Nación
Coronación del rey Carlos III: así vistieron los invitados a esta histórica ceremonia
La ceremonia se realizó en la Abadía de Westminster con más de 2.000 invitados.
Líderes mundiales, músicos, celebridades, reyes, políticos e integrantes de diferentes monarquías hacen parte de las más de 2.000 personas que llegaron como invitadas a la ceremonia de ascenso de Carlos II, el hijo mayor de la Isabel II como rey del Reino Unido y, a partir de este momento, como jefe de la Mancomunidad de Naciones.
La ceremonia se realiza en la Abadía de Westminster, que está localizada en el centro de Londres, donde los invitados son el centro de atención debido también al atuendo que lucen.
Una ceremonia de esta magnitud lleva consigo un protocolo que obliga a los asistentes a tener un especial cuidado a la hora de elegir el traje para este evento real que sin lugar a dudas pasa a la historia.
Las miradas naturalmente están puestas de manera especial en Carlos III, quien llegó al trono acompañado de su esposa Camila como reina consorte, un título que acarrea algunas responsabilidades distintas a las de la reina.
El término consorte se refiere a la esposa del rey reinante; este se utilizó por primera vez en 1665 para referirse a la reina Catalina Enriqueta de Braganza, esposa del rey Carlos II.
Carlos III llegó luciendo su uniforme de gala de la Marina británica, el mismo que usó durante el funeral de su madre, la reina Isabel II. “Con esta vestimenta el rey Carlos quiere dejar en evidencia que su reinado estará acoplado a la actualidad (siglo XXI) y que no permitirá que su estilo personal se pierda a pesar de los reglamentos protocolarios”, afirmó Marina Fernández, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Escuela Internacional de Protocolo.
El rey de Inglaterra, Carlos III, luce una túnica de cuatro kilos bordada de seda dorada y el Manto Imperial, el cual fue fabricado para el monarca Jorge IV. Los guantes que llevará serán de su abuelo Jorge VI.
Después, recibe los atributos reales: el manto, el orbe, el cetro y la corona de Eduardo, del siglo XVII, adaptada para la ocasión.
Entre los asistentes especiales se encuentra la princesa Ana quien llegó al lugar luciendo un uniforme militar repleto de trenzas doradas para desempeñar su papel de “palo de oro en espera”, responsable de la seguridad personal de la monarca.
Otra invitada que se robó las miradas fue la primera dama, Jill Biden, quien seleccionó el color azul para este importante evento. Biden usó un traje de falda azul bígaro de Ralph Lauren. De otro lado, la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, compartió el gusto por este color para el abrigo que acompañar su vestido.
La pareja real viajó en una moderna carroza fabricada con ocasión del Jubileo de Diamante de Isabel II en 2012, tirada por seis caballos Windsor Grey y escoltada por miembros de la caballería de la casa real.
Entre los asistentes también se destacan el primer ministro de Canadá, Justin Trudeaum quien siempre estuvo acompañado de su esposa Sophie Grégoire Trudeau, quien llegó con un traje de mangas de organza de tono rubor.
A ellos se unieron Akshata Sunak, esposa del primer ministro británico Rishi Sunak; el músico australiano Nick Cave, y la actriz británica Emma Thompson, quien llamó la atención por su abrigo con estampado de rosas rojas.
La silla de la coronación se fabricó en 1300. Debajo de ella se encuentra la “piedra de Scone” o “piedra del destino”, antiguo símbolo de la monarquía escocesa incautado por el rey Eduardo I.
El atuendo de coronación está compuesto por objetos que suelen exhibirse como parte de las joyas de la corona en la Torre de Londres y que, según el Royal UK, son artículos sagrados y seculares que simbolizan el servicio y las responsabilidades del monarca.
La Corona de San Eduardo se utiliza únicamente para las coronaciones y fue llevada por última vez por Isabel II. Fue fabricada para la coronación de Carlos II en 1661, en sustitución de una corona medieval fundida en 1649 por los parlamentarios tras la ejecución de Carlos I.
De oro macizo, está engastada con piedras semipreciosas, como rubíes, amatistas y zafiros, y adornada con un casquete de terciopelo púrpura ribeteado con una banda de armiño.
Al salir de la Abadía de Westminster, el rey llevará la corona imperial de Estado, vista por última vez en el funeral de Isabel II en septiembre. Creada en 1937 para su abuelo Jorge VI. Pesa 1,06 kg y mide 31,5 centímetros de altura.
Está engastada con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y cuatro rubíes. Incluye el diamante Cullinan II, la segunda piedra más grande tallada del diamante Cullinan, que según el Royal Collection Trust es el diamante más grande jamás descubierto.
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