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Esclava sexual se escapa tras 14 años de estar encerrada en una mazmorra por su secuestrador
El drama tuvo lugar en un alejado pueblo de los montes Urales, en Rusia.
La mujer solamente ha sido identificada como Ekaterina y le contó una historia de horror a la Policía, luego de escapar del calabozo improvisado en que su victimario la mantuvo encerrada desde 2009 en el remoto pueblo de Smoleno, en los montes Urales.
El autor del secuestro, sostuvo Ekaterina, fue Vladímir Cheskidov, a quien la Policía detuvo y un juez dictaminó que irá a juicio por las ofensas cometidas contra la mujer. El caso fue dado a conocer por el canal SHOT, de Telegram, que también reveló cómo Cheskidov solo la dejaba salir del calabozo, asegurado con candados y rejas, para hacer labores domésticas.
Esto incluía cocinar, limpiar y cuidar de su madre, que vivía en la misma casa y también fue detenida con su hijo, por su posible participación en el secuestro de Ekaterina.
Cada vez que salía, Cheskidov, se aseguraba de que ella no intentara escapar, para lo cual no solo aseguraba los candados, sino que la amordazaba con cinta pegante y la dejaba atada a una viga para que no pudiera pedir ayuda ni intentar huir.
Además del encierro tan prolongado y la imposibilidad de no ver a su hermana, su única familia, la mujer también debió soportar las constantes violaciones del hombre, a quien SHOT pinta como una especie de maniático.
Al ser interrogada sobre cuántas veces la violó, Ekaterina dijo que no llevaba la cuenta, pero que creía que unas 1.000 veces.
No contento con ello, Vladímir Cheskidov la obligaba a tomar alcohol, le propinaba brutales golpizas y la torturaba por la más mínima transgresión de las normas que le había impuesto.
En una ocasión le dio tan fuerte en la cabeza, que olvidó la información de contacto de su hermana y otros allegados. El programa también dijo que el caso experimentó un giro inesperado, porque Ekaterina le agregó un nuevo detalle, cuando los policías creían que no oirían más horrores.
Una supuesta esposa llegó con Cheskidov y él la asesinó
Un día de 2011, recordó, Vladímir se presentó en la casa con una mujer, Oksana, a quien presentó como su esposa. Luego, la mujer le confesó que ellos realmente no estaban casados.
Un día, él y Oksana se enfrascaron en una discusión, en medio de la cual ella intentó pedir ayuda. Furioso por eso, el hombre la mató de múltiples puñaladas. Acto seguido, Vladímir obligó a Ekaterina a que le ayudara a descuartizar a Oksana y a ponerla en un tanque, que luego enterraron en el sótano de la casa.
En efecto, la Policía encontró el entierro y confirmó que la mujer perdió la vida a causa de las cuchilladas.
En el allanamiento de la humilde vivienda los agentes de policía también encontraron discos con pornografía infantil, una colección de juguetes sexuales y bozales. Revisando en los archivos, los investigadores descubrieron que tiene un viejo prontuario judicial, que incluye una condena por robo en 1989, entre otros delitos.
Este episodio que seguro marcará su vida para siempre, comenzó en el otoño de 2009, cuando Ekaterina tenía 19 años, y conoció a su secuestrador, entonces de 37, en una estación de buses en la ciudad de Chelyabinsk.
Él la invitó a su casa para que tomaran unos tragos, pero estando allí, él se transformo y, blandiendo un cuchillo, le hizo saber que a partir de ese momento era su rehén.
Tras 14 años de cautiverio y sufrimientos, la oportunidad de escapar le llegó esta semana, luego de que su captor sufriera un episodio psicótico a raíz del consumo descontrolado de alcohol.
La madre del criminal, posiblemente temerosa de que él atentara contra la vida de ella, llamó a emergencias y él fue internado en un hospital psiquiátrico.
En medio de la conmoción, Vladímir olvidó cerrar la puerta de la mazmorra donde la tenía prisionera, ante lo cual la madre de él le dijo que aprovechara para escapar, pues quizás esta era la única oportunidad que tendría de hacerlo.
En el tribunal, el juez ordenó que el secuestrador y violador permaneciera en la cárcel por dos meses, mientras se organiza el juicio. La madre fue liberada y, a pesar de que ayudó a Ekaterina a escapar, se refirió a ella como si fuera compañera sentimental de su hijo y la acusó de vivir de mala gana a su lado. La acusó además de comportarse como una reina, pues se negaba a hacer algo en la casa o a buscar un trabajo.
La Policía también ha recogido testimonios de los vecinos del lugar, quienes aseguraron que frecuentemente veían borracho a Vladímir o viendo a los niños en un campo de juegos. Todo lo cual, más el testimonio de Ekaterina y las evidencias encontradas de la casa, seguro le valdrán una condena de 25 años de cárcel por asesinato y otros cargos.
Ekaterina, por su parte, corrió a donde su hermana, quien vivía en el mismo lugar que cuando fue secuestrada. Increíblemente, ella había esperado nueve años para reportar su desaparición. Pero era la única pariente que esperaba a Ekaterina, pues sus padres murieron mucho antes de que cayera en las manos del monstruo de los Urales.
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