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A casi 300 muertos llegan las víctimas del culto en Kenia que murió de hambre para ver a Jesucristo
Hasta el momento se ha informado de 95 personas rescatadas, 19 de ellas se han reencontrado con sus familiares.
La tragedia perpetrada en el bosque de Shakahola de Kenia sigue aumentando el número de sus víctimas. Según informaron medios locales este 13 de junio, indicando que un nuevo reporte de la policía ubicó la cifra de fallecidos cerca de las 300 personas, todos vinculados por la secta del presunto pastor Paul Mackenzie Nthenge.
Pues bien, en el último balance, la inspectora a cargo, Rhoda Onyancha, indicó que hasta el momento se han recolectado 284 cuerpos, luego de que se encontraran 10 cadáveres más, según recalcó el medio local Nation, sin embargo, también ha aumentado el número de personas que continúan desaparecidas.
Según recalcó la inspectora Onyancha, hasta el momento se ha informado de 95 personas que han sido rescatadas, puesto que estaban siguiendo los ayunos mortales relacionados con las predicaciones de Paul Mackenzie Nthenge, con el objetivo de llegar a ser salvados y ver a Jesucristo. De estos salvados, 19 de ellos ya se han reunido con sus familias.
El medio citado recalcó que, a pesar de los esfuerzos, todavía hay alrededor de 613 personas notificadas como desaparecidas y que se relacionan con la secta, por lo que se teme que el número de fallecidos continúe aumentando.
¿Cómo murieron las víctimas?
Más de dos centenares de cadáveres, en su mayoría de niños, fueron descubiertos en abril en el bosque de Shakahola, donde se congregaban los fieles de una secta que recomendaba el ayuno extremo para “conocer a Jesús”.
El hallazgo de los cuerpos provocó sentimientos de horror, indignación e incomprensión en este país de África del Este, de unos 50 millones de habitantes y donde hay miles de iglesias cristianas registradas, según el gobierno.
Según las autopsias realizadas sobre 112 cuerpos, la mayoría de las víctimas murieron de hambre, tras haber seguido presuntamente las predicaciones de Paul Nthenge Mackenzie, un autoproclamado pastor de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva.
Las autopsias realizadas sobre ciertos cadáveres hallados en un bosque del sureste de Kenia, donde se reunían los miembros de una secta evangélica, revelaron la ausencia de algunos órganos, según un documento judicial consultado por AFP.
“Informes de autopsia revelaron que faltaban órganos sobre algunos cuerpos de las víctimas que fueron exhumados hasta ahora”, indica el documento. El acta también menciona “un tráfico de órganos humanos bien coordinado que implica a varios actores”.
Algunas de las víctimas, sin embargo, fueron estranguladas, golpeadas o ahogadas, indicó el jefe de las operaciones de autopsia, el doctor Johansen Oduor.
Un homenaje a las víctimas
El gobierno de Kenia informó que quiere convertir el bosque de Shakahola en un memorial, dedicado a las casi 300 personas halladas muertas en el lugar donde se reunían los adeptos de la secta evangélica que abogaba por el ayuno extremo.
“El bosque de Shakahola (...) donde se cometieron graves crímenes no seguirá siendo como era”, declaró el ministro del Interior, Kithure Kindiki. “El gobierno lo transformará en un memorial nacional, un lugar de memoria para que los kenianos y el mundo no olviden lo que ocurrió aquí”, añadió.
Las autopsias han revelado que la mayoría de las víctimas perecieron de hambre, supuestamente después de seguir los sermones de Paul Nthenge Mackenzie. Algunos de los fallecidos, entre ellos niños, fueron estrangulados o golpeados.
Extaxista y fundador de su “iglesia”, Paul Nthenge Mackenzie, de 50 años, está acusado de “terrorismo”. Está detenido desde que se entregó a la policía el 14 de abril, tras la primera intervención de las fuerzas de seguridad en el bosque.
*Con información de AFP.
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