Secuestran al papá de Diomara Montañez, alcaldesa de Sardinata, Norte de Santander

En la noche del 14 de marzo de 2025, hombres armados secuestraron a Jesús David Montañez, padre de la alcaldesa de Sardinata, Diomara Montañez, cuando se desplazaba en su motocicleta por uno de sus predios en la vereda El Líbano.

Según informó la Policía de Norte de Santander, el vehículo fue encontrado abandonado metros más adelante del punto exacto donde se produjo el secuestro. Hasta el momento, ningún grupo armado ha reivindicado el hecho, aunque la región del Catatumbo es conocida por la presencia del ELN y las disidencias de las Farc.

El secuestro de Montañez ha generado conmoción e indignación en la comunidad y entre dirigentes políticos de la región. Diego González Tolosa, diputado del departamento, expresó su solidaridad con la mandataria local y su familia: .

“Mis oraciones están con ustedes en este momento. Exigimos el pronto regreso de Jesús David Montañez y el fortalecimiento de las acciones contra la violencia en Sardinata”

Expreso el diputado.

También desde el Concejo Municipal de Sardinata publicaron un comunicado para expresar su rechazo por este caso que “atenta contra la dignidad humana, la seguridad y la tranquilidad de la comunidad”. Asimismo, instaron a los hombres armados que se lo llevaron a respetar su integridad y su vida y permitir su regreso inmediato junto a sus seres queridos.

Las autoridades han desplegado operativos en la zona con el fin de dar con el paradero de Montañez y sus captores. Sin embargo, la compleja situación de orden público en el Catatumbo representa un gran desafío para las fuerzas de seguridad.

La crisis de violencia en el Catatumbo

Este secuestro es solo un reflejo del escenario de inseguridad que viven los habitantes del Catatumbo, donde la disputa entre grupos armados ilegales ha generado asesinatos, desplazamientos y ataques a la población civil.

La región, que abarca municipios como Sardinata, se ha convertido en un territorio altamente peligroso debido a los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc, dejando un saldo alarmante de víctimas.

Uno de los hechos más recientes fue la masacre en Ocaña, ocurrida el 9 de marzo, en la que murieron cinco personas, incluyendo a Ángel María Cárdenas y José Leonardo Amaya, dueño de uno de los locales atacados. Esta tragedia es solo una muestra de la escalada de violencia en la región.

Diálogos de paz suspendidos y la incertidumbre en la región

La suspensión de los diálogos de paz con el ELN, ordenada por el presidente Gustavo Petro el pasado 17 de enero, ha intensificado la crisis de seguridad en el Catatumbo. Desde entonces, se han registrado al menos 70 muertos y más de 50.000 desplazados en la región.

Ante este panorama, la delegación del Gobierno en las negociaciones con el ELN ha convocado un Congreso por la Paz para el 5 de abril en Bogotá, con el propósito de reflexionar sobre la situación actual y buscar soluciones. No obstante, mientras no se implementen medidas concretas de seguridad, los habitantes del Catatumbo siguen expuestos a la violencia de los grupos armados