Judicial
Riñas callejeras: un mal silencioso que va en aumento
Según expertos, estos hechos se presentan por falta de cultura ciudadana y estrategias de prevención.
Un asunto que mantiene a la Policía de Cali en constante vigilancia es el aumento de los homicidios. Entre el 1 de enero y el 21 de agosto se presentaron 653, un 5,5% más que en 2022, cuando se registraron 619 casos, una cifra alarmante.
Si bien las dinámicas de la violencia son variadas y los asesinatos se dan por varias razones como los hurtos o el sicariato, cabe resaltar que las riñas hacen una importante contribución a las lamentables cifras de muerte.
Según las cifras del Sistema Nacional de Medidas Correctivas de la Secretaría de Seguridad y la Subsecretaría de Política de Seguridad a través del Observatorio de Seguridad, en Cali se han presentado 2091 casos de peleas en 2023, un aumento del 7,6% con respecto a 2022 cuando se registraron 1944.
Un ejemplo de esta situación es que el fin de semana anterior, la Policía recibió “10.076 llamadas por temas relacionados con intolerancia social, riñas y escándalos”, afirmó el coronel William Quintero, además, “se aplicaron 1326 compárenlos por comportamientos contrarios a la convivencia”.
El coronel también resaltó que se cometieron 14 homicidios: “Todos los hechos fueron ligados a la problemática de los barrios”.
Uno de los casos más recientes se produjo el domingo a las 4:00 a.m. en el barrio Ciudad Córdoba, donde el líder social e integrante de la agrupación musical Canalón de Timbiquí, Lisandro Vallecilla, fue asesinado.
Una de las hipótesis de los hechos sugiere que en lugar de un acto de sicariato, la muerte del músico sucedió por intolerancia, pues en los videos difundidos en redes sociales se aprecia cuando dos personas cruzan palabras y se señalan, posteriormente, cuando uno de ellos se da la vuelta, el otro le dispara con un arma de fuego y una de las balas impacta en Vallecilla, quien estaba presente en el lugar.
“Resultó lesionada una persona y otra persona fallecida, los cuales fueron atacados por arma de fuego por un sujeto, al parecer en un hecho de intolerancia social”, comentó el coronel William Quintero, comandante (e) de la Policía de Cali. Cabe aclarar que la persona herida falleció en un hospital.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Cali, Jimmy Dranguet afirmó que “ante el lamentable hecho donde perdió la vida nuestro folclorista Lisandro Vallecilla, queremos informar a la ciudadanía caleña que estamos ofreciendo una recompensa de hasta $30 millones de pesos por información que nos permita identificar y conocer el paradero de este delincuente”.
Por estos hechos, ayer las autoridades publicaron un cartel de búsqueda con el rostro del presunto homicida del artista.
El exasesor de seguridad de Cali y especialista, Alberto Sánchez, explicó que las riñas son eventos violentos fortuitos que se pueden dar entre familiares, conocidos o incluso desconocidos.
Estas acciones inician por el mal manejo de las emociones y la incorrecta resolución de conflictos derivada de una posible falta de conocimiento.
De la misma manera, Juan Camilo Cock, director de la Fundación Alvaralice y experto en implementación de proyectos y prevención de violencia, afirmó que “una riña por lo general es el resultado de un conflicto mal tramitado, es decir, donde hay un desacuerdo entre dos personas o grupos de personas que no encuentran una forma de resolverlo que no sea mediante la agresión física”.
Los especialistas concuerdan en que la ausencia de cultura ciudadana naturalizó la violencia como manera de arreglar los conflictos cotidianos que se pueden presentar en el transporte público, en las vías, en las instituciones o entre familiares y vecinos.
Si bien se tiene la creencia que las zonas más afectadas por estos comportamientos son los barrios más vulnerables, la realidad es que estos actos de agresión se pueden dar en todas las áreas de la ciudad, desde el estrato 1 hasta el estrato 6.
Sánchez resaltó que en la mayoría de estos eventos no hay presencia de armas, ya que al suceder de manera espontánea las agresiones suelen darse con golpes y los elementos que se tienen a la mano.
“Cuando una persona discute con otra, se va del lugar y vuelve con un arma para acabar con la vida del sujeto ya no es una riña, es un acto premeditado”, dijo.
“Cali es una ciudad con una disponibilidad muy alta de armas de fuego y como mucha gente está armada, lo que puede empezar como una pelea por un asunto relativamente sencillo, puede terminar en un homicidio”, explicó Cock.
Aunque parezcan un problema menor, las riñas son un motivo de alerta para las autoridades por su potencial de escalar y convertirse en una tragedia, por ello, los expertos mencionaron que es indispensable realizar trabajos de prevención con la ciudadanía.
“La educación debe iniciar desde los colegios, ya que desde allí se empiezan los conflictos, no se debe esperar a que se presenten peleas en las calles sino enseñarle a la ciudadanía la ruta de resolución de problemas de manera pacífica”, dijo Sánchez.
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