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James Cameron, director de ‘Titanic’, dice que las alertas sobre Titán fueron ignoradas
El director explicó que la pequeña embarcación había causado amplia preocupación en la comunidad de exploración oceánica.
Aunque en los últimos días, bajar a las profundidades del océano para observar los restos del Titanic puede parecer una aventura suicida, hay una persona que lo ha hecho 33 veces, y de hecho ha dedicado gran parte de su trabajo a enseñarle al mundo cómo es la experiencia.
Se trata del director de cine estadounidense James Cameron, quien en 1997 estrenó Titanic, la película que, con 2.188 millones de dólares recaudados en la taquilla global, se convirtió en la película más taquillera de la historia durante doce años.
Cameron, quien desde muy joven se convirtió en un experimentado explorador de las profundidades del mar, dijo que fueron ignoradas muchas advertencias sobre la seguridad del sumergible turístico que implosionó cerca del famoso barco, matando a cinco personas, como se confirmó este jueves.
El director explicó que la pequeña embarcación había causado amplia preocupación en la comunidad de exploración oceánica y señaló las similitudes entre la tragedia y el hundimiento en 1912 del enorme barco, que dejó unos 1.500 fallecidos.
“Estoy impresionado por la similitud entre el desastre del Titanic, cuyo capitán fue advertido varias veces sobre el hielo frente al barco, y aun así aceleró a toda máquina hacia un campo de hielo en una noche sin luna, y en consecuencia mucha gente murió”, dijo Cameron en entrevista con la estadounidense ABC News.
Explicó: “Y que una tragedia muy similar, en la que no se hizo caso de las advertencias, tenga lugar exactamente en el mismo lugar, con todo el buceo que se está realizando en todo el mundo, creo que es simplemente asombroso”.
“Es realmente un poco surreal”, agregó.
El servicio de Guardacostas de Estados Unidos confirmó este jueves que la pequeña nave, operada por OceanGate Expeditions, sufrió “una catastrófica pérdida de presión de la cámara” en las profundidades del océano, poniéndole fin a una multinacional operación de búsqueda y rescate que cautivó al mundo.
Cameron, quien en 2012 se convirtió en la primera persona en bajar al punto más profundo del océano, en un submarino diseñado por él, subrayó que el riesgo de implosión por la presión estaba siempre “primero y principalmente” en la mente de los ingenieros.
“Es la pesadilla con la que todos hemos vivido” en este campo de exploración, dijo, y destacó las marcas de seguridad de la industria durante las últimas décadas.
Pero “mucha gente en la comunidad estaba muy preocupada por este sumergible”, agregó.
“Varias figuras importantes en la comunidad de ingeniería de inmersión profunda incluso escribieron cartas a la compañía diciendo que estaban siendo muy experimentales al cargar pasajeros, y que necesitaban certificarse”.
A bordo del sumergible viajaban el millonario británico Hamish Harding, el empresario paquistaní Shahzada Dawood, su hijo Suleman —ambos también con nacionalidad británica—, el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, que cobraba 250.000 dólares por turista.
En la entrevista, Cameron mencionó su amistad de 25 años con Nargeolet: “Que haya muerto trágicamente de esta manera me resulta casi imposible de procesar”.
El director visitó el naufragio del Titanic mientras dirigía su épica película de 1997, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, y que se llevó 11 premios Óscar.
“Conozco el naufragio muy bien. De hecho, según mis cálculos, pasé más tiempo en el barco que su capitán en la época”, dijo el director.
El 26 de marzo de 2012, a las 7:52 a. m., hora local, James Cameron llegó al fondo de la fosa de las Marianas dentro del Deepsea Challenger, un sumergible de 7,3 metros diseñado para esta misión.
Alcanzó una profundidad de 10.898,4 metros, formando parte de la historia al convertirse en el cuarto descenso en la historia al abismo Challenger, el segundo tripulado y el primero en solitario.
En palabras de Cameron
- “Madrugada en un mar negro como el azabache. Mi sumergible, el Deepsea Challenger, da bandazos y sacudidas a merced de las enormes olas del Pacífico”.
- “En solo 35 minutos supero la profundidad a la que yace el Titanic, pues desciendo cuatro veces más rápido que en los sumergibles Mir rusos que usamos en 1995 en la filmación del famoso pecio para la película. Entonces me pareció que el Titanic se hallaba a una profundidad inconcebible y que descender hasta él era una aventura tan asombrosa como viajar a la Luna. Ahora, al dejar atrás esa profundidad, hago un gesto desenfadado con la mano. Un cuarto de hora después rebaso los 4.760 metros, la profundidad del acorazado Bismarck. En 2002, cuando exploraba sus restos, la bombilla de un foco implosionó con la fuerza de una granada justo al lado del casco de nuestro Mir; fue la primera vez que vivía una implosión en aguas profundas. Si el casco del Deepsea Challenger no resiste, ni me enteraré. Será un fundido en negro. Pero esto no sucederá. Para algo invertimos tres años en diseñar, forjar y mecanizar esta esfera de acero”.
Generalmente, no hay récords sin riesgo y eso lo sabe muy bien James Cameron, quien, según detalló en su libro, estuvo atrapado 19 horas en un sumergible, cuando una corriente de agua lo atrapó junto con la tripulación en contra de la popa del Titanic y estuvieron ahí hasta que el agua se desviara porque no podían salir.
Cameron ha aprovechado sus inmersiones para rodar varios proyectos como las películas documentales: Una expedición de James Cameron: el acorazado Bismark (2002), Misterios del Titanic (2003) y Misterios del océano (2005).
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