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Biden felicita a Trump por su triunfo en las elecciones de Estados Unidos y lo invita a la Casa Blanca
Donald Trump se posesionará en enero del 2025 para el que será su segundo mandado como presidente de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden “felicitó” a Donald Trump y lo “invitó” a la Casa Blanca, informó este miércoles el gobierno estadounidense.
El mandatario demócrata de 81 años “se dirigirá a la nación” el jueves para abordar los resultados de las elecciones y el período de transición, precisó la Casa Blanca.
También se conoció desde la Casa Blanca que Biden habló con Kamala Harris, para felicitarla por la campaña que hizo. Biden inició como candidato demócrata, pero después dio un paso al costado y allí apareció la vicepresidenta para llevar las banderas de su partido.
Trump logró el apoyo del 45% de los votantes hispanos a nivel nacional en comparación con el 53% de Harris. En 2020 la repartición fue 32% y 65%.
“Hemos hecho historia”, proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
“Vamos a ayudar a nuestro país a sanar”, añadió el magnate, que logró convencer a los estadounidenses de que los entiende mejor que nadie.
Los mercados también acogieron con satisfacción la victoria. Y eso que su retórica da escalofríos. El republicano prometió expulsar a los migrantes en situación irregular porque “envenenan la sangre” del país.
Asegura que quiere reconquistar ciudades que según él han sido tomadas por migrantes, y sellar la frontera con México para asegurarse de que no entren más sin visa. El día de la victoria será el de “la liberación”, martilleó.
Este miércoles afirmó que los migrantes podrán venir, pero legalmente. Todo le salió a pedir de boca porque además de ganar las presidenciales, el Partido Republicano arrebató el control del Senado a los demócratas.
Y todo apunta que va a ganar el voto popular, un objetivo que acarició durante la campaña. Con un estilo directo, su mensaje cala en la clase trabajadora y en el mundo rural desilusionado con las élites de Washington.
Su regreso a la Casa Blanca sume en la alegría a millones de seguidores reconocibles por sus gorras rojas. Pero otros tantos quedan traumatizados.