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FUNDACIÓN PANTHERA

Vea al 'gato salvaje' que descubrieron en los cañaduzales del Valle

Panthera Colombia, dirigida el biólogo caleño Esteban Payán Garrido, descubrió que los cañaduzales del Valle son el hábitat de los yaguarundí, una especie de gato silvestre. ¿Por qué es una urgencia protegerlos?

29 de agosto de 2019 Por: Santiago Cruz Hoyos | Editor de Crónicas y Reportajes
Este es el Yaguarundí visto en los cañaduzales del Valle. | Foto: Foto: Cortesía Fundación Panthera

Desde que era un niño, Esteban Payán Garrido tenía una particular afición por los tigres de Asia. Todo empezó por una enciclopedia que le obsequiaron sus padres y que se llama La Fauna. El autor es uno de los grandes naturalistas de la historia, el español Félix Rodríguez de la Fuente.

– Todavía la tengo. Es una belleza de enciclopedia, muy bien diagramada, con muy buenas fotos, pero también con textos fantásticos. Eso me enganchó – dice Esteban, que nació en Cali en 1977.

Como en Colombia, por supuesto, no hay tigres de Asia, empezó a interesarse por los jaguares. Incluso se hizo zoólogo, aquellos que se dedican a estudiar los animales desde su evolución, su fisiología, su manera de reproducirse, su genética, su conducta. Se matriculó en biología en la Universidad de Los Andes, e hizo un doctorado en jaguares en la University College y en la Sociedad Zoológica de Londres.

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Durante el doctorado, Esteban vivió 4 años en el Amazonas. Convivió con las comunidades indígenas de los Tikuna y Los Uitoto. Su plan consistía en analizar las densidades de jaguares dentro y fuera del parque Amacayacu y la sostenibilidad de la cacería. Los humanos, por cierto, cazamos lo mismo que el jaguar.

– En los sitios donde la gente convive con esta especie hay que medir si es sostenible la cacería, y en el Amazonas era sostenible gracias a la forma en que cazan los indígenas, sobre todo los tikunas.

Tras esa experiencia, Esteban fue contratado para trabajar con la Fundación Panthera, una ONG dedicada a la conservación de los felinos. Hace una década él se encargó de fundar Panthera Colombia, cuya sede principal es una luminosa oficina ubicada en el barrio El Peñón de Cali.

¿Cómo nace Panthera?

Panthera es una ONG que surge de donantes internacionales que reconocen los retos de trabajar con felinos. Los felinos tienen dos características muy importantes: son grandes y son carnívoros. Eso significa que necesitan unas áreas muy grandes para vivir, porque requieren suficientes presas: por ejemplo venados y armadillos. La presencia de las ‘especies presa’ indica que el bosque está en buen estado. Los frutos, las nueces, las flores, las hojas, todo lo que comen esas presas, también debe estar bien. Y si toda esa vegetación está bien, el agua está bien. Por eso decimos que el felino es un depredador tope: si hay jaguares, quiere decir que el sistema está bien conservado.

Es decir que cuidar a los jaguares es cuidar a todo un ecosistema…

Por eso nos enfocamos en jaguares y felinos en general. Si salvamos a los jaguares, salvamos al resto de la biodiversidad asociada. Lo que quiere el mundo es salvar la biodiversidad, que no siga la extinción de las especies, pero lograrlo cuesta mucho. No hay suficiente plata para estudiar todas las mariposas, todos los lagartos, todas las ranas. Necesitamos atajos. El atajo principal son los grandes carnívoros: proteger tigres, leones y jaguares.

¿Cuáles son las amenazas actuales de los jaguares?

La amenaza creciente de esta década es que, como se están acabando los tigres de Asia, los chinos están viniendo a Suramérica a matar jaguares para pasarlos por tigres de Asia, que son apetecidos en la medicina tradicional china. Estamos descubriendo los mecanismos de tráfico. Hay uno horripilante: hierven los felinos por siete días hasta volverlos una pasta negra. Los traficantes viajan con esa pasta, pero como el material genético (ADN) del animal ya se ha degradado, si los capturan, la Policía no puede determinar qué especie es. Los colmillos y los huesos los pulverizan y los camuflan en tarros de leche en polvo. En Colombia, por fortuna, hay muy poca caza de jaguares. Esto está ocurriendo en Bolivia.

¿Qué ha hecho Panthera por el jaguar en Colombia?

Tenemos un marco de trabajo muy especial que se llama el ‘Corredor jaguar’. Esto viene asociado a sus necesidades de ecosistemas bien conservados y de unas áreas amplias. En Panthera se planteó la necesidad de conectar los parches de bosques que tuvieran jaguares en el país, para garantizar su supervivencia a largo plazo. Un corredor que logre unir a todos los parques nacionales, las reservas privadas, las fincas donde son amigables con los felinos, las áreas de protección municipal. Y así surgió el ‘Corredor jaguar’, que viene desde el norte del Chocó, el noreste antioqueño, Córdoba, sur de Bolívar, sur del Cesar, Norte de Santander, Arauca, Casanare, el Amazonas, hasta el norte de Argentina. Actualmente en Colombia hay grandes poblaciones de jaguares en la Amazonía, en el Llano y en el Chocó biogeográfico.

¿Otra amenaza para el jaguar en el país son los ganaderos?

En Panthera ya logramos ‘firmar’ la paz entre los ganaderos y el jaguar. Los jaguares se le comen las vacas a los ganaderos, eso es cierto, pero tenemos una batería de soluciones. Los ganaderos son, de hecho, grandes aliados de la Fundación. Lo primero que hacemos es ir a mirar el tipo de finca. Hay fincas de diez mil cabezas de ganado, y fincas de diez cabezas de ganado.

Entonces, lo más sencillo con diez cabezas de ganado es poner un corral nocturno, o un cerco eléctrico, y con eso solucionamos el problema. O introducimos en los hatos de ganadería extensiva, donde se puede cercar, ganado ‘sanmartinero’, un ganado criollo, desarrollado hace 500 años, que viene del toro de lidia, y que se defiende del jaguar, defiende los rebaños. Con todas estas medidas y muchas otras demostramos que se puede convivir entre jaguares y ganaderos sin matar a los felinos. En la Fundación contamos también con un grupo llamado Greco: Grupo de Respuesta al Conflicto con Felinos. Y ofrecemos el programa de Ranchos Modelos.

¿En qué consiste?

En los ranchos que tienen problemas de depredación del jaguar u otros felinos, nosotros nos entendemos con el dueño, les entregamos los materiales para solucionar el problema, (el cerco eléctrico o el ganado ‘sanmartinero’) y el dueño pone su trabajo para hacer seguimiento y mantenimiento a estas alternativas y firma un acuerdo donde se compromete a no matar felinos. En el Valle tenemos 16 ranchos modelo en zonas donde habitan pumas. En Colombia son alrededor de 50.

En el Valle descubrieron felinos en los cañaduzales. ¿Cómo es eso?

Este trabajo surgió a través de un convenio con la CVC. Hace 5 años hicimos un primer muestreo con ellos, un muestreo rápido, de un año, de cómo estaban los felinos en el Valle del Cauca. Pero un año no es suficiente, y dijimos mire, el Valle es muy amplio, necesitamos hacer un plan de acción para los felinos. E hicimos un plan de acción para el manejo de los jaguares. La CVC, que es la única corporación ambiental en Colombia que tiene un plan departamental de sus felinos, lo financió. En ese estudio lo primero que nos dimos cuenta era dónde había jaguares y dónde no. Una de las grandes lecciones es que en el Valle plano ya no hay. Están extintos debido a la deforestación de los bosques por la agricultura y por la caña. Como los jaguares no suben por encima de los 2000 metros sobre el nivel del mar, en el Valle solo quedan en la vertiente pacífica, en el Bajo Calima. Lo que sí tenemos es una población muy fuerte de pumas a ambos lados de las cordilleras. También hay abundancia de tigrillos. Pero en conclusión, en el Valle plano el único felino sobreviviente está en la caña, en los cañaduzales, y es el yaguarundí.

¿Qué tipo de felino es el yaguarundí?

Es muy poco conocido, lo llaman ‘gato silvestre’ del continente americano. Es una de las seis especies de felinos que habitan el territorio nacional, pero quizás el único que parece tolerar las alteraciones en el ambiente y la actividad humana. Su cuerpo es alargado, la cabeza plana y las orejas redondas. Pesan en promedio de 3,5 y 9,1 kilogramos, son diurnos y utilizan los árboles para descansar. Su dieta habitual son pequeños mamíferos como los roedores, algunas aves, reptiles e insectos.

¿Cómo descubrieron esta vida secreta de los felinos en la caña?

Instalamos 46 cámaras en el cultivo de caña de azúcar y en fragmentos de bosque seco tropical. Con las cámaras logramos el registro también de 9 especies de mamíferos y 23 aves. En los cañaduzales además habita el zorro cañero, el venado de cola blanca, el chigüiro y claro, el yaguarundí.

¿Por qué es importante este descubrimiento?

El mensaje que queremos dar es que se debe cuidar esto último que queda en el Valle plano. ¿Cómo? Cuidando los bosques, que los están talando. Y aplicar mejores prácticas en los cultivos de caña. No quemar, por ejemplo. Y dejar parches de bosque alrededor de los cultivos. También sembrar árboles en los potreros. Tenemos que conservar lo que aún queda. No solo por proteger el medio ambiente, sino también por las posibilidades que se abren con el turismo. El turismo cada vez más quiere ver animales, desde aves hasta jaguares o el yaguarundí. En Brasil tenemos ranchos modelos donde a los hoteles de alrededor les ingresan seis millones de dólares al año por turistas que llegan a hacer avistamientos de jaguares. El Valle y Colombia tienen una gran oportunidad si les ofrecemos contenido a los turistas para que vengan, y de paso, hacemos lo más urgente: cuidamos el medio ambiente.

Puede conocer más información sobre la Fundación Phantera aquí

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