Mundo
Gisèle Pelicot habló tras la condena de su exesposo, quien la drogó y la hizo violar de decenas de desconocidos: “Me trataron como una muñeca de trapo”
La mujer hizo referencia a todas las víctimas de abuso sexual y habló sobre las condenas contra sus violadores.

Gisèle Pelicot aseguró este jueves “respetar” las condenas contra sus violadores, entre ellos su exmarido Dominique, al término de un mediático macrojuicio en Francia, y dijo pensar “en las víctimas no reconocidas” en los casos de violación.
“Pienso en las víctimas no reconocidas, cuyas historias permanecen a menudo en la sombra. Quiero que sepan ustedes que compartimos el mismo combate”, dijo la mujer de 72 años en una breve declaración a la prensa.

Su exmarido, de 72 años, fue condenado a la pena máxima de 20 años de prisión por administrarle a escondidas ansiolíticos entre 2011 y 2020 para dormirla y violarla junto a decenas de desconocidos contactados por internet.
El tribunal correccional de Aviñón, en el sur de Francia, impuso penas de entre 3 años de prisión, dos en suspenso, y 15 años para el resto de los 50 acusados, por debajo de las penas solicitadas por la fiscalía.

“Respeto” la sentencia, dijo Gisèle, pese a que sus tres hijos expresaron a la AFP su decepción por las penas. “Los hijos están decepcionados por las bajas penas”, comentó un miembro de la familia, que pidió el anonimato.
La mujer se convirtió en un icono feminista por rechazar un juicio a puerta cerrada, al que tienen derecho las víctimas, para que “la vergüenza cambie de bando”, una decisión que “nunca” lamentó, confesó este jueves.

Gisèle obtuvo en agosto el divorcio de su marido Dominique Pelicot. El hombre de 72 años reconoció las agresiones sexuales, que documentó meticulosamente durante años con fotos y video.
Su exmujer se mudó lejos de Mazan, localidad del sur de Francia donde ocurrieron la mayoría de violaciones y donde la trataron como “un trozo de carne”, una “muñeca de trapo” en su domicilio, según sus propias palabras.
Ahora utiliza su apellido de soltera, pero durante el juicio ha pedido a los medios que usen el de casada, el que ha transmitido a algunos de sus siete nietos.
A mediados de septiembre, abandonó su reserva habitual para expresar su enfado por la humillación que sintió cuando varios abogados insinuaron una posible complicidad. “Una violación es una violación”, respondió.
*Con información de AFP.