Críticas al primer informe sobre abusos sexuales cometidos por la iglesia católica

Los obispos italianos presentaron este jueves el primer informe sobre los abusos sexuales en la Iglesia católica, el cual fue duramente criticado por las asociaciones de víctimas que lamentaron sus límites.

El informe, elaborado por la Conferencia Episcopal Italiana, CEI, fue realizado a pedido de las asociaciones de víctimas, después de las investigaciones llevadas a cabo en Francia y Alemania, que permitieron conocer la envergadura del problema a nivel mundial.

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Las asociaciones de víctimas consideran que el informe es muy limitado, que atañe sólo los años 2020 y 2021, que no cuenta con observadores independientes y que excluye los casos denunciados directamente a las autoridades judiciales.

El informe, de 41 páginas, fue tildado de "inútil" y de "pura propaganda" por la asociación italiana de víctimas Rete L'Abuso (Red El abuso).

Durante una rueda de prensa en el Vaticano, el secretario general de la CEI, monseñor Giuseppe Baturi, reconoció que en los últimos dos años 613 denuncias de violencia sexual cometidas por religiosos fueron denunciadas a la Congregación para Doctrina de la Fe, que se ocupa de esos casos en el Vaticano.

El informe publicado este jueves se refiere en cambio a los datos recopilados sólo por los "centros de escucha", una red creada en 2019 por las diócesis italianas para permitir que las víctimas denuncien posibles actos de violencia.

En total 89 personas presentaron denuncia durante esos dos años, la mayoría de ellos entre 10 y 18 años.

La mayor parte por comportamiento y lenguaje inapropiados, tocamientos, molestias, relaciones sexuales y pornografía. Más de la mitad de las personas, el 54,7 por ciento, eran mujeres.

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De unos 68 presuntos autores, el 66% eran religiosos y el resto laicos. El informe además ofrece poca información sobre las acciones tomadas contra los presuntos autores.

Ante los miles de casos de violencia sexual y pedofilia denunciados en todo el mundo contra sacerdotes y después de las acusaciones de encubrimiento por parte del clero, el papa Francisco ha prometido tolerancia cero.

En diciembre del 2019, el papa decidió levantar el secreto pontificio para casos de pederastia. Una medida histórica con lo que puso fin a una de las mayores excusas sobre las que se edificó el muro de silencio en torno a los abusos.

Introdujo también una norma que los obligaba a cooperar con la justicia de cada país y que prohíbe explícitamente la imposición de silencio a las víctimas de abusos.