecimientos a los campesinos de programas sociales en los que la plata no alcanza ni para un mercado y un hospital hecho de carpas y con piso de barro, asegura uno de los líderes del corregimiento.

“Que llegaron, sí es cierto; pero lo que nos trajeron fue intranquilidad, zozobra, temor; porque está toda la comunidad en medio de las balas y dividida porque algunos están de acuerdo con la llegada del Ejército y otros rechazan esa presencia”, agrega.

El Presidente de la República ha sido enfático en que antes de llegar con el pie de fuerza debe llegarse con los servicios del Estado, explica el analista Jorge Luis Yarce: “Asegurar el acceso a la justicia, a la salud, a la educación; y se han hecho esfuerzos para que eso se cumpla, pero el territorio es suficientemente complejo para que esas acciones se realicen o realmente resulten imposibles de hacer”.

Agrega que “por parte del Gobierno Nacional la intención siempre ha sido la de llegar de la mano con la seguridad como uno de los servicios del Estado, con las Fuerzas Armadas, y los demás servicios como los de salud, educación, justicia, etc., pero no ha resultado tan sencillo, como en principio podría pensarse”.

| Foto: AFP

Gran parte de esa complejidad, indicó a El País el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, radica en que algunos sectores de la comunidad vienen siendo instrumentalizados mediante amenazas de las disidencias de las Farc para organizar protestas y asonadas contra los miembros de la Fuerza Pública.

Aunque distante, el puesto de Policía más cercano que hubo a El Plateado fue la subestación del corregimiento El Mango, la cual fue destruida mediante una asonada de los pobladores en junio del 2015.

“Desde esa fecha no se tenía la presencia permanente de la Fuerza Pública en esta parte del territorio, hasta que el presidente Gustavo Petro ordenó la Operación Perseo, con la cual edificaron la base militar y policial en toda el área urbana de El Plateado y que bautizaron como Charly”, explicó un poblador del municipio de Argelia.

Lo que busca la disidencia Carlos Patiño es evitar que los militares copen el cañón del Micay porque, después de instalarse en El Plateado, la tropa empezó su avance hacia la zona de San Juan de Mechengue, que corresponde al municipio de El Tambo, y que es controlada por los hombres de ‘Iván Mordisco’ desde el 2018.

“Es una guerra absurda porque esta vez los militares no llegaron golpeando al campesino. Al contrario, vinieron con la voluntad de trabajar por nosotros y eso nos cambió el imaginario frente a ellos; de ahí que muchos ya no compartimos esa postura de los disidentes de obligar a la gente a expulsar a los militares, porque nos cansamos de vivir en medio de esa tensión”, dice un campesino de El Plateado.

Además de ser la zona del país con más hectáreas sembradas con hoja de coca, El Plateado, y en general el cañón del Micay, produce también recursos a través de la minería ilegal y es la puerta de salida al océano Pacífico, lo que ha llamado la atención de carteles internacionales.

Los militares abrieron, fueron fuego al ver cómo los airados campesinos le prendieron candela a una de sus tanquetas. Los labriegos se replegaron por un momento y luego continuaron con la asonada.
Los militares abrieron, fueron fuego al ver cómo los airados campesinos le prendieron candela a una de sus tanquetas. Los labriegos se replegaron por un momento y luego continuaron con la asonada. | Foto: Tomado de las redes sociales

Ha sido llamativo ver que los carteles mexicanos se han articulado con esos actores violentos en el territorio, sin importar mucho si es con las Farc o el ELN, pero en esa articulación les han proveído de insumos, suministros, pertrechos, armamentos, lo que ha avivado cada vez más la conflictividad en el territorio, explica Jorge Luis Yarce.

El Gobierno Nacional, y sobre todo las Fuerzas Militares, están muy interesadas en mantenerse allí para controlar la presencia de los actores armados que están en conflicto por ese territorio y por las rutas hacia el Pacífico alrededor de las economías ilegales”, agrega el analista.

La última asonada

El pasado 6 de marzo los militares cruzaron el sector de La Hacienda, paso obligado hacia San Juan de Mechengue. “Tras 72 horas de combate contra los disidentes, se superó la dificultad que representó la destrucción, con explosivos, del puente que unía estos dos sectores; por eso las imágenes de estos campesinos bloqueando el paso de la tropa”, explicaron pobladores de la zona.

Fue allí cuando se registró la violenta asonada contra militares y policías por la retención en El Plateado de once labriegos, causando indignación entre miembros de la comunidad que destruyeron e incineraron las tanquetas en medio de la intervención de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden, antiguo Esmad.

“Los que secuestraron a los uniformados fue la gente del San Juan de Mechengue, El Tambo, que vienen acá a El Plateado mandados por la Carlos Patiño a sacar la Fuerza Pública, pero acá ya no le estamos haciendo caso, porque sabemos que ese grupo armado quiere llenarse los bolsillos con el dolor del campesino; eso hay que decirlo”, acotó una de las fuentes.

Como bien lo reconocen las comunidades, esta zona del suroccidente del Cauca es disputada por el frente José María Becerra del ELN, el frente Diómer Cortés de la Segunda Marquetalia y un grupo autodenominado Los Patiños, integrado también por excombatientes de las Farc.

Los soldados se vieron obligados a ingresar a la vereda La Hacienda sin el acompañamiento de los vehículos blindados, mientras que la población busca escapar de los ametrallamientos.
Los soldados se vieron obligados a ingresar a la vereda La Hacienda sin el acompañamiento de los vehículos blindados, mientras que la población busca escapar de los ametrallamientos. | Foto: Ejército Nacional

En todas esas interacciones de grupos armados ilegales y carteles de la droga, “se han generado cooptaciones hacia la población civil y eso ha hecho muy difícil el panorama social en el territorio, porque nos encontramos con parte de la comunidad que de alguna forma acepta su relación directa con los grupos armados y que lo que ve como problemática es la presencia militar en la zona”, explica Yarce.

También, agrega, “hay otra parte de la comunidad que ve que estos agentes como las disidencias de las Farc, el ELN y los carteles generan riesgo social, riesgo ambiental, degradación, y quieren, y exigen, mayor presencia administrativa, política y de seguridad, que no es otra cosa que militar”.

A sangre y fuego

La disidencia Carlos Patiño de las Farc, una de las estructuras con mayor incidencia en el tráfico de drogas y que ve amenazado su control en el corregimiento El Plateado, nació en el 2018 cuando ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’ tomaron control total de los grupos que se apartaron, en el Cauca, del Acuerdo de Paz.

“Ellos se apropiaron de lo que era el Sexto Frente, que luego bautizaron ‘Dagoberto Ramos’, tras la captura de alias El Indio Amansador y el asesinato de alias Barbas. Vino luego la creación de la unidad ‘Steven González’, que se desplazó desde el norte del Cauca, Argelia y El Tambo, para pelear contra el ELN en esta zona”, coinciden las fuentes consultadas.

Para esa fecha, 2018, guerrilleros del frente José María Becerra controlaban el cañón del Micay, poder obtenido tras la salida de El Plateado y otras poblaciones del frente 60 de la entonces guerrilla de las Farc.

“La Steven González fue prácticamente masacrada cuando empezó su avance a El Plateado y otros corregimientos de Argelia, porque los ‘elenos’, en ese momento, eran superiores en combatientes, armas y recursos; después de eso crearon el frente Carlos Patiño, cuyos integrantes eran puros guerrilleros del norte del Cauca y del oriente del país enviados a conquistar el cañón del Micay”, dijeron bajo anonimato miembros de las disidencias.

Luego de vencer militarmente al ELN, empezó su expansión. De ahí que muchos aún recuerdan cómo los disidentes de las Farc empezaron a asesinar a líderes sociales de estas poblaciones, así como firmantes de Paz y personas reconocidas como fundadoras de estas localidades.

Fuertes hostigamientos presentados en El Plateado, municipio de Argelia, Cauca.
Fuertes hostigamientos presentados en El Plateado, municipio de Argelia, Cauca. | Foto: Anónimo

“Lo que el país conoció en el Catatumbo, donde los ‘elenos’ iban casa por casa asesinando a supuestos auxiliadores de las disidencias y desmovilizados de las Farc, lo vivimos nosotros en el 2020, cuando en El Plateado se dio todo lo contrario; los disidentes sacando a los líderes sociales de sus casas, como al médico Pompilio Narváez, para después asesinarlo frente a todo el mundo”, relató un líder social de ese corregimiento, quien se vio obligado a salir de la zona.

De esta forma, el frente Carlos Patiño de las Farc empezó a fortalecerse y a extenderse a los municipios de Balboa, López de Micay, El Patía y El Tambo, donde también se vive la intensa confrontación entre esa facción y la Fuerza Pública.

Desde entonces controlan todas las economías legales e ilegales, permitiéndole crecer en número de hombres, armas y componente de milicias.

Se estima que son más de 700 disidentes los que integran esta estructura, sumados sus milicianos en centros poblados, la cual se enfrenta abiertamente a la Fuerza Pública, tras la puesta en marcha de la Operación Perseo por parte de la Tercera División.

“Con la presencia militar, esta parte del suroccidente del Cauca se convirtió en una especie de Vietnam por la intensidad de los combates entre los militares y los disidentes; más cuando estos últimos salieron literalmente corriendo de El Plateado, tras la llegada de las 17 tanquetas blindadas y más de 2000 soldados, el pasado 12 de octubre de 2024″, señala un poblador.

Represa Arrieros de Micay

De no ser por la presencia de los grupos armados ilegales entorno a los cultivos de uso ilícito y el narcotráfico, seguramente el cañón del Micay sería hoy la más grande represa para la generación de energía eléctrica en el suroccidente colombiano.

Las cerca de 20.000 hectáreas que permanecen hoy cultivadas con hoja de coca habrían sido inundadas y estarían varios metros bajo el agua, dando paso al proyecto hidroeléctrico ‘Arrieros del Micay’, proyectado por el Ministerio de Minas y Energía desde 1988.

Según los documentos conocidos por El País, la Corporación para la Reconstrucción y el Desarrollo del Departa- mento del Cauca (CRC) y la empresa Interconexión Eléctrica ISA ordenaron la realización de los estudios de viabilidad del proyecto Arrieros del Micay, cuyos resultados se entregaron en noviembre de 1988.

El proyecto, de acuerdo con el informe final, pretende “aprovechar las aguas del río Micay, represándolas en un sitio a 13 kilómetros aguas arriba de la población de López de Micay y 800 metros aguas abajo de la desembocadura de la quebrada Mangalal”.

Sería una presa hecha en enrrocado compacto y con una altura de 180 metros sobre el nivel del lecho del río, que afectaría zonas de Argelia, López de Micay y El Tambo.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

Te puede gustar

AHORA EN Judicial