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Falleció el hacker más famoso del mundo, Kevin Mitnick, ¿qué le ocurrió?
Esto fue lo que llevó al hacker más reconocido del mundo a su fallecimiento.
El mundo de la ciberseguridad y la comunidad hacker está de luto tras conocerse el fallecimiento de Kevin Mitnick, el hacker más famoso del mundo. Según informó el New York Times, Mitnick, quien en su momento fue considerado uno de los ciberdelincuentes más peligrosos de Estados Unidos, perdió la vida el fin de semana a sus 59 años debido a una batalla contra el cáncer de páncreas.
El legado de Kevin Mitnick es catalogado como complejo y fascinante. Durante la década de los 90, mantuvo a las autoridades estadounidenses en vilo, llevando a cabo una serie de delitos informáticos que lo colocaron en la lista de los hackers más buscados del país.
Llegó hasta tal punto, que robó miles de archivos de datos y números de tarjetas de crédito de sistemas informáticos distribuidos por todo el territorio norteamericano, de igual forma tuvo acceso a secretos empresariales de gran valor económico.
Sin embargo, el destino de Mitnick dio un giro radical cuando fue arrestado por el FBI en 1995, acusado de uso ilegal de un dispositivo de acceso telefónico y fraude informático.
Tras pasar por prisión, decidió canalizar sus conocimientos y habilidades en el ámbito de la seguridad informática. Se convirtió en un consultor de ciberseguridad altamente solicitado y, además, se dedicó a dar charlas y escribir libros y artículos sobre sus experiencias.
La trayectoria de Mitnick fue excepcional, fundando incluso su propia empresa de ciberseguridad, KnowBe4. Asimismo alcanzó reconocimiento gracias a su astucia y capacidad en el mundo de la informática, tanto, que se convirtió en una figura inspiradora para muchos aficionados y expertos en el campo del hacking.
Sus seguidores eran numerosos y le demostraron su apoyo de diversas formas, incluso llevando a cabo acciones de protesta y ciberataques como muestra de solidaridad durante su detención.
Tras su liberación en 1999, como parte de un acuerdo, Kevin Mitnick aceptó su culpabilidad por fraude con tarjetas y ordenadores, lo que lo llevó a cumplir una pena de 46 meses en prisión.
Otra de las medidas que impusieron las autoridades era que le quedaba terminantemente prohibido utilizar un ordenador o teléfono móvil sin el permiso de su supervisor de libertad condicional durante los tres años siguientes a su liberación.
En 2011, Mitnick plasmó sus vivencias y pensamientos en sus memorias, en las que reveló aspectos de su vida personal y su temprana fascinación por la tecnología. Desde muy corta edad mostró habilidades notables al aprender a sortear sistemas y redes telefónicas.
Su historia está marcada por un enfrentamiento constante con las autoridades de Estados Unidos, que se prolongó durante largos años.
El hacker describió en sus memorias su desacuerdo con algunos de los cargos que se le imputaron, negando haber hackeado sistemas informáticos gubernamentales y alegando que nunca hizo uso de los números de tarjetas de crédito obtenidos durante sus actividades ilícitas.
Según él, su objetivo era derrotar a su adversario en un duelo intelectual, sin la necesidad de dañar o perjudicar a las víctimas.
Su historia, en definitiva, es una mezcla de controversia, talento y redención, dejando una marca en la historia de la informática y en la memoria de quienes se inspiraron en él.
¿Qué es el hacking?
El hacking, en términos generales, se refiere a la actividad de explorar, modificar o acceder a sistemas informáticos, redes, software o dispositivos electrónicos de manera no convencional. A menudo, los hackers buscan encontrar vulnerabilidades en sistemas para identificar debilidades y posibles brechas de seguridad.
Es importante distinguir entre dos tipos principales de hackers: los hackers éticos y los hackers maliciosos. Los hackers éticos, también conocidos como “sombrero blanco” o “white hat”, utilizan sus habilidades para mejorar la seguridad informática, identificando y corrigiendo vulnerabilidades con el permiso del propietario del sistema.
Por otro lado, los hackers maliciosos, también llamados “sombrero negro” o “black hat”, buscan explotar estas vulnerabilidades con fines ilegales o perjudiciales, como robo de información, extorsión o sabotaje.
