Joven brasilera quedó tetrapléjica luego de tomarse una sopa contaminada con una bacteria

Los planes de Cláudia de Albuquerque Celada, una joven brasilera de 24 años, que viajó a Aspen, Estados Unidos para un intercambio de cuatro meses, cambiaron drásticamente en febrero de este año, luego de tomarse una sopa industrializada.

Aunque, asegura, que solo fue una cucharada, de inmediato, sintió varios síntomas inusuales: cansancio, mareo y visión borrosa. “Dormí todo el día. Empecé a sentir falta de aire temprano en la mañana”, contó a VivaBem, un medio de su país de origen.

Inicialmente, pensó que se trataba de un virus común, pero 15 días después los médicos determinaron que contrajo una bacteria y desarrolló una enfermedad rara llamada botulismo. Y solo se dio cuenta de la gravedad de su diagnóstico cuando fue intubada y trasladada en helicóptero al Centro Médico Sueco, en Denver.

“Siempre estuve consciente, solo que mi cuerpo no respondía a las órdenes. No podía esperar a que pasara. Seguí todo lo que pasaba a mi alrededor, pero no podía comunicarme”, reveló la joven que vive en São Caetano do Sul.

Para su recuperación, fue necesario el esfuerzo conjunto de médicos, fisioterapeutas, nutricionistas y psicólogos, además de una millonaria inversión. Según medios brasileros, la familia calcula que la factura hospitalaria norteamericana alcanza los dos millones de dólares.

El 8 de julio, casi cinco meses después del inicio de los síntomas, logró caminar algunos metros, pero todavía tenía sonda de alimentación y traqueotomía. Y menos de 15 días después, tuvo que regresar al hospital después de que las glándulas del cuello se le inflamaran.

Finalmente, el pasado 1 de agosto salió del hospital sin traqueotomía y sin tubo, pero aún debe hacer terapias para el fortalecimiento de sus músculos y, por lo pronto, debe movilizarse en silla de ruedas. No obstante, los médicos prevén que la joven podrá recuperarse de manera satisfactoria.

“Ella se recuperará. En su estado, no deberíamos tener secuelas”, explicó a VivaBem Luís Felipe Silveira Santos, supervisor médico de la UCI de adultos de São Luiz São Caetano, adonde la joven llegó luego de su estadía en Estados Unidos.