La inspiradora historia de Colombina, la marca que endulza la vida de los vallecaucanos

Vallecaucano que se respete debe tener entre sus recuerdos más entrañables de infancia algún dulce momento acompañado por un producto de Colombina, una marca fundada en nuestra región hace 92 años y que hoy llega a más de 70 naciones en el mundo, consolidada como una de las más importantes de América Latina.

Su origen se remonta a 1927 gracias a la pasión y esfuerzo de Hernando Caicedo, empresario vallecaucano, quien vio en los extensos cultivos de caña de azúcar de la región la oportunidad para darles un valor agregado, a partir de la fabricación y venta de confites y dulces, la primera iniciativa de su tipo en la región. Los habitantes de aquel Cali Viejo solían llamar a este tipo de dulces manjares, “colombinas”, un nombre que se convirtió en la identidad de una de las marcas registradas más queridas y reconocidas del país.

Don Hernando abrió sus primeras plantas de confiterías en el tradicional barrio San Nicolás de Cali, a la altura de la Carrera Primera con 24, así como en el corregimiento de La Paila, municipio de Zarzal, sedes que la compañía aún conserva y que sirvieron de cimiento para su desarrollo.
Hacia la década de 1960, Colombina ya exportaba sus productos a varios países y lo que empezó como una empresa dulcera regional, evolucionó hasta convertirse en una marca de alimentos con presencia en todo el país y operación directa en 14 países, con un amplio portafolio en diferentes categorías de alimentos como dulcería, chocolatería, galletería y pasteles, salsas y conservas, alimentación infantil, helados, pastas, jugos, entre otros.

Fue bajo el abrigo de Colombina que surgieron marcas icónicas que hacen parte de la historia de la región y del país como Bon Bon Bum, Nucita, Coffee Delight, Chocobreak y La Constancia, que han acompañado a varias generaciones, para vivir momentos plenos de sabor.

A ello se suma ahora su línea Colombina 100%, una gran apuesta de la marca con un portafolio de productos de excelente sabor, libres de colorantes, saborizantes y conservantes artificiales y con beneficios adicionales en cada producto. Además, incorporó productos como las salsas Amazon, para sumar más de 40 marcas que llenan de sabor la vida de sus consumidores.

Una apuesta sostenible y social
Uno de los aspectos más interesantes del crecimiento de Colombina, es que lo ha realizado operando bajo un marco de sostenibilidad, respetando el entorno y convirtiéndose en una fuente de crecimiento económico en la región.

Además de su sede en La Paila, cuenta con una planta en Tuluá. En total la marca genera para el departamento más de 2.900 puestos de trabajo. Por medio de la Fundación Colombina, se beneficia a 726 niños, niñas y jóvenes, de Cauca y Valle, a través de su hogar infantil, el programa de danzas y el Club deportivo Jaime H. Caicedo. También cuenta con el programa de Becas, Jaime H. Caicedo, que le da la oportunidad a algunos de los hijos de sus colaboradores para realizar sus estudios universitarios y técnicos, en importantes universidades del país.

Adicionalmente, la marca realiza desde hace varios años la Copa Bon Bon Bum, un torneo de fútbol que en el 2018, contó con la participación de miles de niños, niñas y jóvenes a nivel nacional. Por otro lado, en La Paila, la Compañía inauguró la Escuela Agroalimentaria, en alianza con Sintracolombina y el Sena de Buga, para que los hijos de sus trabajadores y de las zonas aledañas a la planta de confitería, se capaciten como Técnicos en Confitería y en Agroindustria Alimentaria.

Luego de 92 años de historia, Colombina sigue presente en el imaginario de los vallecaucanos y de buena parte del mundo, gracias a que mantiene su promesa de seguir creando sabores deliciosos, para disfrutar la vida y brindar las mejores experiencias. Pero además, porque respeta el entorno y ha sabido mantenerse a la vanguardia con las tendencias del mercado. Por todo ello, es una marca de corazón.