Reconocido gestor cultural de Barranquilla fue enviado a la cárcel tras denuncias de abuso sexual contra seis menores de edad

Luego de su captura sucedida hace más de una semana, las autoridades enviaron a la cárcel a Eduardo Guerrero Tapias, un gestor cultural que por varios años fue colaborador del Carnaval de Barranquilla y acusado por presuntos actos de acoso sexual contra seis menores de edad. Sin embargo, se teme que sean muchas más las víctimas.

En la audiencia judicial contra Guerrero Tapias, en la que fue presentado ante un juez de control de garantías, la Fiscalía General de la Nación le formuló una imputación de cargos por acto sexual con menor de 14 años en circunstancias de agravación.

Posterior a los argumentos y evidencias presentados por el funcionario judicial representante del ente acusador, la jueza del caso tomó la decisión de mandar a prisión al gestor cultural, lo cual fue celebrado por la representante de las víctimas al considerar que era una “medida urgente” para que otras mujeres menores de edad eviten ser vulneradas.

De acuerdo con algunas versiones, Eduardo Guerrero Tapias creía que lo que habría hecho ya lo habían olvidado las víctimas. Sin embargo, su suposición se derrumbó cuando las autoridades lo capturaron el pasado miércoles 29 de enero.

La denuncia contra el gestor cultural surgió por iniciativa de una familiar menor de edad que al parecer era su nieta, quien le reveló a sus padres que Guerrero Tapias presuntamente estaba haciendo tocamientos indebidos en su cuerpo. A raíz de ello, los progenitores pusieron la denuncia de manera inmediata a las autoridades y posteriormente fue capturado en un centro comercial de Soledad, Atlántico.

El procedimiento de captura fue realizado por funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de Soledad, con la ayuda de uniformados Policía Nacional y el Batallón de Policía Militar No. 2. Esto lo hicieron acatando la orden de captura emitida por el Juez Segundo con funciones de control de garantías penal del municipio atlanticense.

Luego de que fuera detenido el ahora preso, otra menor de edad rompió el silencio para revelar los supuestos abusos, lo cual derivó en que otras cuatro mujeres adultas hicieran lo mismo al revelar que sufrieron vejámenes por el gestor cultural cuando eran menores de edad.

“Accedía a tocamientos cuando ellas estaban dormidas y estaban solas, pero las amedrantaba. Ellas le tenían miedo y el trauma fue grande. Es grande. De hecho, tomaron la decisión con mucha valentía para que no siga sucediendo porque el indiciado trabaja en medios culturales y tiene acceso a la población infantil”, señaló al respecto la abogada de las víctimas, Mildred Salas, en una entrevista con la emisora Blu Radio.